Arritmias, el peligro silencioso: pequeños síntomas a los que estar atento

  • Ángel Gabilondo, recibe el alta tras pasar la noche ingresado por una arritmia cardiaca

  • "Por su edad, todo parece apuntar a que ha sufrido una fibrilación auricular"

  • El 10% de los varones de entre 70 y 79 años la sufren

Un corazón sano late entre 60 y 100 veces por minuto. Cualquier alteración, por encima o por debajo de esa frecuencia, es lo que se considera una arritmia. A la que, en función de cómo sea, recibirá un nombre: taquicardia, bradicardia... Esto es lo que le ha ocurrido a Ángel Gabilondo, el que ha sido candidato socialista a la Comunidad de Madrid, coincidiendo con el día en el que ha recibido la vacuna contra el coronavirus. Tras una intensa campaña, el líder del PSOE madrileño ya advirtió durante la mañana que "se encontraba un poquito revuelto" y ha pasado la noche en el Hospital Ramón y Cajal, aunque a último hora de la mañana ha recibido el alta. ¿Es fácil reconocer una arritmia? ¿A qué síntomas he de estar atento? ¿Cuáles son las consecuencias para mi corazón? El Dr. Julián Pérez Villacastín, presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), nos lo explica.

Síntomas en los que fijarnos

De acuerdo con la Fundación del Corazón, las arritmias cardiacas aparecen por tres motivos fundamentales: porque el impulso eléctrico no se genera adecuadamente, porque se origina en un sitio erróneo o porque los caminos para la conducción eléctrica están alterados. Dependiendo del tipo que sea, puede causar algún síntoma o directamente no hacerlo y ser descubierta por los médicos cuando realizan exámenes rutinarios.

"Por la edad del señor Gabilondo, 72 años, todo parece apuntar a que ha sufrido una fibrilación auricular, que requiere de hospitalización. El 10% de los varones de entre 70 y 79 años la padecen alguna vez en la vida. Esta arritmia se caracteriza porque la parte superior del corazón en vez de tener una electricidad normal, que consiste en un foco sinusal cada segundo, se comporta como una discoteca y hay un caos eléctrico que propicia que los ventrículos latan muy rápida y de forma irregular", explica Pérez Villacastín.

Pese a que depende mucho de la persona, "hay gente que se nota mucho el corazón, los latidos, de forma habitual, mientras que otros solo saben el estado de este al tomarse la tensión", existen algunas señales más evidentes a las que podemos estar atentos y pueden ser sinónimo de este problema cardiaco. Hablamos de palpitaciones, mareo, síncope, dolor torácico o pérdida de conocimiento. En ocasiones, la fatiga, la sudoración y la ansiedad también pueden ser una llamada de aviso.

Las arritmias suelen originarse a raíz de trastornos propios en el corazón, por enfermedades sistémicas o por causas externas. Los más comunes son la hipertensión, los infartos, problemas de tiroides, obstrucción de arterias del corazón, diabetes o agentes externos como puede ser el tabaco, las drogas, el sedentarismo… "También son comunes después de episodios de estrés acusados, cuando han pasado. Las fibrilaciones auriculares las causan, sobre todo, el estrés y las trasgresiones”, apunta.

¿Cuándo tengo que ir a ver a mi médico?

Si tienes alguno de los síntomas anterior, se forma repetida y sin una razón clara a la que achacarlos, lo mejor es que acudas a ver a tu doctor. En consulta, el diagnóstico se suele realizar a través de un electrocardiograma, el problema que presenta es que solo es capaz de detectar si la arritmia está presente en el momento exacto de la prueba.

En ocasiones concretas, el doctor puede decidir hacer el registro a través de un Holter durante uno o dos días. En los casos en los que se considera que la arritmia está relacionada con el esfuerzo físico, lo que se realiza precisamente es una prueba de esfuerzo. El pronóstico de cada paciente depende del tipo de arritmia y del estado general del mismo.

"A veces es una cuestión esporádica y solo se tiene un episodio, pero suele ser recurrente. Por eso es necesario estudiar bien cómo está el corazón y ver cuáles han podido ser las causas, hay que acudir a ver a un médico para analizar que no haya ninguna cardiopatía estructural y una vez que sabemos eso, analizar las consecuencias que puede tener a futuro", asevera el presidente de SEC.

Consecuencias, más graves de lo que puede parecer

Pese a que, como hemos explicado, los síntomas son leves, una arritmia cardiaca es peligrosa y puede provocar daños severos en el corazón y otros órganos. El errático movimiento de este provoca que la sangre se acumule dentro de él, lo que puede favorecer la formación de coágulos, es decir, de trombos. Cuando estos son finalmente bombardeados fuera, van creciendo y pueden terminar obstruyendo una arteria.

"Entre las complicaciones más comunes están los ictus. la posibilidad de que un trombo salga del corazón y se vaya al cerebro es casi del 40% y puede tener consecuencias fatales para la salud del que lo padece", concluye el especialista.