Por qué la jardinería reduce el riesgo de cáncer y enfermedad mental: "En otros países hay especialistas en ello"

  • Mejora la salud física, mental y social

  • Retrasa las enfermedades asociadas al envejecimiento

  • Incorpora un propósito vital distinto según la época del año

Los vegetales alargan la vida, y no solo ingeridos, también los entornos naturales con presencia de plantas y árboles mejoran el estado de salud física y mental. Los japoneses lo saben, y desde siempre cultivan el arte de los baños de bosque, (Shinrin-yoku) para atemperar ánimos y reequilibrar el espíritu.

Un estudio de la universidad de Colorado ha demostrado ahora que hacer jardinería, y mejor en compañía, reduce las posibilidades de contraer cáncer y mejora el estado de salud física y mental. Ariana Smith, especialista en terapias vegetales, lleva años trabajando estas técnicas y nos explica cómo mejora la calidad de vida de los participantes.

El estudio

La gente de los pueblos que cuidan su huertecito están sanas más tiempo y envejecen mejor. Eso lo sabe cualquiera que haya vivido un tiempo en el campo. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Colorado ha demostrado científicamente que esto es verdad. Trabajarse un huerto, o un jardín, y mejor si es entre varios, mejora la salud física y mental, a la vez que retrasa procesos asociados con el envejecimiento como el cáncer.

El ensayo de la universidad norteamericana separó a 300 personas en dos grupos. La mitad se asignó al grupo de jardinería comunitaria, mientras que la otra mitad constituyó un grupo de control que debía esperar un año para empezar a cultivar un huerto. Ambos grupos realizaron encuestas periódicas sobre su alimentación y su salud mental, se sometieron a mediciones corporales y llevaron monitores de actividad.

Los participantes en el grupo de jardinería consumían, de media, 1,4 gramos más de fibra al día que los del grupo de control, lo que supone un aumento del 7%. La fibra ejerce un profundo efecto en las respuestas inflamatorias e inmunitarias, e influye en todos los aspectos, desde cómo metabolizamos los alimentos hasta la salud de nuestro microbioma intestinal y la susceptibilidad a la diabetes y ciertos tipos de cáncer. Además, este grupo también aumentó sus niveles de actividad física en unos 42 minutos a la semana.

Este grupo vio cómo disminuían sus niveles de estrés y ansiedad, siendo los más estresados y ansiosos los que experimentaron una mayor reducción de sus problemas de salud mental.

Una empresa pionera

El estudio corrobora la líneas de trabajo que sigue Ariana en su empresa, pionera de la terapia ocupacional es espacios verdes en nuestro país. "La gente que viene a nuestras terapias se siente más tranquila, tiene un propósito vital que les estimula, vemos importantes mejorías en personas con problemas de soledad o depresión, y mejoran no solo su calidad de vida física y mental, sino también la social, al encontrar unos compañeros unidos por objetivos comunes", explica la especialista en jardines terapéuticos Ariana Smith.

Ariana es terapeuta ocupacional, y se formó en Inglaterra. "Allí estudias unas técnicas concretas en trabajo con huertos, y hay especialistas en terapias de horticultura" explica. Su empresa es una de las pocas que hoy se dedica en España a la realización de este tipo de terapias, y trabaja para ayuntamientos y sobre todo, centros residenciales. Montan los jardines y planifican diversas actividades durante todo el año en las que utilizan la jardinería y la horticultura: "los resultados son muy buenos en personas que tienen problemas de soledad o depresión. Encuentran una tarea distinta en cada época del año, que requiere de su cuidado y responsabilidad, y además, al compartir tareas, las relaciones florecen", cuenta Ariana. "Los resultados en mejora de la concentración y resolución de problemas son llamativos, y lo bueno es que no se trata de unos ejercicios estáticos al uso, sino que cada día se proponen nuevas actividades porque las plantas tienen necesidades distintas según la época del año. Y cuando llega la cosecha, no hay más que ver la cara de satisfacción de los participantes al llevarse a su casa unos tomates o unos pimientos cultivados por ellos", explica Ariana.

Los jardines terapéuticos son comunes en Inglaterra, los países nórdicos y Japón, que han contrastado desde hace años que cuidar de un huerto, de un jardín, y vincularlo al propio calendario vital proporciona efectos beneficiosos. "Las técnicas de relajación y mindfulness son más eficaces en entornos naturales, donde los olores de las plantas y su textura, el trabajo manual, todo ayuda a eliminar el estrés y lograr un estado de ánimo equilibrado", cuenta la terapeuta.

"Cualquiera puede disfrutar de los beneficios de cuidar un huerto o un jardín, incluso en casa. Los japoneses, que son magníficos jardineros, consideran todo un arte el cultivo de los bonsais, por ejemplo, y dedican muchos años de su vida al perfeccionamiento de esta disciplina de la jardinería, en el que se combinan la observación, la atención, la concentración, la experimentación, tomar decisiones, y disfrutar al dedicarte a algo en lo que tienes puestos los cinco sentidos", concluye la experta.

Red de huertos urbanos

Ahora que los científicos nos proporcionan la evidencia de que cultivar el huerto o el jardín es sano y previene enfermedades y soledades, es un buen momento para apuntarse a alguna de las múltiples iniciativas en marcha. En la gran mayoría de ciudades españolas existen programas de huertos urbanos, ya hay más de 20.000. Si tienes más de 60 años, mejor, ya que muchos de estos huertos están considerados dentro de los programas de promoción del envejecimiento saludable. En estos huertos no hay terapeutas ni se realizan terapias de ningún tipo, pero uno puede disfrutar de comerse lo que ha plantado, regado y visto crecer, a la vez que hace amigos con el de la parcela de al lado.

El funcionamiento u organización de cada huerto urbano depende de los ayuntamientos o entidades que los gestionan, pero en lo esencial, el ayuntamiento cede un espacio destinado para huertas y se designa una parcela a uno o varios vecinos para que la cultiven. Si estás interesado puedes encontrar más información en la red de huertos urbanos de tu ciudad o tu comunidad autónoma.