Una médico destapa la homeopatía: “No funciona, es una estafa”

  • Esther Samper, médico y divulgadora, descubre 'El lado oculto de la farmacia'

  • "Se vende en farmacias porque tiene una legislación totalmente privilegiada"

  • Si se pueden adquirir en establecimientos sanitarios, ¿cómo puede ser que no funcione?

Hemos oído hablar mucho de ella, de sus bondades y cómo pacientes se han curado de un cáncer tan solo tomando píldoras homeopáticas. Falacias sobre una realidad: no hay ninguna evidencia científica de que funcione ni lo más mínimo, es más, todo lo contrario, resta más de lo que suma. De venta en farmacias, hay quienes confían ciegamente en ella ya que, si se pueden adquirir en establecimientos sanitarios, ¿cómo puede ser que no sean válidas? Esta es una de las múltiples realidades que descubre Esther Samper, médico y divulgadora, en su libro ‘El lado oculto de la farmacia’ (Planeta), un repaso sobre la cantidad de productos ‘timolentos’ que se venden entre sus paredes y son engañosos para la población.

¿Todo lo que se vende en las farmacias es efectivo?

Ojalá, pero no. En las secciones de complementos dietéticos hay multitud de productos con publicidad engañosa. Estos productos no han demostrado su eficacia para las indicaciones para las que se venden con más o menos engaños (reforzar las defensas, evitar la caída del pelo, mejorar las articulaciones, adelgazar…). También encontramos otros productos sin eficacia: algunos medicamentos, pulseras antimosquitos, plantas medicinales, geles hidroalcohólicos higienizantes… Y bueno, la sección de medicamentos homeopáticos es ya el summum del embuste, directamente la mayor vergüenza de las farmacias.

Hablas de homeopatía, ¿no funciona?

La homeopatía no funciona. Todos los ensayos clínicos rigurosos ven que el beneficio, de existir, es efecto placebo. Para que la homeopatía funcionase, la química y la física tendrían que funcionar en nuestro mundo de forma diferente a como lo hacen. Los supuestos principios por los que funciona la homeopatía fueron descartados por estas ciencias hace mucho tiempo. 

¿Por qué se receta? 

Por dos razones principales. Por un lado, porque hay médicos (muy pocos dentro del colectivo médico) que creen en ello (pura cuestión de fe, aunque atente con el código deontológico médico), desprecian la evidencia científica y lo prescriben. Otros médicos saben que los medicamentos homeopáticos no sirven para nada, pero los recetan como placebos.

¿Entonces, el efecto placebo es real?

El efecto placebo (que una simple pastilla de azúcar, por ejemplo, pueda provocar un efecto positivo para la salud) es muy real y está muy presente en la medicina. En el tratamiento del dolor se ve mucho. Algunas personas notan un alivio bastante evidente de su dolor cuando reciben un tratamiento que creen que es efectivo (aunque no lo sea). Por supuesto, un placebo no va a curar un cáncer, pero sí que puede aliviar ciertos síntomas. Para saber si algo es un placebo o no tenemos los ensayos clínicos, que normalmente comparan la eficacia de cierto fármaco con un placebo o con otro medicamento cuya eficacia ya se conoce. De hecho, por ley, para que un medicamento se comercialice antes debe evaluarse en ensayos clínicos. 

¿Por qué se vende en farmacias si no es un medicamento?

Porque tienen una legislación totalmente privilegiada. Son los únicos productos que se venden en farmacias como “medicamentos” que no tienen que demostrar su eficacia en ensayos clínicos (y su seguridad se presupone). Esta legislación es una alfombra roja que da amparo al sector económico de la homeopatía. Solo puede entenderse esta cuestión como un trato de favor a un negocio lucrativo. Desde un punto de vista médico y sanitario es todo un sinsentido y una vergüenza. 

¿Las plantas medicinales y la homeopatía son lo mismo?

En absoluto, son dos conceptos muy diferentes. En primer lugar, la homeopatía puede contener sustancias que sean de origen vegetal, animal o mineral. Pero lo que caracteriza además a la homeopatía es que estas sustancias se llegan a diluir tanto que no queda literalmente nada o casi nada de ellas. Al final, la mayoría de los productos homeopáticos son azúcar y poco más. El azúcar (sacarosa o lactosa) más caro del mundo (900 € o más el kilo), con mucho ritual, teatro y descaro detrás.