La curva de la felicidad existe: cuanto mejor se está en pareja más se engorda

Se suele decir que vivir en pareja engorda. Puede que sea real y que la estabilidad sentimental lleve a ambas partes a ganar algún que otro kilo, especialmente si ambos comparten cierta pasión por la gastronomía. Pero parece que no todas las parejas siguen este patrón, sino que es cosa de aquellas a las que mejor les van las cosas, las que tienen una vida feliz en pareja. Al menos eso es lo que han apuntado algunas investigaciones a lo largo de los últimos años, que también llegan a establecer que, cuando las cosas no van bien, hay una tendencia a la pérdida de peso.

Hace unos años un informe de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) señalaba que el amor puede suponer un aumento de 4’5 kilos de media que comienzan a ganarse desde el momento en el que nos enamoramos hasta que la relación se llega consolidar del todo.

Otra investigación que buscaba la relación entre el amor y el peso presentada por el Centro Nacional de Biotecnología de la Información de Estados Unidos analizó a 169 parejas. En ese análisis descubrieron como aquellas parejas que más felices eran, representaban precisamente a las que más kilos habían ganado desde el inicio de la relación, mientras que aquellas que se consideraban insatisfechas no habían alterado mucho su talla o su figura.

El amor sí engorda

Uno de los primeros estudios sobre esta cuestión se publicó en 2012. En sus resultados se expuso que cuanto más se expandía en el tiempo una relación estable, más kilos ganaba la mujer. En el caso de los hombres el riesgo se centraba principalmente durante los dos primeros años de convivencia en pareja, estabilizándose luego en el peso. Esa es la principal diferencia que se encontró, ya que las mujeres duplicaban el riesgo de obesidad a los pocos años que una mujer soltera o que estaba en una relación, pero que no convivía con su pareja.

Unos años después, un ensayo llegó a una conclusión similar señalando que cuanto más feliz era una pareja, más engordaba. Este trabajo expuso que aquellas parejas que superaban los cuatro años de convivencia tenían el doble de riesgo de sobrepeso, habían engordado una media de 4 kilos, que aquellas parejas que no estaban del todo a gusto en su relación.

En contra, aquellas parejas que no estaban bien o que comenzaban a salir de una relación, incluso antes de poner punto final, ya empezaban a realizar actividades que combaten el sobrepeso.