Coronavirus persistente: siete de cada diez pacientes presenta daños cuatro meses después
"Las altas tasas de infección en individuos de riesgo sugieren un largo impacto de la infección que no puede ignorarse en las esferas políticas y de salud", alertan los investigadores
La edad media de los pacientes fue de 44 años y los autores se muestran preocupados por los resultados
El órgano más afligido fue el corazón y el síntoma más repetido la fatiga
Sobre el papel son 15 días con fiebre, tos, dolor de cabeza y, en el peor de los casos, dificultades respiratorias o neumonía. Son los síntomas más destacados del coronavirus. Pero conforme los médicos e investigadores han ido hilando más fino, se está descubriendo una tendencia preocupante en algunos pacientes. No hablamos de la reinfección de pacientes que ya se habían contagiado, sino de otra circunstancia que preocupa mucho a los expertos. Meses después del contagio y haber dado negativo en la PCR, hay gente que sigue experimentando síntomas compatibles con la COVID-19. Por el momento, no se conoce el motivo que produce esta situación ni el remedio para que los síntomas cesen. Es el 'coronavirus persistente'
7 de cada 10 muestran síntomas cuatro meses después
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Una investigación publicada en Medrxiv y realizada por parte de profesionales sanitarios británicos ha revelado que 7 de cada 10 pacientes de coronavirus con baja comorbilidad continúan teniendo síntomas hasta cuatro meses después de haberse contagiado. La muestra, realizada en 201 personas de bajo riesgo por COVID-19 (con una media de edad de unos 44 años) señaló que hubo un "deterioro leve de al menos un órgano en el 66 % de los casos y en dos o más en el 25 % de los individuos".
Fatiga, el síntoma más repetido
En referencia a los síntomas continuos más frecuentes (con independencia del estado de hospitalización), los más repetidos fueron la fatiga (en un 98 % de los individuos), seguido del dolor muscular (88 %), dificultades respiratorias (87 %) y los dolores de cabeza (83 %). En el 99 % de los casos, los individuos sometidos a la investigación manifestaron cuatro o más síntomas, mientras que el 42 % llegó a tener diez o más síntomas. Tan solo un 20 % de los pacientes manifestó disnea, que es la falta de aire. En el 52 % de los casos, los pacientes informaron de problemas moderados persistentes al realizar actividades cotidianas.
El corazón, el órgano más afectado
Con respecto a los órganos más afectados por el coronavirus durante los meses posteriores al contagio, los investigadores descubrieron disfuncionalidades en el corazón en el 32 % de los casos (11 % de casos de miocarditis, 23 % de disfunción sistólica). El páncreas se vio afectado en un 17 % de los casos; los riñones sufrieron afecciones en el 12 % de los pacientes y el hígado en un 10 %, mientras que en un 6 % se tuvo evidencia de esplenomegalía o agrandamiento del bazo.
Perfil de los pacientes
La edad media, como se ha comentado más arriba, era de 44 años. Se eligió, por tanto, a población de riesgo bajo ante cuadros clínicos severos de coronavirus. El 70 % de los pacientes eran mujeres, mientras que el 30 % fueron hombres. Del total, un 31 % eran trabajadores de la salud, y un 18 % habían llegado a requerir hospitalización tras su contagio por la COVID-19.
Antecedentes médicos
Los antecedentes médicos establecieron que el 3 % era fumador, el 18 % tenía asma, un 20 % sufría de obesidad, el 6 % tenía hipertensión y el 2 % diabetes, mientras que un 4 % presentaba enfermedades cardiacas previas. Del estudio también se extrajo que los individuos hospitalizados presentaban una mayor incapacidad para caminar que aquellos que no llegaron a requerir hospitalización durante su contagio por COVID-19.
Resultados "preocupantes"
Los resultados han sido definidos como "preocupantes" por los autores del estudio, al tratarse de una investigación con personas jóvenes con baja prevalencia de comorbilidades y, por tanto, bajo riesgo -a priori- de presentar gravedad en cuadros clínicos. "Aunque describimos como 'leve' el daño orgánico, la escalada de la pandemia y las altas tasas de infección en individuos de riesgo (por edad y condiciones subyacentes) sugieren un largo impacto de la infección por SARS-CoV-2 que no puede ignorarse en las esferas políticas y de salud", alertan los investigadores del estudio.
Los autores del estudio señalan la "necesidad urgente" de realizar más evaluaciones de órganos múltiples -entre los que incluyen los análisis de sangre-, así como de focalizar una parte del estudio en la agrupación de síntomas y el posterior deterioro de órganos meses después. Con ello, dicen, se debe poner en marcha la planificación de vías de "atención multidisciplinaria".
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