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La falta de cuidados y el exceso de estrés pueden ocasionar un envejecimiento más rápido de lo que se piensa; lo que ya no es raro en estos días debido al acelerado estilo de vida donde se descuida la salud. Aunque la vejez sea un proceso natural e inevitable, muchas personas se preguntan cómo pueden minimizar los efectos de los factores que intervienen en el envejecimiento y cómo se pueden disimular los signos visibles en la piel y el rostro.
Entre los 20 y los 25 se pierde la llamada grasa de bebé en el rostro, y con ello las facciones se definen más dando una apariencia más sexy y madura. Al perder volumen, las líneas de expresión son más notorias y no es envejecimiento prematuro es un proceso normal; entre más seca y blanca es la piel más notorios tienden a ser las líneas de expresión. Después de los 25, dependiendo de los cuidados de la piel, se puede perder lozanía y entonces la piel se puede ver marchita y esto sí es envejecimiento prematuro. Es lo mismo con las arrugas muy marcadas.
Cada uno de nosotros disponemos de cinco relojes internos que son los que muestran nuestra edad interior, nuestra edad biológica. Son: la longitud de los telómeros, el reloj epigenético, el reloj transcriptómico, el reloj proteómico y el reloj metabolómico.
Una investigación publicada hace unos días en la revista eLife ha comprobado cuáles son los principales factores que hacen que esos cinco relojes internos avancen más rápido. Si eso ocurre tendremos una falta de coherencia entre nuestra edad cronológica y nuestra edad biológica.
1. Ser hombre
Los hombres muestran un envejecimiento biológico avanzado y una mortalidad más temprana en comparación con las mujeres. Aunque las primeras arrugas tardan mucho más en aparecer en los hombres que en las mujeres, el proceso de envejecimiento de la piel de los hombres es mucho más brusco y más rápido. La piel del hombre es un 20% más gruesa que la de las mujeres, lo que propicia que las arrugas se manifiesten más tarde, pero en cambio, las malas costumbres, provocan que una vez que se hacen visibles, lo hagan de una forma mucho más rápida y agresiva.
2. Obesidad
La obesidad debe considerarse un envejecimiento prematuro. Es lo que considera un estudio elaborado en Canadá, que publica en la revista Obesity Reviews, y que equipara los efectos de la obesidad a los del envejecimiento. A mayor índice de masa corporal mayores indicadores biológicos de envejecimiento, por lo que a mayor porcentaje graso, mayor es la edad biológica, sea cual sea nuestra edad cronológica.
3. Síndrome metabólico
El síndrome metabólico es una mezcla de varias enfermedades metabólicas como pueden ser: obesidad, hipertensión, diabetes, nivel alto de triglicéridos y/o nivel alto de azúcar en sangre. No es de extrañar que nuestros relojes internos vayan a toda velocidad ante ese escenario.
4. Tabaquismo
El tabaquismo es otro de los factores que más acelera las manecillas de los relojes internos. El consumo de tabaco acelera el envejecimiento de la piel hasta el punto de que, por cada 10 años fumando de forma continuada, el desgaste se acelera hasta dos años y medio, según datos de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).
Fumar provoca la disminución de la circulación sanguínea en todos los tejidos, influyendo negativamente en la elasticidad y aspecto de la piel, un desgaste que hace más visibles los músculos faciales por la erosión de su envoltorio, en la aparición de marcas de expresión, especialmente alrededor de la boca. Además, las arrugas ganan en profundidad, la piel presenta una mayor sequedad, los poros se dilatan, aparecen quistes de millium, manchas en la dermis y la piel tiene una menor capacidad de recuperación ante quemaduras solares.
5. Depresión
Un estado de trastorno depresivo contribuye a un envejecimiento biológico. La conexión entre las emociones y los genes es cada vez más estudiada y sí parece existir esa relación. Un nuevo estudio publicado en la revista American Journal of Psychiatry, muestra que la depresión mayor también puede resultar en un envejecimiento prematuro. Estudiaron la estructura del ADN de personas con depresión e hicieron un descubrimiento intrigante. Encontraron que el ADN de las personas con depresión mayor es, en promedio, 8 meses más añejo que el de las personas que no sufren de depresión. En algunos casos de depresión severa, la edad biológica era entre 10 y 15 años mayor que la edad cronológica.