Mucho más que hacer deporte por Zoom: gimnasios virtuales, una alternativa segura para entrenar pasados los 50

Si hay algo en lo que nos hemos hecho expertos en los últimos meses ha sido en adaptar nuestras casas en 'sitio para todo'. Con el teletrabajo aterrizando -una fórmula llamada a quedarse especialmente para los mayores de 40 años- y con confinamientos que van y vienen, hay que echarle voluntad a eso eso de romper con el viciosísimo círculo silla-sofá-cama.

A principios de septiembre, con la subida en las cifras de contagio, se repitió el fenómeno de la primera ola: según el portal tododeportes.com, sus ventas de material para ejercitarse en casa aumentaron en un 50%. Ahora, con la certeza de que queda hogar para rato, toca buscar soluciones a la práctica de deporte menos provisionales y más seguras. Los gimnasios virtuales se postulan así como una buena opción, liberándonos también del uso de mascarilla. ¿Cómo funcionan? Un entrenador personal una médica nos explican la mejor forma de integrarlos en la rutina pasados los 50.

Mantenerse fuerte y con las defensas altas en tiempos de virus es importante. Ya sabemos que los mayores de 60 y las personas con patologías están entre los grupos de más riesgo. Pero la Covid-19 no solo nos pasa factura a quienes la padecen directamente. Tanto tiempo en casa, sumado al momento de incertidumbre también tiene efectos directos sobre nuestro cuerpo y nuestra salud mental. Como explica la doctora María Ortiz, residente del Hospital Universitario de Príncipe de Asturias, el aumento del sedentarismo, del estrés y los dolores musculares son más notables por culpa de las nuevas rutinas, menos dinámicas y más inciertas.

"Permanecemos más tiempo en casa, lo que nos empuja a un aumento de peso que puede potenciarse por un mayor desorden de comidas al tener la nevera muy cerca y picar entre horas. Este hecho, tiene una doble importancia, no sólo por las patologías asociadas al sobrepeso, sino por una mayor incidencia de casos graves de Covid asociados a la obesidad", explica. La mayor dificultad de desconexión es también consecuencia del teletrabajo, apunta la doctora, "provoca consecuencias graves, como cuadros de ansiedad o insomnio". Y si la empresa aún no ha provisto del material adecuado, además de reclamarlo, mantenerse activo es una buena forma de combatir esos "dolores musculares asociados a la falta de ergonomía en los equipos con los que trabajamos en casa".

"El deporte es una excelente opción para combatir estos efectos, no solo mejorando nuestra forma física -ya que ayuda a mantener un peso adecuado, disminuye la presión arterial o mejora la capacidad pulmonar-, sino que también tiene beneficios psicológicos. Ayuda a disminuir el estrés y a mantener unos buenos niveles de dopamina, un antidepresivo natural que puede ser clave en estos momentos de incertidumbre y estrés que vivimos.

Para conseguirlo es fundamental crear un espacio adecuado en casa que permita llevar a cabo las actividades. Como explica a Uppers Álex Lamata, entrenador personal y director del gimnasio virtual Sprinter Pass, nos vale con poco. Lo más importante es contar con una buena conexión a internet y dar con el dispositivo que nos resulte más cómodo para trabajar: una buena opción sería acceder desde una Smart TV o enviar el contenido a la TV desde el móvil, ordenador o tablet para seguir las instrucciones a lo grande. Pero todo es cuestión de imaginación y un buen armamento techie.

"Nuestros propios entrenadores graban desde casa, por eso todos los entrenamientos y clases, que se pueden seguir en directo o verlas posteriormente en diferido, están adaptados para hacerlos en estos espacios. No necesitaremos material o será un material muy asequible: bandas elásticas, pesitas, esterillas en el caso de las clases de yoga o pilates...". Como mucho, "tocará mover alguna mesa", bromea el entrenador.

Algunas de las ventajas de entrenar de esta forma serían, según Lamata, que "se eliminan los tiempos de desplazamiento, podemos hacerlo en cualquier momento y, sobre todo para las personas mayores, de riesgo o con más reparo frente al contagio, "evitas el contacto físico o entrenar en espacios cerrados poco ventilados y puedes hacerlo sin mascarilla".

El entrenamiento, siempre mejor a medida y con una figura que conozca nuestro caso y necesidades. Por eso la figura de un entrenador personal o un mismo profesor con el que poder interactuar, como hacíamos en el gimnasio presencial, aporta más tranquilidad con los años.

Sobre las rutinas, hay consideraciones que los entrenadores, como señala Alex Lamata, tratan de desmitificar. "A los 50 aconsejamos los mismos ejercicios que en edades más jóvenes. Tendemos a pensar que por ser mayores hay que hacer cosas diferentes pero es lo mismo: lo importante es trabajar la fuerza". Lamata desmonta así otro mito: el cardio no es la panacea. "El trabajo de fuerza es más completo porque se activa toda la masa muscular y esta se fortalece por dentro. Esto también hace que el gasto calórico aumente y se queme más grasa". No obstante, la recomendación en clara: en caso de patologías o dudas, siempre conviene consultar previamente con un médico y trasladar la recomendación a nuestro entrenador.