Calvos, bigotes y rudeza: así eran los 'viejóvenes' del fútbol de antes en diez cromos

  • Los 'viejóvenes' del fútbol de los 80 y 90 que aparentaban tener 10 o 15 años más de los que tenían

  • Generalmente eran jugadores recios y duros, con problemas de alopecia y frondosos bigotes

  • Hoy son una especie 'vintage' extinguida en el fútbol profesional y se les recuerda con cariño y respeto

El futbolista actual tiene mucho que ver con el culto a la imagen. Hoy estamos acostumbrados a que los jugadores esculpan su físico en el gimnasio y luzcan fuertes, musculados y atractivos, con un ojo puesto en el campo y el otro en Instagram. Cuerpos depilados, peinados modernos y barbas perfectamente perfiladas están a la orden del día. Y raro es quien no exhibe al menos un tatuaje en los brazos o en e cuello. Pero hubo un tiempo en el que la estética en el fútbol era casi lo de menos.

En los años 80 y 90 abundaba otra estampa, la del 'viejoven' que sin haber llegado a la treintena aparentaba tener 45 años o más. Generalmente eran tipos rudos, recios, con problemas de alopecia y pelos en las piernas. En ocasiones lucían un abundante bigotón y algunos no disimulaban los kilos de más ni los michelines, pero se lo dejaban todo en el campo. Eran y parecían currantes, no estrellas millonarias consentidas. Hoy son una especie 'vintage' extinguida en el fútbol profesional y quizás por eso se les recuerda con tanto cariño y respeto. Recordamos algunos de los cromos más míticos de aquella generación.

Agustín 'Tato' Abadía

Uno de los futbolistas más queridos de los años 90, en parte porque su imagen ya entonces traía ecos de otra época. Calvo, con mostacho, destartalado al correr pero con un pundonor y entrega siempre garantizados sobre el césped, incluso jugando lesionado. Jugó en Primera División en el Logroñés, Atlético de Madrid y Compostela. Completó 438 partidos como profesional y anotó 24 goles. En la actualidad este oscense regenta a sus 60 años una tienda de quesos en el casco antiguo Logroño.

Juan Carlos Arteche

Símbolo absoluto del espíritu del Atlético de Madrid y central titular del equipo casi ininterrumpidamente durante diez años. Ganó dos títulos, una Copa del Rey y una Supercopa, pero la huella que dejó en la afición la defensa a ultranza que hacía del escudo y de sus compañeros en los terrenos de juego fue imperecedera. Es el séptimo jugador que más ha jugado con el Atlético en toda su historia. Solo le frenó Jesús Gil, que le echó del club cuando tenía 31 años. Con sólo 53 se lo llevó un cáncer.

Ramón Calderé

Centrocampista del Barcelona en los años centrales de la década de los 80 y uno de los héroes de la selección española que brilló en el Mundial de México 86. En ese torneo el catalán anotó dos goles ante Argelia, los únicos que marcó en una Copa del Mundo, y dio positivo en un control antidoping tras jugar contra Irlanda del Norte. Resultó ser un jarabe para la tos. Su frente despejada y prominente bigote le convirtieron en uno de los futbolistas más reconocibles de la época.

Fernando Gómez

Una leyenda del valencianismo, jugador número 10, capitán y líder del equipo ché durante años. Es el jugador que más veces ha vestido la camiseta del Valencia. Pese a ser centrocampista es el cuarto jugador con más goles en la historia del equipo, con 142, aunque no ganó ni un título en toda su trayectoria. Hace ya unos años presentó un proyecto para presidir el club, que no llegó a fructificar.

Roberto Simón Marina

Roberto Simón Marina pasó los años 80 en el Atlético de Madrid, donde consiguió una Copa del Rey y una Supercopa de España en más de 200 partidos. Luis Aragonés fue el principal valedor de este centrocampista, cuyo nombre figura con letras de oro en la historia del club rojiblanco por haber marcado el gol 3.000. Desde muy pronto su cabello empezó a clarear y su alopecia se convirtió en uno de sus rasgos más distintivos.

Carlos Meléndez

Uno de los secundarios más entrañables del fútbol español. Pasó el 90 por ciento de su carrera en el banquillo, como suplente de dos de los guardametas más destacados de su tiempo, Andoni Zubizarreta en el Athletic y Tommy N'Kono en el Espanyol. De hecho, estuvo doce años en Primera División y solo llegó a disputar once partidos. "No lo tuve fácil cada vez que me tocó jugar, pero siempre actué con profesionalidad", resumía el suplente eterno, dueño también de un bigotón digno de personaje de Ibáñez.

Carmelo Navarro

Carmelo Navarro, más conocido en su época como 'el Beckenbauer de la Bahía', jugó en el Salamanca, Betis, Recre y fue capitán del mejor Cádiz de la historia, equipo en el que disputó 244 partidos junto a otros míticos como 'Mágico' González, Juan José, Mejías o Quevedo pese a sufrir dos lesiones importantes que le tuvieron mucho tiempo en el dique seco. Representa quizás como ningún otro al estereotipo de aspecto normal al que podías confundir con el taxista, el frutero o el fontanero y que en el campo se dejaba la vida.

Antolín Ortega

Uno de los mayores referentes del Betis en la década de los 80. De Antolín Ortega la afición verdiblanca valoraba su jerarquía en la zona ancha, pero sobre todo su esfuerzo y entrega sin límites. Era un auténtico bastión en el centro del campo que empujaba al resto de compañeros. Debutó en el equipo en 1978 y participó en las mejores gestas béticas de aquellos años, entre las que se cuentan su intervención en la Copa de la UEFA de los años 1982-83 y 1984-85.

Miguel Pardeza

Fue el 'patito feo' de la Quinta del Buitre, y también su gran olvidado. De hecho, era el único no madrileño -nació en Huelva- y tuvo que dejar el Real Madrid rumbo a Zaragoza para desplegar su mejor versión, además de marcar el gol que le dio su mayor éxito a aquel equipo, la Recopa. Su físico poco agraciado no podía ocultar su inmenso talento futbolístico. Fue además uno de los escasos futbolistas ilustrados de los años 80. Licenciado en Filología Hispánica, es autor de los libros 'Torneo' (2016) y 'Angelópolis' (2020).

Uli Stielike

Fue uno de los últimos fichajes de Santiago Bernabéu como presidente del Real Madrid, club al que llegó en 1977 como uno de los jugadores alemanes más destacados de su tiempo. Pese a ser un centrocampista defensivo en su primer año en el club blanco fue el segundo máximo goleador del equipo por detrás de Santillana con 13 tantos. Los aficionados más veteranos aún recuerdan con mucho cariño a uno de sus extranjeros más rentables y laureados, un futbolista completísimo pese a su tosca apariencia.