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La famosa mancha o 'antojo' de Mijaíl Gorbachov ha dado mucho juego en los medios de comunicación. La mancha roja, situada en la frente del político, sirvió para convertirse en la hoz y el martillo, símbolo de la ideología comunista, la bandera rusa o cualquier símbolo que fuera acorde a la actualidad del momento. La teníamos tan integrada en su imagen que casi ya no reparamos en ella; pero, desde el punto de vista médico, encierra alguna peculiaridad.
La mancha de Mijaíl Gorbachov era un tipo especial de angioma o hemangioma plano conocido como 'mancha de vino Oporto', porque recuerda la salpicadura de este vino portugués. Este tipo de lesiones son de nacimiento, aunque su coloración y su textura cambia a lo largo de los años. Suelen ser rosas durante la infancia y se van oscureciendo, del rojo oscuro al púrpura, adquiriendo cierto relieve, a lo largo de la adolescencia y la edad adulta.
Este tipo de manchas también reciben el nombre de 'nevo flamígero'. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, sobre todo en la cara, cuello, brazos y piernas y cuero cabelludo, pero se dan con más frecuencia en la zona trigeminal, el área frontoparietal por donde corre la rama superior del nervio trigémino.
Según la Clínica Mayo, un angioma es una malformación vascular causada por el aumento de tamaño y cantidad de pequeños vasos sanguíneos dentro y debajo de la piel.
No representan gravedad, pero sí pueden afectar a la salud emocional de los pacientes, sobre todo cuando son pequeños y la mancha está en sitios visibles como el rostro y los brazos.
No, porque no son hereditarias. Son accidentes cardiovasculares que aparecen de manera aleatoria. Sin embargo, las que están cerca de los ojos pueden asociarse al síndrome de Sturge-Weber, que provoca retrasos y trastornos en el aprendizaje. En algunas ocasiones, pueden degenerar en glaucoma.
La buena noticia es que muchos hemangiomas desaparecen antes de los cinco años de edad y la mayoría desaparecen antes de los 10. Una vez que el hemangioma desaparece, la piel puede quedar ligeramente decolorada o con mayor relieve.
Las 'manchas de vino Oporto' no desaparecen por sí solas, pero sí se pueden tratar. Los dermatólogos aconsejan el uso del láser, que consigue reducir los vasos sanguíneos de la mancha y logran aclarar el tono. Si la mancha es rugosa, es posible tratarla con cirugía.
En los últimos años, también se ha tratado de matizarlas con otros métodos, como la radiación y la crioterapia. Los más atrevidos, incluso, han recurrido a los tatuajes para integrarla en su físico. ¿Nos imaginamos por un momento a Gorbachov con un tatuaje en la frente? No parece probable, el mandatario decidió pasar por alto el impacto de su pequeña anomalía, irrelevante cuando se está al frente de uno de los países más poderosos de la Tierra.