Yoga hormonal: la última variante de una práctica milenaria para aliviar los síntomas de la menopausia

  • Para cada condición y etapa física hay un tipo de yoga, también para la menopausia: es el yoga hormonal

  • Esta práctica actúa sobre las glándulas endocrinas de la mujer: la tiroides, las gónadas, las glándulas suprarrenales y la hipófisis

  • Las tres asanas que alivian más los síntomas de la menopausia

Existen muchas prácticas de yoga, desde el más pausado del hatha hasta las variantes más activas. Podría decirse que para cada condición y etapa física hay un tipo de yoga, también para la menopausia. Este último es el llamado yoga hormonal, una práctica que actúa sobre las glándulas endocrinas de la mujer: la glándula tiroides, las gónadas, las glándulas suprarrenales y la hipófisis.

Equilibrio físico y emocional

El yoga hormonal también rejuvenece. Pero no solo eso; entre sus principales beneficios:

  • Alivio de los síntomas comunes durante la menopausia: sofocos, insomnio, fatiga y dolor en las articulaciones. Las posturas de yoga ayudan a mejorar la circulación, fortalecer los músculos, aumentar la flexibilidad y calmar el sistema nervioso.
  • Equilibrio hormonal. La práctica regular puede ayudar a equilibrar las hormonas en esta etapa de la vida de las mujeres. Las inversiones y las torsiones estimulan las glándulas endocrinas, logrando un masaje interno que reequilibra los niveles hormonales.
  • Mejor gestión emocional. Si los cambios hormonales provocan altibajos emocionales, el yoga puede mejorar el estado de ánimo, promover la relajación y fomentar la estabilidad emocional al favorecer la concentración, una técnica cercana a la meditación.
  • Huesos más fuertes. Durante la menopausia las mujeres sufren osteoporosis al haber menor densidad ósea. El yoga, sobre todo en los ejercicios de fuerza, puede ayudar a fortalecer los huesos y a impedir el deterioro óseo.
  • Más calidad de sueño. Menopausia e insomnio van de la mano. Las técnicas de relajación y meditación que están asociadas al yoga pueden mejorar la calidad del sueño. Como se sabe, un descanso inadecuado es un factor de envejecimiento.

Después de tener claros los beneficios que procura el yoga hormonal, te ofrecemos las tres posturas que son más efectivas.

Salamba Sarvangasana: piernas en pared

Para esta asana (postura), tienes que acostarte en tu colchoneta, deslizar las caderas contra la pared y estirar las piernas apoyándote en el muro. Lleva los dedos de los pies a la nariz (pies flexionados). También puedes mantener las piernas en el aire sin la ayuda de la pared.

Esta postura lleva a la calma, ayuda a aliviar el estrés y la depresión leve, estira los hombros y el cuello, tonifica piernas y glúteos, mejora la digestión, reduce la fatiga y alivia el insomnio.

Samba: balanceo de caderas

El movimiento de la samba, el simple balanceo que ayuda a soltar las caderas tiene numerosos beneficios para la salud de las mujeres. El más evidente es que ayuda a descontracturar la parte inferior del cuerpo, procurando un masaje interno muy beneficioso.

Simplemente se trata de abrir las piernas al ancho de los hombros y balancear las caderas de izquierda a derecha, flexionando alternativamente cada pierna inspirando el inicio de cada movimiento y espirando en la salida. Lo ideal es hacerlo siete veces con cada pierna.

Setu Bandha Sarvangasana: el puente

Se trata de la postura del puente, una de las asanas clásicas del yoga. Túmbate boca arriba con las palmas de las manos hacia abajo. Dobla las rodillas para que los pies también queden planos sobre la colchoneta. Coloca los talones lo más cerca posible de los glúteos y luego levanta el trasero de la colchoneta.

Alza la pelvis lo más alto posible y deja que tus hombros soporten todo el peso, usando los brazos como apoyo presionando la colchoneta. En esa posición, el cuello y la columna se estiran, mejorando mucho la postura. Esta asana apacigua el cerebro y ayuda a aliviar el estrés. Además de sus beneficios para aliviar los síntomas de la menopausia, también mejora la digestión, reduce la ansiedad, la fatiga, el dolor de espalda y el de cabeza, al tiempo que favorece el descanso.