Olvídate del nórdico: médicos explican cómo hacer la cama para eliminar el insomnio

Uno de cada cuatro adultos experimenta episodios de insomnio transitorio durante su vida adulta. Una patología que afecta al rendimiento diario y que está asociado a otras comorbilidades como el deterioro cognitivo. Controlar la ansiedad, seguir unos horarios de sueño, no realizar ejercicio intenso a última hora del día, no hacer cenas copiosas… son algunas de las pautas a seguir para un correcto descanso, pero en ocasiones no es suficiente. Son muchos los científicos que centran su investigación en este aspecto, pero ahora, los investigadores de la Universidad de Uppsala, en Suecia, explican cuál es la solución asequible para conseguir un sueño reparador y si se trata de algo empírico o del conocido efecto placebo.

¿Mantas de la abuela?

Hablamos de la utilidad de las mantas pesadas, en inglés llamadas weighted blanket. Aunque a simple vista pueden parecer normales o más bien edredones, su peso oscila entre los cuatro y los 15 kg, y hay una adaptada a cada persona. Para conseguir el efecto deseado debe rondar el 10% de tu masa corporal. Está distribuido de forma homogénea por toda la manta y rellena de microperlas o granos de vidrio tratado.

Este peso adicional y bien repartido crea una suave presión localizada sobre los músculos que consiguen que el cuerpo se relaje como si fuese una especie de masaje. Esa presión sostenida reduce el cortisol y aumenta los niveles de serotonina y dopamina con lo que se consigue reducir la tensión y el estrés, un efecto relajante, ayuda a conciliar el sueño, a tenerlo profundo y a regular su ciclo.

Efecto real o mero placebo

No obstante, los investigadores no tenían claro si este efecto estaba probado o era algo meramente mental. El resultado fue revelador. El uso de esta manta aumenta la producción de melatonina hasta en un 32%. Entre sus efectos consigue que el corazón se relaje, se regule la temperatura y bajen las pulsaciones. 

El problema es que esta hormona empieza a funcionar peor con la edad es ahí precisamente donde es especialmente interesante el uso de estas mantas. "La sensación corporal que produce esta manta, como es la presión suave sobre la piel, puede activar regiones del cerebro que pueden influir en la liberación de melatonina", explicá el profesor de farmacología y autor principal del estudio Christian Benedict.

No es la primera vez que un estudio avala la eficacia de este mecanismo antiinsomnio. En 2020 también se probaron sus resultados satisfactorios en 120 pacientes con problemas de sueño y la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño también corrobora su utilidad.