¿Por qué la soledad puede suponer un mayor riesgo de diabetes?

Según los datos, la soledad afecta a unas dos millones de personas mayores de 65 años en España. La soledad no deseada tiene efectos sobre la salud de las personas, un estudio británico de hace varios años establecía que la soledad mata tanto como fumar 15 cigarrillos al día. Ahora una nueva investigación ha intentado relacionar el estrés emocional por los sentimientos de soledad con el riesgo a padecer diabetes. ¿Existe realmente esa relación? La ciencia responde.

¿Existe ese riesgo?

El estudio ha sido publicado en ‘Diabetologia’, la revista de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) y ha demostrado que los sentimientos de soledad se relacionan con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Además, no solo se estudió esta relación, también si la depresión o el insomnio pueden jugar un papel clave en ese riesgo.

Según establece la investigación, la soledad crea en el individuo un estado de angustia crónico que puede llegar a ser duradero, activando una respuesta fisiológica del organismo al estrés, una respuesta que parece desempeñar un papel en el desarrollo de diabetes tipo 2. ¿Por qué? Por algunos mecanismos como la resistencia temporal a la insulina que se provoca por lo niveles elevados de la hormona del estrés.

Todo ello también implica cambios en nuestra alimentación debido al comportamiento de nuestro cerebro, aumentando el apetito por los hidratos de carbono. ¿El problema? Que esto provoca que se eleven los niveles de azúcar en sangre. Ya estudios anteriores han señalado como la soledad se relaciona con una alimentación poco saludable en la que priman bebidas azucaradas y alimentos con una gran cantidad de azúcar y grasas.

¿Y la depresión y el insomnio?

Los investigadores utilizaron datos de un estudio anterior con información sanitaria de más de 230.000 personas que se había obtenido a través de cuatro encuestas realizadas entre 1984 y 2019.

Tras ajustar la edad, el sexo y el nivel de estudios, se observó que los participantes que respondieron "mucho" cuando se les preguntó si se habían sentido solos tenían el doble de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que los que no se sentían solos. Otros análisis mostraron que esta relación no se veía alterada por la presencia de depresión, insomnio de inicio del sueño o insomnio terminal, aunque el equipo sí encontró pruebas de una relación con el insomnio de mantenimiento del sueño.

“Es importante que los profesionales de la salud estén abiertos al diálogo sobre las preocupaciones del individuo durante las consultas clínicas, incluso en lo que respecta a la soledad y la interacción social”, advierten los encargados del estudio, que enfatizan en que deben seguir investigando en la relación existente entre la soledad y la diabetes, así como el papel que el insomnio y la depresión juegan.