Este es el riesgo a morir por una ola de calor en las distintas capitales europeas

El calor significa, para muchos, la llegada de vacaciones y la posibilidad de hacer más vida al aire libre. Pero en los últimos años las temperaturas se han vuelto más extremas y han salido a la luz los efectos negativos de exponerse durante mucho tiempo al calor excesivo. Según los datos del Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad, en el verano de 2022 se registraron 4.700 muertes atribuibles al exceso de calor en España.

Un golpe de calor se produce cuando la temperatura corporal supera los 40ºC y se experimentan síntomas como dolor de cabeza, sudoración excesiva y sensación de aturdimiento o cansancio. Así que, si esto nos sucede, lo conveniente será buscar sombra e hidratarnos hasta recuperar una temperatura estable. 

Hay grupos que son más propensos a sufrir golpes de calor -personas mayores, personas con sobrepeso y niños-, el riesgo está presente para todos. Y las consecuencias de un episodio de este tipo pueden ser muy graves. Las autoridades ya advierten de que hay que tener cuidado: el Sol es un buen aliado para nuestra salud, pero en exceso puede ser muy peligroso. 

Olas de calor en Europa

Las olas de calor pueden tener efectos dramáticos, sobre todo para los adultos mayores y las personas con problemas de salud. Un estudio publicado en marzo de este año en la revista científica The Lancet compara el exceso de mortalidad de personas de 85 años o más en las ciudades europeas (854 en total) en caso de episodios de temperaturas extremas entre 2000 y 2019.

El estudio muestra que París, entre 30 capitales europeas analizadas, es la ciudad con mayor riesgo de exceso de mortalidad de adultos mayores en caso de olas de calor (riesgo relativo de 1,603). Ámsterdam (1,595) y Roma (1,572) se sitúan muy cerca de la capital francesa, mientras que Madrid (1,402) también figura entre las capitales peligrosas para los mayores en caso de calor extremo.

  1. París (Francia): La ciudad francesa es la capital europea en la que existe un mayor riesgo relativo de mortalidad de personas mayores de 85 años por olas de calor. Su índice se sitúa en 1,603.
  2. Dublín (Irlanda): En el extremo contrario se sitúa la capital de Irlanda, ya que Dublín es la urbe europea con un índice de riesgo más bajo: 1,084.
  3. Ámsterdam (Países Bajos): Aunque no llega a los niveles de París, la capital holandesa también tiene un riesgo alto de mortalidad para sus ancianos en caso de ola de calor. El índice marca 1,595.
  4. Roma (Italia): En términos similares se mueve la ciudad de Roma. Su índice de riesgo es 1,572. Y es que las temperaturas en la capital italiana suelen ser altas
  5. Berlín (Alemania): La capital de Alemania reduce la cifra ligeramente, aunque queda muy lejos de los niveles de Dublín. El índice de riesgo de mortalidad para este colectivo está en 1,481
  6. Lisboa (Portugal): El calor suele estar muy presente en la ciudad portuguesa y el índice así lo refleja: 1,542
  7. Bucarest (Rumanía): La ciudad rumana se encuentra en un punto intermedio, aunque mucho más cerca de París que de Dublín. El resultado refleja un índice de 1,524.
  8. Zagreb (Croacia): La capital croata obtiene unos números muy similares a los de Bucarest. El riesgo de exceso de mortalidad para sus ancianos por olas de calor está en 1,527
  9. Londres (Reino Unido): Los británicos obtienen uno de los riesgos más bajos, pero quedan a una distancia enorme de la capital irlandesa. En total, el índice se encuentra en 1,485, similar a la puntuación de Berlín
  10. Madrid (España): La capital española obtiene un registro bajo en comparación con la mayoría de capitales europeas. Está por detrás de Londres, Berlín, Roma o París. Su índice de riesgo se queda en 1,402.

La exposición al calor se ha asociado con mortalidad prematura, enfermedades cardiorrespiratorias e ingresos hospitalarios. Esto es particularmente cierto con las olas de calor, pero también ocurre con temperaturas moderadamente altas en verano. Las ciudades son especialmente vulnerables a las altas temperaturas. La menor vegetación, la mayor densidad de población y las superficies impermeables de edificios y calles, incluido el asfalto, provocan una diferencia de temperatura entre la ciudad y las zonas circundantes, un fenómeno denominado isla de calor urbana. En vista del calentamiento global y el crecimiento urbano, se prevé que este efecto empeore en las próximas décadas.