No es pereza: la explicación científica por la que no tienes ganas de hacer deporte

  • Aunque estás mentalizado, muchas veces no haces deporte por falta de ganas. ¿Pereza u otra cosa?

  • Una investigación realizada en Estados Unidos podría haber dado con la clave de la falta de ganas de hacer ejercicio

  • Los niveles de un receptor de dopamina y la alimentación pueden estar tras ello

Que no se diga que no lo intentas. Te has apuntado al gimnasio varias veces en toda tu vida y esos periodos los vas combinando con alguna tarde que sales a correr. Pero seamos sinceros, la pereza gana la mayoría de las batallas y lo que viene a ser constante no eres tanto como te gustaría con el deporte. La mayoría de propósitos de año nuevo están ligados a hacer ejercicio, pero la fuerza de voluntad es algo que pocas veces podemos controlar. ¿Y si hubiese una razón científica que explicase por qué no tenemos ganar de hacer deporte? Pues parece ser que sí, la hay, o al menos es lo que dice una investigación del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos (NIDDK).

¿Es pereza o hay algo más?

El estudio realizado por varios investigadores partió de la base de que las personas con mayor peso o a las que les cuesta más controlarlo tienen dificultades para encontrar la motivación necesaria para hacer ejercicio. Los investigadores quisieron huir de la idea preconcebida de que al tener más peso, las personas tienen más dificultades para moverse, y por eso hacen menos deporte, así que se centraron en una posibilidad, la de que se produjese una disfunción en el sistema dopaminérgico.

"En muchos casos se habla de la fuerza de voluntad como una forma de modificar una conducta. Sin embargo, si no entendemos la base física de esa conducta, es difícil decir que solo la fuerza de voluntad puede resolver el problema", comentó Alexxai V. Kravitz, investigador del NIDDK, sobre el trabajo.

La investigación se basó en tomar como muestra dos grupos de ratones, alimentando a uno con una dieta estándar baja en grasas y a otro con una muy alta en grasas a lo largo de 18 semanas. Todo ello les llevó a corroborar que el segundo grupo había mostrado un gran aumento de peso acompañado de menor movimiento, volviéndose también mucho más lentos. Pero no se quedaron ahí, ya que los animales habían empezado a mostrarse así mucho antes de llegar al peso mayor. Y ahí es donde entró en juego la dopamina, un neurotransmisor que es uno de los causantes de las sensaciones de placer o relajación.

El papel de la dopamina

Los ratones que más peso habían cogido mostraron valores deficientes en los receptores del tipo D2 de dopamina (D2R), por lo que tenían "una señalización de dopamina menos activa". Tras observar esto, eliminaron genéticamente el receptor del grupo de ratones delgados, viendo como su actividad física se reducía sin estar relacionado en ningún caso con el aumento o pérdida de peso. De esta manera, indican, a pesar de que pueden existir otros factores, que la falta de dopamina puede explicar por qué una persona no tiene ganas de hacer deporte.

En todo caso, los investigadores tienen planificados futuros trabajos sobre la inactividad física para observar más concretamente los resultados en hombres y mujeres y profundizar, en todo caso, en el papel que juega la dieta en todo este proceso de tener o no ganas de hacer ejercicio, que parece que tiene mucho que decir, además del receptor de dopamina.