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"Este será el último fin de semana en el que llevaremos mascarilla. En pocos días, nuestro rostro adquirirá su aspecto normal". Así ha anunciado Pedro Sánchez el fin de los cubrebocas en el exterior. Se trata de una medida que implica el derogamiento de la ley 2/2021, del pasado 29 de marzo, que establece la obligatoriedad de la prenda tanto en interiores como en exteriores hasta que finalice la emergencia sanitaria derivada de la pandemia.
El presidente ha afirmado en Barcelona, durante su participación en la clausura de la XXXVI reunión del Cercle d’Economia, el jueves 24 de junio se celebrará un consejo de ministros extraordinario que aprobará un decreto que entrará en vigor el sábado y dejará sin efecto esta norma. En los 30 días siguientes, la nueva ley deberá ser refrendada por el Congreso. Hasta el momento, Francia, Reino Unido, Polonia y Estados Unidos, entre otros, ya han adoptado esta medida.
La efectividad de las mascarillas en espacios exteriores no ha sido clave para acabar con los contagios, ya que la contaminación al aire libre es rara. Aún así, la pauta es mantener siempre una distancia de al menos 1,5 metros entre las personas.
En el momento más grave de la pandemia, sin embargo, sí se estableció el uso obligatorio para eliminar cualquier probabilidad de contagio y no contribuir a la relajación de las medidas. Ahora, muchos expertos respaldan la iniciativa del gobierno de Sánchez. En breve, habrá una incidencia de 70 casos por cada 100.000 habitantes. La bajada de contagios, con una gran cobertura en la campaña de vacunación, hará que la mayor parte del territorio sea mucho menos vulnerable al virus. En julio se estima que en torno a un 50% de la población esté inoculada con alguna de las dosis de la vacuna.
Otros expertos, sin embargo, como el investigador Eduardo López Collazo, creen que la eliminación de las mascarillas en espacios exteriores es prematura: "Quitar la mascarillas quizá habría que retrasarlo hasta llegar a un 75% de inmunidad. Temo repunte debido a jóvenes no vacunados, turistas y variante delta. Lo dice alguien con pauta completa de Pfizer, anticuerpos neutralizantes y harto de la mascarilla", explica en sus redes sociales.
Con el próximo Real Decreto conoceremos las condiciones exactas en las que podemos estar sin mascarilla. En los espacios interiores seguirá siendo necesaria y en exteriores, según parece, seguirá siendo obligatoria en el transporte público y en grandes aglomeraciones. Mercadillos, ferias, conciertos, espectáculos deportivos… En esos escenarios parece que el uso de la mascarilla seguirá siendo de obligado cumplimiento. También lo será si estamos a menos de 1,5 metros de la persona con la que estemos en la calle si no pertenece a nuestro núcleo de convivencia. La razón es que la pandemia está activa y, en especial, la población no vacunada sigue siendo objetivo del virus. Por tanto, debemos continuar con los mecanismos de prevención.
A falta de conocer el contenido concreto de la nueva ley, en este momento el incumplimiento de la obligación del uso de mascarilla o uso inadecuado, está considerado una falta leve y se sanciona con una multa de entre 100 y 3.000 euros.
La cosa puede complicarse si la persona insiste en no querer ponerse la mascarilla, ya sea en espacios exteriores o interiores, pese a los requerimientos de las autoridades. Más aún si incumplimos la distancia de seguridad. En ese caso estaríamos ante una infracción de la Ley de Seguridad Ciudadana cuyo artículo 36.6 sanciona la resistencia a la autoridad tipificándolo como infracción grave, lo que conlleva una multa de entre 601,00 a 30.000 euros.
Beber en la calle, sin respetar distancia de seguridad y formando aglomeraciones es otra de las actividades penalizadas. Hacer botellón seguirá siendo objeto de multa; en este caso, entre 100 y 600 euros. Los ayuntamientos son los encargados de decidir los importes.
En cualquier tipo de transporte, la sanción oscila entre 600 y 30.000 euros, ya que se considera una falta grave contra la salud pública.
La mascarilla y el coche también han dado quebraderos de cabeza. Es necesario cubrir la boca cuando en nuestro coche viajemos con personas que no pertenecen al núcleo familiar. En caso contrario, nos enfrentamos a una sanción económica de entre 80 y 500 euros, según se considere falta leve o grave.
En definitiva, a partir del 26 de junio podremos estar sin mascarilla al aire libre. Pero el resto de medidas preventivas, la higiene de manos, la distancia interpersonal y el evitar cualquier aglomeración seguirán formando parte de nuestro estilo de vida hasta que la vacunación alcance al grueso de la sociedad. Aunque las sanciones se modifiquen, es probable que las multas por cualquier infracción en el uso de las mascarillas sigan estando vigentes.