¿Cuál es la mejor forma de dejar el alcohol? Un estudio da la clave

El consumo de alcohol puede ser peligroso en cualquier ambiente. Aunque la mayoría de las personas beben socialmente, en cenas, quedadas con amigos o tardes de terraceo, ese consumo, por muy puntual que sea, va haciendo mella en nuestro organismo, y no precisamente para bien, ya que puede predisponer de un mayor riesgo a padecer ciertas enfermedades. Beber es una costumbre muy española en el ocio o el ámbito social, ¿es posible abandonarlo por completo? ¿Cuál es la mejor forma de hacerlo? Los expertos parecen haber dado con una clave para ello.

Reducir el consumo del alcohol

Hace unos meses un equipo de investigadores australianos publicó un estudio en la revista científica ‘Addictive Behaviors’ precisamente sobre la mejor forma de dejar de beber, aunque el inicio del estudio no fuese ese. En principio los investigadores comenzaron a trabajar sobre el impacto de las campañas de concienciación de consumo de alcohol en la sociedad y, a su vez, la mejor forma de que esto se traduzca en un menor consumo de alcohol por parte de la población.

Más allá de dar pautas sobre cómo reducir el consumo de alcohol, los autores de la investigación establecen que una de las claves para que la estrategia tenga éxito es combinar esa información con otros mensajes sobre por qué puede ser beneficioso para los consumidores bajar ingesta o acabar con ella directamente, como puede ser la posible aparición de enfermedades como consecuencia de un consumo habitual de alcohol.

De esta manera, descubrieron que los mensajes con las razones para dejar de beber alcohol se hacían más efectivos cuando estos iban acompañados de que los consumidores lleven la cuenta de las copas que habían tomado, de su consumo de alcohol.

Así se hizo el estudio

Los autores realizaron el estudio tomando la muestra de 8.000 adultos divididos en tres grupos que recibían mensajes diferentes. Uno de ellos solo los mensajes sobre por qué es beneficioso para ellos consumir menos alcohol, otro que incitaba a contar las copas para reducir la ingesta, y también un tercer grupo al que combinaban los dos tipos de mensajes.

Con los resultados en la mano, los investigadores apuntaron a que el grupo que estaba expuesto a los dos tipos de mensajes tenía más posibilidades de controlar su consumo de alcohol y gracias a ello poder ir reduciéndolo, incluso llegar a dejarlo por completo.