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Respiramos por pura inercia, sin pensar, un acto por el que más allá de mantenernos con vida podemos influir en otros aspectos de nuestro organismo, como por ejemplo calmarnos del estrés. Ahora un estudio de la Universidad de Colorado de Boulder ha evidenciado con resultados sólidos que solo cinco minutos de entrenamiento de fuerza para los músculos respiratorios puede reducir la presión arterial y otros aspectos de la salud vascular más que el ejercicio aeróbico o la medicación.
La investigación ha sido publicada en el 'Journal of the American Heart Association' y puede mostrar una gran capacidad para evitar algunas patologías cardiovasculares en los adultos. En sus resultados, evidencian que cinco minutos al día de Entrenamiento Muscular Inspiratorio de Fuerza (IMST) logra disminuir los niveles de presión arterial, una afección que solo en Estados Unidos el 65% de la población mayor de 50 años tiene por encima de los valores normales.
Daniel Craighead, autor principal de la investigación, ha recalcado que hay muchos ejercicios y estilos de vida que puede ayudar a mantener la salud cardiovascular en buen estado según se cumplen años, pero que en ocasiones pueden ser difíciles de ejecutar por falta de tiempo. Por eso mismo, ha apuntado que "la IMST se puede realizar en cinco minutos en casa mientras, por ejemplo, se ve la televisión".
Pero, ¿qué es eso de IMST? Este entrenamiento fue desarrollado durante los años 80 para ayudar a los pacientes con enfermedades respiratorias graves a fortalecer el diafragma y otros músculos que intervienen en la respiración. Bien, el entrenamiento realmente es sencillo, pues consiste en inhalar vigorosamente a través de un dispositivo manual que nos da resistencia.
¿Y cómo nos ayuda en la mejora de las enfermedades cardiovasculares? Bien, en la investigación se trabajó con 36 adultos sanos de entre 50 y 79 años, con la única particularidad de padecer presión arterial sistólica por encima de lo normal. La mitad de ellos entrenó durante seis semanas con el método IMST, mientras que el otro grupo estuvo bajo un protocolo placebo con una resistencia mucho menor. Eso sí, ninguno de los participantes sabía en qué grupo se encontraba.
Tras el periodo de estudio, la revisión de los resultados señaló como el grupo que había estado con el entrenamiento IMST había reducido su presión sistólica en una media de nueve puntos, mayor que la que se logra al caminar media hora diaria cinco días a la semana. Y llegaron a más conclusiones, pues a las seis semanas de abandonar el entrenamiento, conservaban prácticamente la totalidad de la mejora.
Craighead ha señalado que "no solo es más eficiente en el tiempo que los programas de ejercicio tradicionales, los beneficios pueden ser más duraderos". Además, el grupo obtuvo un 45% de mejoría en la función vascular endotelial junto a un incremento en los niveles de óxido nítrico, dos marcadores importantes en nuestro sistema cardiovascular. Por su lado, los indicadores de inflamación y estrés oxidativo, que elevan el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, fueron mucho más bajos tras esas seis semanas.
"Hemos identificado una forma novedosa de terapia que reduce la presión arterial sin administrar compuestos farmacológicos a las personas y con una adherencia mucho mayor que el ejercicio aeróbico", comunicó Doug Seals, otro de los autores principales de la investigación.
Ahora se va a desarrollar un nuevo estudio similar pero más amplio, con mayor muestra y durante más semanas. No obstante, los investigadores ya están creando una aplicación para móviles que permita realizar a cualquier persona este entrenamiento desde casa con un dispositivo que ya puede comprarse. Pese a no ser una práctica para reemplazar el ejercicio físico, sí que lo señalan como una alternativa para quienes tienen problemas por disponibilidad o salud para caminar o hacer deporte.