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El consumo de coca entre los jóvenes de 14 a 18 años cayó en 2018 a mínimos históricos. Esta es la mejor noticia de la Encuesta sobre uso de drogas en la enseñanza secundaria realizada por el ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y el Plan Nacional sobre Drogas.
La encuesta, realizada a más de 38.000 estudiantes de 917 centros educativos públicos y privados, muestra la prevalencia del alcohol como la sustancia adictiva más popular entre los jóvenes y revela datos alarmantes sobre el consumo de tabaco, y, en especial, sobre el cigarrillo electrónico. El consumo de tabaco crece más de un punto respecto a 2016 tanto en hombres como mujeres: 9,8% vs. 8,8% en consumos diarios. Parte de este incremento procede del consumo del cigarrillo electrónico. Las mujeres son más fumadoras que los hombres: un 38,5% de las estudiantes de Secundaria fuman, frente al 31,4% de los chicos. La edad media del consumo es de 14,1 años, ligeramente posterior respecto a otras ediciones del estudio.
Este verano el ministerio de Sanidad advertía que el uso del cigarrillo electrónico también tenía efectos perniciosos para la salud. En septiembre, los informativos mostraban sobre varias muertes ocurridas entre jóvenes norteamericanos a causa de estos dispositivos.
A los efectos perniciosos se une el uso combinado de sustancias adictivas. Según muestra la encuesta del ministerio de Sanidad, el consumo de los cigarrillos electrónicos con cannabis aumentó el año pasado 3,6 puntos respecto a 2016: del 1,8% al 5,4%. El cannabis es la droga ilegal más consumida: el 29,2% de los chicos y el 25,9% de las chicas de entre 14 y 18 años lo consumieron en 2018. A este respecto, un 42% de los estudiantes asegura que le han ofrecido cannabis en el último año. En opinión de la ministra de Sanidad, “es muy preocupante la accesibilidad a esta sustancia porque se puede banalizar su consumo, y, además, se suele fumar junto al tabaco, poniendo en riesgo, aún más, la salud física y mental”.
Respecto a los cigarrillos electrónicos, el 48,4% de los estudiantes de Secundaria ha usado alguna vez este dispositivo, dos veces más que en 2016 (20,1%). La proporción de usuarios de cigarrillos electrónicos es considerablemente más alta entre los que fuman tabaco que entre los no fumadores. Al mismo tiempo, el consumo más frecuente es entre los chicos, con independencia de la edad. Entre los que lo han usado alguna vez, el 67,1% utilizaron cartuchos sin nicotina, el 11,3% con nicotina y el 21,6% cartuchos de los dos tipos. “Estamos ante un problema emergente, y más cuando hemos comprobado que uno de cada dos adolescentes y jóvenes han utilizado estos nuevos dispositivos en el último año por muchos factores como, por ejemplo, la moda o porque puede parecer hasta elegante”, explica Carcedo.
La encuesta también ha analizado la percepción del riesgo que tienen los adolescentes respecto a las drogas. El alcohol es la sustancia que se percibe como menos peligrosa, aunque casi el 80% atribuye ‘muchos o bastantes problemas’ al consumo de cinco o seis cañas en el fin de semana. La percepción de consumo de cannabis, sin embargo, ha descendido respecto a la encuesta anterior: el 87,5%, frente al 90,7%, considera pernicioso consumirlo habitualmente. Sobre su uso esporádico, el 51,9% percibe riesgos de consideración, 2,2 puntos menos que en 2016 (54,1%).
La encuesta del ministerio arroja un retrato robot sobre el perfil de los fumadores entre los 1 y los 18 años. Estos son sus principales rasgos:
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