Alimentación y sedentarismo, las causas más comunes de la obesidad y el sobrepeso

  • Según las OMS en 2016 había un total de 650 millones de adultos con obesidad en todo el mundo

  • La obesidad no solo es una enfermedad de riesgo, también es un factor que puede permitir el desarrollo de otras patologías aún más peligrosas

La obesidad y el sobrepeso se han convertido con el paso de los años en uno de los principales problemas de salud pública. Un problema que crece cada año, pues según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1975 prácticamente se han triplicado los casos de obesidad en todo el mundo. Datos escandalosos, pues en 2016 existían 1900 millones de adultos con sobrepeso, y de ellos más de 650 millones ya eran obesos. El 12 de noviembre se celebra el Día Mundial contra la Obesidad, una enfermedad que se puede prevenir si se tienen en cuenta las causas y se trabaja para evitarlas, pues la obesidad genera más patologías y puede ser causa de la muerte. Así que atento a las causas para evitarlas.

Lo primero es que hay que saber diferenciar esa fina línea que separa el sobrepeso de la obesidad, pues ambas se definen como la acumulación anormal o excesiva de grasa que, atención, podría ser perjudicial para la salud de las personas. Todo ello se mide a través del índice de masa corporal (IMC), que en los adultos siempre que ese índice sea igual o superior a 25 se consideraría sobrepeso, pero desde que se llega a 30 o es superior se denomina obesidad.

Los principales problemas

En relación a las causas, estas pueden venir desde múltiples factores. Una de las causas principales es la alimentación, la ingesta de más energía en forma de calorías y alimentos ricos en grasa que las calorías que verdaderamente se queman al día. La mayoría de casos de obesidad se encuentran en este aspecto, a lo que además se le suma el sedentarismo. Es decir, un gran consumo de calorías con poca actividad física, por lo que estas no se queman.

Aquí pueden entrar otros factores secundarios como los ambientales, los laborales o sociables. La forma en la que nos movemos, el clima o el tipo de trabajo que se desempeña tiene mucho que decir respecto al desarrollo del sobrepeso o de la obesidad y nuestro día a día. Y ojo, porque la genética también juega un papel clave, aunque esa predisposición puede evitarse con buenos hábitos diarios.

Existen otros muchos motivos, en donde los tratamientos psicológicos u hormonales pueden llegar a favorecer el aumento de peso, así como ciertos tipos de ansiedad que lleven a la ingesta constante de alimentos fuera de las horas establecidas. Cuidado también con dejar de fumar, un paso saludable que puede llevar a que el peso aumente.

Evitarlo está en tu mano

Aún con todas estas causas no se puede cambiar la constitución corporal de una persona, pero sí evitar el sobrepeso y la obesidad tomando ciertas medidas. Lo primero es realizar actividad física frecuente todas las semanas, desde caminar, ir al gimnasio o hacer algún deporte concreto. También es importante la alimentación, saludable y equilibrada sin pasarse con las calorías diarias y las grasas saturadas. Estas dos son las medidas principales para prevenir la obesidad, hábitos del día a día saludables.

¿Por qué se debe prevenir? Básicamente porque la obesidad puede provocar la aparición de nuevas patologías, entre las que se encuentran, por ejemplo, enfermedades cardiovasculares, muy frecuentes en personas obesas. Otro de los principales problemas es que puede causar diabetes e incluso algunos tipos de cáncer concretos, como el de riñón o el de colon, convirtiéndose en un factor de riesgo a tener en cuenta. No solo eso, también puede perjudicar la movilidad de las personas de diferentes formas, ya que afecta al aparato locomotor de tal manera que podría desarrollarse una enfermedad degenerativa en las articulaciones.

En definitiva, obesidad y sobrepeso son patologías perjudiciales para la salud de las personas, un problema global en el que tienen mucho que ver los hábitos diarios de las personas, especialmente el tipo de alimentación y el sedentarismo. Por lo que una alimentación sana y equilibrada con un mínimo de actividad física es clave para mantener un peso idóneo en cada persona.