¿Qué síntomas aparecen cuando te pica una medusa?

  • Los tentáculos de las medusas cuentan con unas células sensoriales que segregan una sustancia urticante como mecanismo de defensa o de ataque

  • Esa sustancia urticante, en ciertos tipos de medusas, puede ser tan tóxica que es capaz de parar el corazón de una persona en solo cinco minutos

  • A veces las picaduras de las medusas se complican por actuar sin conocimiento y aplicar en las heridas remedios caseros contraindicados

En la playa hay dos tipos de personas. Aquellas que han sufrido la picadura de una medusa y las que todavía se han librado. Desde Uppers vamos a repasar por qué nos pican las medusas, qué síntomas aparecen cuando te pica una medusa y cuánto tiempo dura el efecto de la picadura de medusa.

El primer punto es tener claro que las medusas pican para atacar o defenderse y que no todas son iguales: algunas son inofensivas y el resto, según las características de su veneno, son más o menos tóxicas. Provocan picazón o dolor, pero también consecuencias graves como la Carabela Portuguesa o incluso la muerte en el caso de las cubomedusas, que habitan en Australia, Filipinas y otras áreas tropicales, y su veneno es capaz de detener el corazón en cinco minutos.

En nuestras costas no hay cubomedusas pero lo más importante es actuar rápido ante la picadura. Cuando el mar está transparente enseguida se ven, pero si está más agitado es posible notar la picadura y no encontrar a la responsable.

Qué síntomas indican una picadura de medusa

La mayoría de las medusas provocan un dolor inmediato, unas marcas enrojecidas, moradas o marrones e irritan la piel. Cuando dejan sus tentáculos marcados en un brazo o en una pierna el dolor se suele extender hacia arriba. Las picaduras generan ardor, más que picazón, con un dolor punzante y hasta hormigueo e hinchazón en la zona afectada. Los ejemplares más tóxicos provocan problemas cardiacos y el riesgo de tener un infarto, otros inoculan un veneno que intoxica al organismo que responde con vómitos, náuseas, calambres, dolor de estómago o de cabeza, dificultades respiratorias, la repentina aparición de sueño, mareos y hasta el desmayo.

Cuánto tiempo dura el efecto de la picadura

El efecto de la picadura y la duración de los síntomas depende del tipo de medusa, pero también de la persona, de su complexión, de su estado de salud y de la edad. Lo habitual es que las consecuencias sean peores en niños y en personas mayores. El dolor y la picazón intensa de la picadura normalmente dura entre media hora y una hora. Sin embargo, si el estado de salud es más delicado el dolor persiste alrededor de siete horas. También es crucial actuar con conocimiento frente a esa picadura ya que no hacer lo que corresponde complica los efectos. Afecta el tipo de medusa al igual que su envergadura, el tiempo de exposición a los aguijones o el tamaño de la zona de piel afectada.

Cómo pican las medusas

Las medusas cuentan con cnidocitos, unas células sensoriales que comparten con los cnidarios (corales, avispas de mar o anémonas de mar) que segregan una sustancia urticante. La misión de estas células exclusivas es de defensa contra sus depredadores y como mecanismo de ataque para capturar a sus presas. Los cnidocitos se reparten principalmente a lo largo de sus tentáculos y alrededor de la boca.

Cada una de estas células sensoriales dispone de una cápsula con un filamento espinoso enrollado que termina en un dardo desde el que inocula el veneno. La medusa, acunada plácidamente por la marea en su medio acuático, se encuentra con un nadador. Sus tentáculos entran en contacto con la piel humana y los receptores de los cnidocitos analizan la información recibida. Si consideran que podría ser una presa, abren las cápsulas, extienden los filamentos y disparan los dardos con el veneno que penetra en la piel. Todo ello a una velocidad de vértigo y con la fuerza de un disparo. Así, el nadador siente un repentino e intenso dolor donde los tentáculos de la medusa le han rozado o tocado.

Las medusas tienden a agruparse en grandes formaciones de forma cíclica y también asociadas a los cambios climáticos con unas poblaciones que además fluctúan en número. Normalmente, en el mar Mediterráneo, por ejemplo, aparecen como en enjambres cuando aumenta el fitoplancton con una mayor concentración de nutrientes entre el invierno y la primavera. Sin embargo, estos enjambres también se están dando en los meses de verano y se está acortando su patrón cíclico cada vez más. El viento y las mareas se ocupan de acercarlas a las costas porque las agregaciones de medusas se forman en mar abierto.

Los expertos apuntan que aparecen de forma más acusada en las playas “por la proliferación de estructuras artificiales (que facilita el asentamiento de los pólipos), por la acuicultura, por la sobrepoblación en las zonas costeras y por el cambio climático”. También influye “la disminución de las poblaciones de sus depredadores naturales debido a la sobrepesca y a las capturas accidentadas”.

Qué hacer ante una picadura de medusa

Cuando pica una medusa hay que acudir al puesto de socorro, donde el personal sabe cómo actuar. Lo primero es lavar la herida con agua marina o suero salino, nunca con agua dulce porque rompería el resto de cnidocitos que no hayan actuado. Estos se pueden eliminar de la piel, si se ven, con un objeto plano como una tarjeta de crédito. Después conviene no frotar, sobre todo aplicar frío sobre el área afectada durante unos 15 minutos para evitar que el veneno se extienda a través del riego sanguíneo.

A continuación, se recomienda poner una solución de bicarbonato en la herida, tintura de yodo o crema antihistamínica de modo que no se infecte. La herida hay que mantenerla limpia y cuidada hasta que cicatrice. En caso de que haya complicaciones, dolores o los síntomas mencionados hay que acudir a un centro sanitario. Si se repitiera una picadura en poco tiempo la reacción podría ser mayor debido a que el cuerpo ha quedado sensibilizado ante el veneno. En ningún caso se aconseja aplicar en el área afectada amoniaco, alcohol o vinagre, menos aún sin saber la especie, u otros remedios caseros, rascarse o presionar con un vendaje.