Probablemente tengas alguien a tu alrededor que esté con síntomas compatibles con un catarro, con alergia y con la covid-19. Esa pandemia que nos ha cambiado la vida y que parece que ya no existe, pero sigue ahí. La relajación de las medidas, la fatiga pandémica, los altos índices de vacunación y la inmunidad adquirida han contribuido a que nos olvidemos, en muchas ocasiones, del virus.
Desde marzo la incidencia solo se mide en mayores de 60 años, ya que son considerados el colectivo de riesgo, pero la transmisión sigue siendo similar a la sexta ola, es decir, muy alta, debido a que la variante ómicron sigue siendo la predominante. El problema es que las muertes siguen siendo elevadas, se encuentran entre las 34 y las 57 diarias, de acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Sanidad.
La normalización de la situación sanitaria ha causado que muchos estén pasando el coronavirus sin enterarse. La similitud de los síntomas con los del catarro, los casos directamente asintomáticos y la época de alergia es el cóctel perfecto para que la mayoría de los casos pasen desapercibidos.
Si a esto le sumamos que estos casos no se contabilizan es de entender que los expertos estén hablando de que una nueva ola está, es más, ya hemos pasado lo peor, pero está enmascarada por la falta de seguimiento que hay ya de la enfermedad. Además, la aparición de otras alertas sanitarias como la de la viruela del mono y la hepatitis B en niños están copando toda la atención.
La principal distinción es la fiebre. La alergia no provoca este síntoma, sin embargo, la ausencia de fiebre no indica la ausencia de covid. Otro de los más relevantes es el dolor muscular que es muy característico de esta variante y tampoco se relaciona con episodios de alergia.
Aunque ambas patologías producen mucha mucosidad, esta es de diferente tipo. La de la alergia es más líquida, abundante y clara que la del catarro. En cuanto a los estornudos, con ambas afecciones podemos llegar a estornudar, sin embargo, el estornudo alérgico suele venir a consecuencia de un picor irrefrenable que no podemos ignorar. En cambio, el picor de ojos y lagrimeo solo ocurre con la alergia. El contacto con los alérgenos irrita los ojos y provoca enrojecimiento, hinchazón, picor y lagrimeo de forma constante.