Melatonina: ¿sabes qué es y por qué es importante tenerla en cuenta a partir de los 50?

  • La llamada “hormona del sueño” se produce en la glándula pineal de nuestro cerebro, que se activa con la oscuridad

  • La producción hace que se pueda lograr una buena calidad del sueño, aunque su fabricación disminuye con el paso de los años

Melatonina, una palabra desconocida para muchos pero que otra gran cantidad de la población sabe que tiene una gran relación con el sueño y el descanso. En concreto es una hormona que se produce en nuestro cerebro en la zona de la glándula pineal y que tiene una función principal: la de regular el sueño. De esta manera se convierte en una hormona de grandísima importancia para nuestro bienestar en el día a día, no solo con beneficios en el descanso, también en otros aspectos que afectan a nuestro organismo.

¿Cómo se produce?

La oscuridad es la que estimula la glándula pineal y por eso la noche es cuando mayor producción se alcanza de la llamada “hormona del sueño”. Una producción que incita al sueño, a dormir, pero que una vez que comienza a desaparecer la oscuridad y aparece la luz su producción remite y es cuando nuestro cuerpo se va despertando poco a poco. ¿El problema? Que puede existir un déficit, lo que conlleva un posible trastorno del sueño que no permita conciliarlo de forma adecuada para el bienestar de la persona.

Esta hormona no aparece desde que nacemos, realmente su producción se inicia a partir del cuarto mes de vida y progresivamente su fabricación por parte de la glándula pineal comienza a aumentar hasta llegar a una estabilidad. Pero cuidado, porque se apunta que alrededor de los 35 o 40 años esta hormona podría empezar a disminuir su producción poco a poco, de tal manera que en ancianos la cantidad de melatonina es mucho menor que la de una persona joven o de mediana edad. Es curioso como en verano, cuando hay más horas de luz, su producción remite, mientras que en invierno y en otoño es cuando alcanza su pico máximo debido al aumento de horas de oscuridad.

La melatonina puede tomarse a través de fármacos, siempre aconsejados previamente por un médico o un farmacéutico, para ciertos casos puntuales, como por ejemplo para la regulación de los ritmos circadianos por cambios de horario muy significativos en los que el descanso se vea alterado, por ejemplo por el llamado jet-lag de esos largos viajes con cambios horarios muy bruscos. En otros casos en los que la calidad del sueño no sea del todo buena habría que observar otros factores, ya que la exposición a mucha luz o a la pantalla del móvil o la televisión antes de dormir puede hacer que esa calidad se vea mermada.

Cuando no debe tomarse

Además de esos casos, se ha probado que la melatonina es efectiva en casos puntuales, como por ejemplo en niños con autismo que tienen problemas para el descanso o en personas ciegas que puedan tener algún tipo de trastorno del sueño. En cambio, se ha hablado mucho de los beneficios de la melatonina en otros aspectos, pero no han llegado a ser probados en su totalidad como tratamiento efectivo, por lo que habría que tener mucho cuidado. Esas patologías o problemas en los que aún no se ha logrado corroborar la efectividad son la epilepsia, la fibromialgia, los síntomas derivados de la menopausia o la osteoporosis.

Más allá de la falta de pruebas científicas en relación a los beneficios de la ingesta de melatonina por vía farmacología en ciertas patologías sí que hay que hablar de ciertas circunstancias en la que está totalmente contraindicada. Uno de esos aspectos es la depresión, más aún si se están tomando fármacos contra esta enfermedad, lo mismo que ocurre con la diabetes. Tampoco se aconseja su uso ni en mujeres embarazadas ni tampoco cuando están en lactancia, así como en los niños, a excepción de aquellos casos específicos, como los mencionados antes, en los que sí está probada su eficacia.

En definitiva, la melatonina o la “hormona del sueño” es de gran importancia para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestro bienestar. Su principal objetivo es regular nuestro sueño y de esta forma conseguir un buen descanso, pero es una hormona que con el paso del tiempo comienza a disminuir su producción, por lo que en la comparativa, un anciano tendrá mucha menos cantidad que alguien de mediana edad, por lo que el sueño del primero tendrá una menor calidad que la del segundo.