Conchi Lillo, neurocientífica experta en visión: "Los ojos azules no existen, es un efecto óptico"

  • La bióloga y nuerocientífica Conchi Lillo profundiza en '¡Abre los ojos!' en muchas de las dudas que existen sobre nuestros ojos

  • Los humanos solo tenemos dos tipos de melanina: la marrón oscura y la amarillenta o rojiza. ¿Cómo surge el color de ojos azul?

  • Las gafas de sol son algo más que un complemento, nos protegen de la luz UV y la radiación, factores de riesgo para las cataratas

La vista es nuestro sentido principal. A través de nuestros ojos percibimos gran parte de los elementos que nos rodean que luego complementamos con el resto de nuestro sentidos. Nuestros ojos esconden grandes incógnitas que los expertos se encargan de despejar, entre ellos la neurocientífica y bióloga Conchi Lillo, autora del libro '¡Abre los ojos!', en el que desgrana algunas de las grandes dudas que rondan a nuestros ojos. ¿Vemos todo lo mismo? ¿Por qué asegura que los colores no existen? La experta nos despeja estas y otras dudas.

¿Por qué es tan importante la vista? 

Es el sentido que más emplea el ser humano para obtener información del mundo que nos rodea. A lo largo de la evolución ha sido el sentido que hemos empleado para poder huir de peligros y para poder encontrar el alimento. Ahora es mucho más, el ser humano utiliza la vista como una vía de obtención de cualquier tipo de información, de ahí el auge de los dispositivos electrónicos para ello (TV, smartwatch, realidad aumentada…). 

Ante un mismo paisaje o expresión de una persona, ¿veo lo mismo yo y el que está al lado?  

Aunque cómo percibimos el mundo es algo muy particular de cada uno de nosotros, se puede decir que en líneas generales vemos muy parecido, ya que la evolución se ha encargado de 'normalizar' nuestra percepción visual, no existen variaciones intraespecíficas muy grandes. Sin embargo, por supuesto que hay muchas excepciones, como por ejemplo, hay mucha gente con problemas de refracción —lo que origina la miopía o hipermetropía— que supone que haya que utilizar lentes para poder “ver mejor” o también hay personas con enfermedades más importantes, que afectan en alto grado a la visión —cegueras parciales o completas—, lo que provoca que estas personas 'vean diferente'. 

¿Por qué dices que los colores no existen? 

Porque si los colores fueran inmutables, todos los seres vivos del planeta tendrían que ver exactamente los mismos colores, y no es así. Lo que sí existen, y que percibimos, son las longitudes de onda de la luz, que interactúan con determinadas proteínas de nuestros fotorreceptores, que transforman esa longitud de onda en un estímulo nervioso y que se envía a otros centros de nuestro cerebro a través del nervio óptico, para que nuestro cerebro resuelva a qué color corresponde la estimulación. Entonces, dependiendo de qué tipos de fotorreceptores posea cada organismo en la tierra, verá los colores de distinta forma. Por ejemplo, el ser humano tiene 3 tipos de fotorreceptores que nos informan de los colores (conos), pero hay animales, como algunas especies de mariposas, que llegan a tener hasta 16 distintos, por lo que no nos podemos ni imaginar qué colores pueden percibir.  

¿Por qué las mujeres perciben más colores que los hombres? 

No es algo generalizado, pero sí hay una alta proporción de mujeres (personas con cromosomas sexuales XX), que distinguen más colores que la mayoría de los seres humanos. En general somos tricrómatas, porque tenemos 3 tipos de conos que nos proporcionan la información del color. En personas con dos cromosomas X (la mayoría son mujeres), se ha visto que las mutaciones en una de las copias de los genes para distinguir el verde o el rojo en uno de los cromosomas X produce otro tipo de cono, ya que estas personas portan una copia correcta de la proteína y otra de la mutada. Si las dos proteínas que se generan, la correcta y la mutada, se expresan en estos fotorreceptores —es decir, se sintetizan correctamente— y pueden realizar su función, estas personas se convierten en tetracrómatas, dado que dispondrán de los tres tipos de conos «normales», más el que expresa la proteína mutada: el cuarto cono. Esto hace que puedan tener una visión cromática extraordinaria, pero no porque puedan ver más allá de nuestro espectro visible, sino que, dentro de este, distinguen muchas más tonalidades. Tanto que diferenciarían tonalidades que para un tricrómata son idénticas entre sí. De hecho, si una persona tricrómata distingue un millón de tonalidades, un tetracrómata podría distinguir hasta 100 millones. 

¿De qué depende el color de nuestros ojos? 

El iris está formado por varias capas de tejido, algunas son musculares y en otras hay una células cargadas de pigmento (melanina), similar al que da color a nuestra piel. El color que adquiere nuestro iris depende de muchos factores, principalmente genéticos, que regulan la cantidad de melanina que contienen nuestras células, también de cómo se distribuyen esas células con melanina en el iris, la iluminación, el ángulo y la distancia desde la que mires, etc. La pigmentación de nuestro cuerpo, de la que también depende el color de los ojos, depende de más de cuatrocientos genes distintos, por lo que el color del iris, que no es igual por toda su superficie, se debe a una combinación tanto de los genes expresados como de todos los factores anteriores. Los seres humanos contamos solamente con dos tipos de melanina: la marrón oscura y la amarillenta/rojiza. Los colores de ojos, piel y pelo de humanos y otros mamíferos son producto de las mezclas y localización en el iris de estos dos tipos de melanina. 

¿El color claro de ojos es más propenso a sufrir enfermedades oculares?

No necesariamente. Lo que puede pasar es que como el iris realmente es como un diafragma de una cámara de fotos, que sirve para bloquear la entrada excesiva de luz en nuestro ojo, cuando ese iris es muy claro, no bloquea tanta luz como un iris oscuro, por lo que puede ser que a las personas con ojos claros les moleste más la luz brillante (fotofobia). 

Rompes con una creencia falsa, que el color azul de ojos no existe. ¿Qué pasa para que lo percibamos así?

No hay melanina azul en el ser humano por lo que el color azul en los ojos realmente es un efecto óptico. Vemos los ojos azules por el mismo motivo por el que vemos el cielo azul, llamada la dispersión de Rayleigh. Lo que ocurre es que, de las longitudes de onda de las radiaciones solares que llegan a la Tierra, las que corresponden al azul son las más cortas y los gases atmosféricos hacen que se dispersen más; así que, como son las más abundantes en el cielo, son las que percibimos más, por eso vemos el cielo azul. Por la misma razón, como estas personas tienen poca melanina en su iris, y por tanto no absorbe tantas radiaciones del sol, dispersan la luz, y como, de nuevo, las que corresponden a la luz azul son las más cortas y energéticas y las más abundantes, veremos sus ojos azules.  

¿Qué pasa con las personas a las que les cambia el color dependiendo de la luz? 

Es porque la luz incide en la melanina del iris de distinta forma y tú percibes unos matices distintos. Se pueden aclarar un poco cuando les da mucho el sol porque los melanocitos se pueden mover (un poco) igual que pasa en nuestra piel. 

¿Los filtros azules realmente protegen nuestra vista? ¿Es recomendable añadirlos a los cristales de las gafas?

A pesar de las campañas tan agresivas informándonos del peligro de la luz azul para nuestros ojos, los profesionales que trabajamos con sistema visual sabemos que esta fuente de iluminación no es tan peligrosa como nos quieren hacer ver. Se ha publicado una revisión en la que se pone de manifiesto que usar filtros de luz azul no es eficaz para lo que se suponía que servían. Ni mejora ni la fatiga visual asociada a un uso excesivo de pantallas ni mejora nuestro descanso.  

La excepción son las personas que tienen algún problema visual y que, debido a que la luz azul es la más energética y la que más se dispersa, es posible que cause fotofobia en algunas de estas personas. En esos casos, son filtros que están recetados por oftalmólogos. En ningún caso, en personas sin problemas visuales, se ha visto que sean beneficiosos. 

Y las gafas de sol, ¿nos ayudan o perjudican ante la percepción de la luz?

Las gafas de sol tienen un objetivo muy importante, proteger nuestros ojos de la luz UV, que es dañina, tanto para nuestra piel como para nuestros ojos. El tipo de cristal (oscurecimiento) depende del tipo de protección que se necesite, no es tanto por el color del iris, sino porque hay personas con problemas visuales que necesitan más protección.

¿Qué se puede hacer en el día a día para evitar enfermedades visuales? 

Hay muchos tipos de enfermedades visuales. Algunas de ellas, especialmente las que tienen un componente genético, no se pueden 'evitar'. El resto, lo único que podemos hacer es mantener una buena salud ocular y disminuir los factores de riesgo. Con ello no nos aseguramos que no vayamos a desarrollar un problema visual, sino que al descender los factores de riesgo, disminuyen las posibilidades de desarrollarla. 

¿Hay que tomar alguna precaución extra si otros familiares sufren alguna enfermedad ocular? 

Si tiene un componente genético, como la retinosis pigmentaria o la degeneración macular asociada a la edad, es recomendable que se realicen revisiones periódicas en el oftalmólogo. 

¿Y las cataratas en concreto? ¿Se pueden intentar prevenir de alguna manera? 

No hay un estándar para prevenir las cataratas. Lo que sabemos es que un factor de riesgo importante es la sobre-exposición a la luz UV del sol, por lo que es importante protegernos de las radiaciones dañinas del sol con gafas de sol homologadas.  

¿Habrá en un futuro una solución real a la ceguera? 

No hay un solo tipo de ceguera, por lo que es una pregunta difícil de contestar. Es lo mismo que si preguntamos si habrá una cura para el cáncer. Hay muchos tipos de cánceres, por lo que no hay una sola respuesta. 

En el caso de algunas enfermedades visuales que desembocan en ceguera, hay muchas líneas de investigación en las que tanto la terapia génica (sustituir el gen mutado que causa el problema), como trasplantes de células de epitelio pigmentario en el caso de la degeneración macular asociada a la edad, parecen ser las que más éxito están teniendo en la práctica. Por tanto, estas técnicas podrían resultar beneficiosas para algunos tipos de ceguera.