Un día de 23 horas: pautas de experto para sobrevivir al cambio horario

  • Para nuestro cuerpo, regulado por ritmos circadianos, el cambio horario puede suponer una alteración que afecta especialmente a niños y mayores

  • Además de los antecedentes familiares, patologías como los cuadros depresivos o de bipolaridad pueden empeorar el trastorno estacional

  • Para favorecer la adaptación al horario de verano los expertos recomiendan introducir más vegetales en la dieta, favorecer el descanso y hacer ejercicico, adaptado a cada edad y condición física

El último domingo de marzo de 2024 es especial. Se produce el cambio de hora, del horario de invierno al de verano, y el día tendrá excepcionalmente 23 horas, una hora menos. Puede parecer una cantidad despreciable, pero para nuestro cuerpo, regulado por los ritmos circadianos -el reloj interno marcado por las horas de sol- y comprometido por el estrés, falta de descanso y una alimentación no siempre sana, esos 60 minutos pueden significar mucho.

El horario de verano supone más horas de luz y temperaturas más altas; en suma, más vida social y más actividades al aire libre. Buenas noticias para nuestro organismo, pero, antes de eso, hay que superar los trastornos del cambio horario. Existen e inciden más en dos grupos de edad: niños y mayores.

Impacto negativo

El cambio horario puede tener un impacto negativo para el cuerpo y afectar al ritmo biológico. Como explican desde la Clínica Mayo, el trastorno afectivo estacional de primavera y verano puede ocasionar cansacio, estrés, ansiedad e insomnio, trastornos que pueden verse agravados si se sufren alergias. La también llamada astenia primaveral también está provocada por cambios en la presión atmosférica junto con las horas de luz en el día.

Otros trastornos involucrados son la irritabilidad, la falta de apetito e, incluso, la pérdida de peso. El trastorno afectivo estacional se diagnostica con mayor frecuencia en las mujeres que en los hombres, y más entre adultos jóvenes.

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer trastorno afectivo estacional están los antecedentes familiares y los cuadros depresivos o de bipolaridad. Cualquiera de estas patologías pueden empeorar según la estación del año.

Cómo entrar bien en la primavera 

Los expertos señalan que nuestro cuerpo debe acostumbrarse al cambio horario, un proceso que puede tardar varios días. Existen algunas recomendaciones que pueden facilitar la adaptación. Entre las más importantes:

  • Introducir cambios en la dieta. Tomar durante este periodo una dosis extra de frutas y verduras puede ayudar a que el cuerpo se encuentre con más energía.
  • Facilitar el descanso. No debemos estimular el cuerpo las horas previas a dormir (uso de dispositivos móviles, televisión, tablets…) ya que la visión de las pantallas favorece el insomnio.
  • Hacer ejercicio adaptado a la edad. Mantener una rutina de ejercicio diaria, en esta época quizá más relajada hasta que el cuerpo se adapte e intentar hacerlo por las mañanas para aprovechar la luz del día.
  • Organizar las tareas de manera eficiente. Lograr una organización eficaz y prolongada de las tareas y comprometerse con unos mismo a llevar hábitos saludables en el día a día.
  • Suplementación con supervisión médica. Cuando la dieta no es equilibrada y los alimentos no ofrecen todos sus nutrientes, se puede valorar junto al profesional médico una suplementación que cubra las carencias. En esta época, puede ser interesante tomar suplementos de melatonia para favorecer el descanso, así como de vitamina C y D si no se pasa el suficiente tiempo al aire libre.