Fumar aumenta por tres el riesgo de fracturas en los hombres

Dos de cada diez mujeres y seis de cada cien hombres mayores de 50 años sufren osteoporosis en nuestro país. Una enfermedad que afecta a casi tres millones de personas y que, de acuerdo con un nuevo estudio elaborado por la Universidad de Nevada, en Estados Unidos, tiene una incidencia mayor en los fumadores. Durante las últimas décadas se ha investigador mucho al respecto y tras analizar 30.000 casos los resultados ya son representativos. Fumar aumenta el riesgo de fracturarse un hueso hasta un 37%. 

Las fracturas más comunes

Los investigadores creen que fumar aumenta el riesgo de fracturas esqueléticas porque los químicos en los cigarrillos impactan negativamente en las células óseas y reducen la capacidad del cuerpo para absorber la vitamina D y el calcio. Sin embargo, hay huesos que son más susceptibles de romperse que otros. Las fracturas de columna se incrementan en un 32% y las de cadera en un 40.

Cabe recordar también, que más allá de los químicos, la nicotina también interviene en el proceso de reparación de tejidos y eso provoca que el cuerpo sea más susceptible a las heridas y a que, en caso de que se produzca una fractura no se pueda sanar a la velocidad que debería hacerlo, incluso podría llegar a imposibilitar su curación total.

Otros riesgos desconocidos del tabaco

Los riesgos más conocidos del tabaquismo son los relacionados con las enfermedades pulmonares y las afecciones cardiovasculares, pero su peligro va mucho más allá. El tabaquismo se relaciona también con un mayor riesgo de sufrir patologías dermatológicas como la psoriasis o la aparición de placas secas y enrojecidas en las palmas de las manos y de los pies. 

También altera la motilidad del tubo digestivo y eleva la producción de ácido gástrico lo que empeora el reflujo y también afecta negativamente a los síntomas relacionados con la enfermedad de Crohn. En cuanto a los ojos, los cigarrillos se relacionan con numerosas infecciones entre las que destacan la hipermetropía, el glaucoma, las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad, denominada DMAE. 

En lo que se refiere a la salud renal, fumar se relaciona con una peor evolución de la nefropatía diabética y con una mayor probabilidad de evolución de la enfermedad renal primaria hacia insuficiencia renal terminal. Además, menos desconocido es que el tabaco aumenta el riesgo de sufrir disfunción eréctil, merma la calidad del esperma y, en mujeres, disminuye la actividad ovulatoria.