¿Tienes cara de gluten, lácteo, vino o azúcar? Lo que indica tu rostro de la salud de tu intestino

  • Nigma Talib, la doctora de Penélope Cruz y Gwyneth Paltrow, sigue este método diganóstico

  • La cara no solo es el espejo del alma, sino de la salud de tu intestino. Y si este no funciona bien, puedes tener algún problema de salud o envejecer a grandes pasos

Un rostro limpio, libre de maquillajes, puede ser un indicativo del estado de nuestra salud. En concreto, de la salud intestinal, de la que depende gran parte de nuestro estado biológico. Según la medicina tradicional china, la lectura facial es una herramienta útil para averiguar qué anda mal en nuestro organismo y qué remedios son los más adecuados. La doctora canadiense de origen indio Nigma Talib es una de las profesionales que hoy utilizan este método diagnóstico, que luego confirma con distintas pruebas médicas. Entre sus clientas, Penélope Cruz, Sienna Miller, Kate Bosworth o Gwyneth Paltrow, quienes se declaran fans de los cuidados de Talib. Con clínicas en Los Ángeles y en Londres, en Madrid pasa consulta en Tacha, uno de los centros de estética más reputados de nuestro país.

Para Talib, según explica en su libro 'Revierte los signos de la edad', y para la medicina china, existen cuatro tipos de cara: gluten, lácteo, vino y azúcar. Cada uno de estos rostros refleja una intolerancia o una disfunción en la digestión de estas sustancias. Veamos por qué se caracterizan y cómo podemos ponerles remedio.

Cara de gluten: granitos en la frente, mejillas rojas o hinchadas

No importa lo que te cuides o los suplementos dietéticos que tomes. La cara de gluten típica tiene:

  • Granitos en la frente.
  • Mejillas hinchadas o poco turgentes (como si siempre acumularas kilos en esa zona).
  • Enrojecimiento y/o granitos rojos en las mejillas.
  • Granitos o manchas oscuras en las mejillas.

Si te ocurre esto, deberías quitar el gluten de tu dieta. El gluten es la proteína presente en alimentos como el trigo y granos relacionados como la cebada y el centeno. La avena no la tiene por sí misma, pero sí tiene una proteína similar llamada avenina que puede generar las mismas reacciones de intolerancia. El gluten es un aglutinante muy bueno y la base de saborizantes en la comida procesada. Por eso, está muy presente en la alimentación, especialmente en las personas que consumen mucho carbohidrato.

Si decides dejarlo, como alternativa puedes consumir trigo sarraceno, arroz integral o salvaje, semillas de chía o quinoa, lentejas, judías, patatas y verduras ricas en almidón. Y para deshacerte de la cara de gluten, come crucíferas (brócoli, col, coliflor, repollo verde, col de Bruselas). Ayudarán a deshacernos del exceso de estrógeno que el cuerpo libera ante el gluten. Por último, si desarrollas sarpullido con comezón o ardor en los codos, hombros, rodillas o nalgas después de comer gluten, debes ir al médico por tratarse de síntomas de enfermedad celiaca.

Cara de lácteo: párpados hinchados, bolsas en los ojos

Duermes bien tus ocho horas, haces ejercicio moderado, usas buena cosmética y eres constante aplicándotela. Y, sin embargo, 'luces' ojeras perpetuas y las bolsas de tus ojos envejecen tu rostro. Puede padecer alguna intolerancia a los lácteos. Comprueba si tienes alguno de estos rasgos:

  • Párpados hinchados.
  • Ojeras y bolsas bajo los ojos.
  • Mejillas pálidas.
  • Acné y granitos en toda la cara, y especialmente en la barbilla.

Los lácteos son un grupo de alimentos amplio: leche, yogures, quesos, cremas y natas, mantequillas y helados. Además, numerosos alimentos procesados contienen lácteos para lograr su textura cremosa. Sorprendentemente, el pan, los cereales, las carnes procesadas, los batidos de proteínas y licuados proteicos también tienen caseína o suero de leche.

Dejar de tomar lácteos es complicado porque no podemos dejar el calcio, mineral imprescindible para la salud de los huesos. Afortunadamente, hay alternativas a la leche de vaca, como, por ejemplo, la de cabra u oveja, así como leches vegetales (almendra, nuez, coco...). En este caso, elígelas siempre sin azúcar. En cuanto a los otros alimentos con calcio, los más importantes son:

  • Pescados azules.
  • Verduras: brócoli, col, acelga, berros.
  • Legumbres: garbanzos, judías, lentejas, cacahuetes.
  • Granos: arroz integral, quinoa.
  • Frutos secos y semillas: almendras, nueces, avellanas, semilla de sésamo, pipas de girasol...
  • Frutas: higos y ruibarbo.

Para evitar la cara de lácteo, Talib aconseja incrementar la ingesta de alimentos ricos en vitaminas A y E, ya que ayudan a reparar las membranas mucosas del intestino dañadas por los lácteos. La vitamina A se encuentra en comidas como hígado, huevos, zanahoria, frutas y verduras de color amarillo o verde fuerte. La vitamina E se encuentra presente en los frutos secos (especialmente las nueces), así como en semillas y verduras de hoja verde.

Cara de vino: piel deshidratada y arrugas nasolabiales

Cara de vino o de alcohol, ya que las manifestaciones son las mismas para cualquier tipo de alcoholes. Es quizá la peor cara. ¿Por qué? Porque el alcohol deshidrata la piel, por lo que siempre va a marcar más las arrugas y las líneas de expresión. Pero hay más síntomas asociados a la cara de vino:

  • Líneas de expresión pronunciadas o granitos en el entrecejo.
  • Párpados caídos.
  • Poros abiertos.
  • Finas líneas y arrugas bajo los ojos.
  • Piel deshidratada con ligeras líneas en las mejillas.
  • Poros visiblemente abiertos.
  • Tono de piel rojizo.
  • Pliegues nasolabiales profundos.

Revertir los síntomas de la cara de vino implica replantear nuestra relación con el alcohol. Los médicos aconsejan siempre dejarlo del todo, pero en algunos países es casi un uso social. La buena noticia es que con pequeñas pautas podemos minimizar muchos de los signos de esta cara. Esas son las que aconseja Nigma Talib:

  • Dejar días libres de alcoholo con regularidad. Nunca bebas dos días seguidos.
  • Elige alcohol con poco azúcar y mejor sin gluten. Si es vino, mejor de las variedades Sauvignon Blanc, Pinot Grigio, Merlot o Pinot Noir.
  • Mézclalo con agua mineral o natural.
  • Toma agua: bebe al menos un vaso de agua por cada vaso de alcohol.
  • Prioriza el vino tinto y, si es posible, orgánico. El vino tinto contiene magnesio, antioxidantes, flavonoides, polifenoles y resveratrol, un poderoso medicamento de la medicina antiaging. Si es orgánico, te asegurarás de que no hay pesticidas por medio.

Cara de azúcar: aspecto demacrado, tono grisáceo

El azúcar endulza la vida, pero también provoca arrugas, además de estar vinculado a la obesidad y, por tanto, a las enfermedades cardiovasculares. Antes de llegar a la patología, el azúcar es malo para nuestra piel porque acelera un proceso llamado glicación: cuando se consume en exceso, se queda en el flujo sanguíneo y se une al colágeno, la proteína que mantiene la piel firme. El resultado es que nuestra piel se queda flácida. Este es uno de los síntomas de la cara de azúcar, pero no el único:

  • Líneas y arrugas en la parte superior de la frente.
  • Flacidez y bolsas bajo los ojos.
  • Granitos en toda la cara.
  • Aspecto demacrado.
  • Adelgazamiento de la piel.
  • Tono muy pálido o grisáceo.

El azúcar está presente no solo en los dulces, sino también en las versiones blancas y refinadas del arroz y la pasta y de los alimentos altos en fructosa, presente en muchas frutas. Los zumos, batidos y smoothies también son fuente rica de azúcares, pero los peores son los que ingerimos de manera camuflada en muchos alimentos enlatados o procesados.

¿Cómo contrarrestar la cara de dulce? En este caso no caben medias tintas. Si de verdad quieres deshacerte de los efectos del azúcar en el rostro, tendrás que transformar tu dieta. ¿Cómo?

  • Aumentando la ingesta de proteínas. Esto equilibrará los niveles de azúcar en sangre. Recuerda que aparte de las proteínas animales, también existen las legumbres y los huevos. La porción de proteína no debe ser superior a la palma de la mano.
  • Come grasa saludable: aguacate, frutos secos crudos (sin tostar y salar) y pescado azul.
  • Toma carbohidratos integrales: quinoa, arroz integral, trigo sarraceno.
  • Evita los endulzantes artificiales. Son letales para las bacterias intestinales. Usa edulcorantes naturales como la stevia, el xilitol o el azúcar de coco.
  • Controla los antojos dulces. En su lugar, bebe agua. A veces, tras un ataque de hambre, en realidad hay una necesidad de hidratación.