Del antiacné, al retinol: ¿cómo cambiar tu rutina de cuidado facial a medida que cumples años?

  • Del antiacné, al retinol, pasando por la vitamina A o el colágeno son los ingredientes de la pócima facial contra el envejecimiento

  • Añade en tu agenda las revisiones al dermatólogo para descartar el riesgo ante ciertas manchas sospechosas

  • Un imprescindible en cosmética facial debe ser siempre el factor de protección solar

Hace “dos días” preguntabas a tus amigos sobre los geles contra el acné juvenil y en la cena del viernes pasado le aconsejaste a tu mejor amigo que usara de una vez un contorno de ojos: “Te ayudará a que se marquen menos las líneas de expresión porque necesitas hidratación”. El paso de los años es maravilloso y sobre todo compartirlos.

En Uppers apostamos por este objetivo cada día, pero queremos seguir estando guapos. Así que hemos investigado cómo frenar el envejecimiento de la piel del rostro. Hacernos viejos con elegancia y cumplir años presumiendo de un cutis sano y nutrido es posible mientras tengamos claro cómo prevenir el envejecimiento de la piel.

La única premisa es ser constate e invertir tiempo en nosotros mismos. La recompensa es diaria al mirarnos al espejo y encontrarnos bien. Recuerda que cualquier recomendación es válida para hombres o mujeres, no hay distinción en este campo.

Los bebés

En realidad, el cuidado de la piel sobre todo de la cara debe empezar al nacer, en los bebés, con una preocupación muy clara por la protección ante los rayos solares. El paso de los años sin aplicar un cosmético que sirva de barrera acaba pasando factura siempre. El sol va apagando la piel, la va resecando y hace que las arrugas se marquen en exceso. Se van sumando horas y días a lo largo de toda la vida y la consecuencia puede ser un cáncer de piel.

Es imprescindible que todos en casa, antes de salir a la calle, usen a diario un producto hidratante con filtro de protección solar (SPF). Los dermatólogos aconsejan un SPF 50 como mínimo, que incluya una protección de amplio espectro, es decir, que actúe contra los rayos ultravioleta tipo A (UVA) y contra los del tipo B (UVB).

Incluso aseguran que se nota mucho cuando una persona se ha protegido del sol porque al llegar a mayor aparenta del orden de 10 a 15 años menos de su edad. Al contrario, cuando no ha existido ninguna precaución le hace parecer mucho mayor: aumentan las arrugas y las manchas y se acentúan las líneas de expresión. Pero lo más importante es que se incrementa el riesgo de sufrir cáncer de piel.

Los adolescentes

En la adolescencia es cuando uno comienza a darse cuenta de que es necesario realizar una rutina diaria para cuidar la piel del rostro. No hay que dejar campar a sus anchas el acné por toda la cara. Son las hormonas y el estrés juvenil, principalmente, los responsables de los odiados granos.

Los dermatólogos recomiendan el uso diario de un limpiador suave sin alcohol todos los días. Mejor mañana y noche. Con la finalidad de proteger la barrera hidratante de la piel, hay que usar uno que evite que se obstruyan los poros y que ataque los brotes. A los jóvenes no les gusta nada perder el tiempo con esto y los jabones antiacné para aclarar con agua y utilizar en la ducha son muy buenos.

30 cumpleaños de la piel

Con 30 años empiezan a aparecer las primeras arrugas faciales. Los dermatólogos señalan que se deben elegir cosméticos con retinol. Se trata de un regenerador celular, en concreto, es Vitamina A en forma de activo cosmético. Tiene la capacidad de estimular la producción natural de colágeno y Ácido Hialurónico en la piel que con los años se va perdiendo de forma paulatina. El retinol por tanto ayuda a disminuir las arrugas, aclarar las manchas, renovar la piel, aumentar la luminosidad o reducir el tamaño de los poros. Lo que se pretende es igualar el tono y la textura para mejorar su aspecto, que esté jugosa.

Cuando cumplimos 40

A los 40 años se precipita de forma natural la disminución de colágeno y de Ácido Hialurónico. La piel de la cara se hace más fina y pierde firmeza. Por todo ello, los expertos apuntan hacia cosméticos que reactiven la producción de colágeno porque aportarán elasticidad y consistencia.

Es en esta edad cuando hay que empezar a prestar atención al contorno de los ojos. En la zona la piel se vuelve más blanda, surgen las primeras líneas de expresión y a veces aparecen ojeras oscuras o hinchazón. Para estas ojeras, cuando son de color violáceo por causa vascular, hay que mejorar la microcirculación sanguínea. Los cosméticos con cafeína para el contorno ocular actúan como un vasoconstrictor haciendo que las minúsculas venas sean menos evidentes y menos permeables.

A los 50

Con 50 años lo más normal es que la piel se apague y aparezcan manchas. Lo principal es acudir al dermatólogo de forma regular y realizar una revisión profunda. Es la mejor manera de prevenir: comprobar que no hay manchas problemáticas que deriven en un cáncer de piel.

Además de continuar utilizando cosméticos con retinol, por ejemplo, por la noche, conviene añadir otros por el día para el tono apagado y la falta de brillo como aquellos con vitamina C y niacinamida. Este último es un derivado de la vitamina B3 con propiedades antioxidantes contra los radicales libres. Además, estimula la producción de lípidos y elastina y también la producción de colágeno.

Cuidados a los 60

A los 60 años llega la sequedad del rostro. La genética, los cambios hormonales, el sol, las toxinas y los contaminantes del ambiente de las ciudades atacan la piel, la irritan y la deshidratan. Los mecanismos de defesa ante estos agentes agresores dejan de ser tan poderosos a lo que se añade que disminuye la producción natural de sebo. Por este motivo, a los cosméticos con compuestos anteriores como el SPF, el retinol o el colágeno hay que sumar un aumento de la hidratación. Serán cremas más pesadas y densas tanto para el día como para la noche.

La piel a partir de los 70

Lo habitual es que al cumplir los 70 años se sigan usando productos que aporten firmeza, brillo, jugosidad y sobre todo hidratación facial. Los dermatólogos insisten en la necesidad de aumentar la frecuencia de las visitas a sus consultas con la finalidad de seguir revisando a fondo la piel de la cara, de las manos y de todo el cuerpo. La detección precoz es vital. Cualquier cáncer de piel es más fácil de tratar y presenta una mayor tasa de curación mientras es pequeño.