Qué pasa en tu cuerpo para que el estrés te cause esos problemas de estómago

Todos hemos notado en alguna ocasión cómo se nos forma un nudo en el estómago cuando nos enfrentamos a una situación de estrés. O nos hemos descompuesto repentinamente cuando nos angustiamos. O hemos asaltado la nevera de manera compulsiva sin tener hambre cuando estamos ansiosos. Esto ocurre porque hay una conexión evidente entre nuestro estado de ánimo y nuestras tripas. Al fin y al cabo, muchos expertos afirman que el el tubo digestivo es nuestro segundo cerebro. Por eso, cuando atravesamos una época de estrés, son más frecuentes las digestiones pesadas, los dolores abdominales, las flatulencias o los retortijones. 

Según algunos estudios, el 70 por ciento de los problemas digestivos son causados por el estrés. El 30-40 por ciento de los pacientes que acuden a una consulta de gastroenterología general tiene trastornos asociados a situaciones de estrés, ansiedad, e incluso síntomas depresivos. El doctor Diego Sánchez Muñoz, referente en la materia, nos ayuda a comprender la relación entre el estrés y el estado de ánimo y la calidad y cantidad de sintomatología a nivel digestivo.

 ¿De qué manera afecta el estrés al sistema digestivo?

El estrés es uno de nuestros mecanismos de defensa ante agresiones. Esto nos permite estar alerta y tener una mayor capacidad de reacción ante situaciones de “peligro”. Sin embargo, en los últimos tiempos, el problema ha venido derivado de situaciones de estrés crónico, ya que nuestro estilo de vida se ha “acelerado”, sin desconexiones, con preocupaciones constantes y una mala gestión de ese estrés generado. De esta forma, aunque esto puede repercutir en cualquier órgano o sistema de nuestro organismo, el aparato digestivo es uno de los sistemas más directamente afectados.

¿Qué síntomas suelen ser los derivados del estrés?

El estrés suele afectar a nuestro aparato digestivo con sintomatología muy variada, desde nauseas, pirosis, sensación de plenitud, cambios en el hábito intestinal, entre otros muchos. Su intensidad también es variable, y la percepción de persona a persona también es diferente.

 ¿Afecta la ansiedad también a la digestión?

Por supuesto. Cualquier cambio en el estado de ánimo es muy frecuente que se traduzca en afectación en el tubo digestivo. Además, se produce un efecto de “círculo vicioso”, en el que, a más ansiedad, mayor sintomatología y cuánto más síntomas, más ansiedad.

 ¿Por qué afecta nuestro estado emocional al sistema digestivo?

Los mecanismos por los que se produce esta interrelación son complejos, aunque en los últimos años las investigaciones científicas en este sentido se han multiplicado. La clave parece estar en un eje llamado “eje intestino-cerebro”, según el cual, existe una comunicación real a través de diferentes neurotrasmisores, hormonas y otras sustancias, entre alteraciones en la microbiota intestinal y un aumento de la permeabilidad intestinal y mediadores cerebrales relacionados con el estrés.

Así, cuando existe una alteración de la microbiota a nivel intestinal, se producen pequeñas microrroturas en la mucosa del intestino que hace que aumente la permeabilidad de sustancias que no debieran atravesar esta pared y llegar al torrente sanguíneo.

Aquí se genera una respuesta inmunitaria local pero, a través del nervio vago, estas sustancias son capaces de estimular a centros cerebrales, favoreciendo la producción de ciertas hormonas que tienen un papel fundamental en el estrés, como son los corticoides. Estos hacen que se mantengan esas alteraciones a nivel intestinal, con lo que se completa el círculo.

 ¿Son problemas que pueden tener una cierta base de somatización?

La afectación es muy diferente de persona a persona, y uno de los factores que hace que sea distinta es la percepción individual del dolor y de la intensidad de la sintomatología. No obstante, la somatización, aunque puede estar presente, realmente no es característico de estos síndromes, ya que existe realmente un problema a nivel intestinal que es el causante de esta sintomatología. Por tanto, la sintomatología es absolutamente real.

El problema es cuando se atribuyen todos estos síntomas a trastornos de estrés de entrada, sin investigar algo más allá. El estrés puede ser una manifestación más del problema, pero en muchas ocasiones no es el problema principal, ya que cuando mejora la sintomatología digestiva, también mejora la percepción del estado de ánimo.

 Denos algunos consejos para evitar el estrés alimentario y que repercuta en nuestra salud digestiva

Siempre es recomendable alcanzar un equilibrio vital, tanto físico como mental. Mantener una dieta saludable, razonable, utilizando el sentido común, hará que nuestro aparato digestivo funcione de forma regular. En caso de haber algún tipo de alteración, es importante consultar al especialista para intentar solucionar el problema y volver a la situación de equilibrio, que es la deseable.