¿Eres senior y tienes una incipiente barriga cervecera? Te contamos cómo deshacerte de ella

  • A partir de esa edad, el cuerpo acusa una serie de cambios metabólicos que es importante conocer

  • La reducción de la testosterona hace mucho más lenta la quema de grasa

Un día te despiertas, eres senior y te miras al espejo. La madurez es una bendición, dicen. Nos hacemos más sabios, más conscientes de nuestra forma de ser. La luz con que miramos el mundo es más reposada. Pero... ¡oh, sorpresa!: una criatura con forma de planeta ha empezado a asomar de tu tripa. Salúdala porque quiere quedarse. La famosa barriguita cervecera acaba de llegar a tu vida, y si no pones remedio para reducirla, es probable que siga creciendo.

Si te estás preguntando cómo bajar barriga, o peor, te has hundido en la desesperación y piensas que es una tarea imposible solo al alcance de fanáticos del deporte o zombies que pasan hambre, la respuesta es un rotundo no. Estás de suerte. Solo deberás seguir una serie de pautas y consejos.

El cuerpo cambia, y tú cambias con él

Admítelo, puede que seas una persona que salga a correr varios días a la semana, o siempre hayas sido de esos que dicen gozar de una genética envidiable. Nada de esto importa mucho cuando llega la madurez. Lo cierto es que, tanto para los hombres como para las mujeres, ninguno estamos salvo de los cambios en el metabolismo una vez pasada la frontera de los cuarenta años.

Diversos estudios científicos han concluido que, a partir de ese momento, nuestro cuerpo aumenta su capacidad de retener grasa. No solo eso. Su quema ralentiza considerablemente, dando lugar a esa tripa esférica de la que es difícil deshacernos.

Hay además otro factor que influye directamente en tener barriga hinchada que te está costando tanto reducir. Más o menos hasta los cuarenta años, los hombres mantenemos un nivel alto de producción de testosterona. Esta hormona es la principal encargada de la quema de grasa y la construcción del músculo. Es decir, nuestra aliada. A partir de los cuarenta, el metabolismo se ralentiza a marchas forzadas y la capacidad de quema quema de calorías y grasa desciende de forma considerable.

Estás comiendo y bebiendo demasiado

Todos ponemos excusas para no admitir nuestros propios excesos: ¿Una cerveza a media tarde? Bueno, por una no pasará nada. Ponme una tapa. Solo me hace falta un día de gimnasio. Así, vamos sumando malos hábitos.

Lamentarse no sirve de mucho. Pasados los cuarenta hay que empezar a asumir los propios cambios en el cuerpo y la necesidad de mejorar nuestras rutinas de salud: mantener un alto consumo de alcohol, despistarnos con la ingesta de calorías o pasar mucho tiempo inactivos son auténticos metabolizadores del horror. Y nuestra tripa no se cansará de crecer.

Suma a todo eso algo de sedentarismo y tendrás al enemigo en casa: esa tripa que no te quitas ni llorándole a tu médico. Hay otra mala noticia: los hombres con exceso de grasa corporal tienen propensión a padecer problemas cardíacos y diabetes tipo 2. Así que no la reduzcas solo por verte fino en el espejo, hazlo por tu salud.

Reducir barriga es fácil y rápido

Puedes perder esa molesta barriga si introduces una serie de hábitos fijos en tu día a día. Lo más importante es que vayas incorporándolos poco a poco, que seas consciente de que para quitarte esa tripa cervecera que te avergüenza en la playa hay soluciones simples. No requieren más que un poco fuerza de voluntad. La ciencia y la nutrición están de tu lado.

Consulta con tu médico. Si vas a seguir una dieta, es imprescindible realizar este paso previo. Un especialista en nutrición podrá hacerte un estudio metabólico y orientarte con total seguridad en base a tus necesidades.

Levanta esa mancuerna, te verás mejor. No es necesario invertir cientos de horas en el gimnasio para empezar a disminuir la barriga. Puedes concentrar tu rutina en los ejercicios de fuerza y las pesas. Así aumentarás la producción de insulina. También puedes empezar a practicar las rutinas HIT (High Intensity Training). Su eficacia rotunda en la quema de grasa está más que demostrada. 40 segundos con intervalos de tres minutos de descanso, sea en reposo o trotando.

Duerme tus horas: con la disminución de la testosterona también aparecen síntomas como la falta de sueño y la irritabilidad. Lo ideal será mantener un horario regular de sueño de 7-9 horas de sueño.

Una copa de vino es poesía, siete son una pesadilla para tu barriga. No es necesario que dejes de comer, ni mucho menos que renuncies a esa cerveza o copa de vino a media tarde que hace el día más agradable. Eso sí, hay que olvidarse de esos cuatro gin tonics en el afterwork. Unas 190 calorías cada uno. Haz la cuenta.