"El sudor de las manos me impide hacer vida normal": preguntas y respuestas sobre la operación por hiperhidrosis

  • Dar la mano para cerrar un trato o caminar pueden convertirse en un engorro para aquellos que padecen sudoración extrema en manos y pies

  • La simpatectomía se ha consolidado como el tratamiento más definitivo para combatir la hiperhidrosis, ¿qué ventajas y riesgos entraña?

  • La doctora María Rodríguez Pérez, de la Clínica Universidad de Navarra, explica los diferentes tratamientos

El tabú de la hiperhidrosis se está rompiendo. Ese exceso de sudor en manos, pies, axilas o rostro que afecta entre a un 1 y un 2% de la población ocupa cada vez más la conversación. "Pianistas a los que las manos se les escurren al tocar, electricistas que se dan corriente o personas que en invierno deciden no ponerse abrigo para no sudar más si saben que les va a tocar darle la mano a su jefe". Estos son algunos de los casos que, desde la Clínica Universidad de Navarra, atiende la cirujana torácica María Rodríguez Pérez. "La hiperhidrosis es un problema genera mucha incapacidad laboral y social, pero cada vez son más los que se liberan del complejo en busca de soluciones", explica a Uppers. Entre ellos, el presentador David Broncano, que esta misma semana explicaba que se ha sometido a una simpatectomía bilateral torácica para combatirlo. ¿Es la intervención la única forma de tratamiento? ¿Cuáles son sus pros y contras? La doctora Rodríguez responde.

Cirugía, un 80% de casos de éxito

"Tradicionalmente se ha recomendado probar otros tratamientos antes de pasar por la intervención", explica Rodríguez. Los farmacológicos van desde el uso tópico, "con fármacos anticolinérgicos, como el bromuro de glicopirronio, y los preparados astringentes y curtientes, como el cloruro de aluminio, el glutaraldheído o el ácido salicílico, que provocan la oclusión del conducto de las glándulas sudoríparas". A los "tratamientos sistémicos: bromuro de propantelina, tranquilizantes y sedantes y los antagonistas del calcio". Otra opción es la inyección de bótox (toxina botulínica), que produce "un bloqueo selectivo en la acción de la acetilcolina sobre las glándulas ecrinas, disminuyendo la producción de sudor". Pero este, según la cirujana, es un tratamiento "doloroso y no definitivo". Además, "inyectarse con frecuencia puede hacer que se debilite la musculatura".

"El tratamiento más definitivo es la cirugía, que es resolutiva hasta en el 80% de los casos y tiene muy buenos resultados sobre todo en manos y axilas (también en pies y cara, pero más en los dos primeros, asegura la doctora)".

Poco invasivo y con efectos inmediatos

"Con la evolución de las técnicas quirúrgicas, la simpatectomía bilateral torácica es ahora una cirugía sin ingreso y de rápido procedimiento. El paciente viene a las ocho de la mañana y a las dos del mediodía ya está en su casa. Esta consiste en incisiones muy pequeñas que se hacen cortando la cadena simpática, encargada de regular la sudoración, a diferentes alturas en función de las zonas del cuerpo que más la acusen. Rara vez se complica y los pacientes se reincorporan a su vida normal en uno o dos días ya pudiende apreciar los efectos de la intervención de manera inmediata", explica la cirujana María Rodríguez Pérez.

Hipersudoración compensatoria, ¿cuándo es un problema?

El éxito en estas intervenciones, como señalaba la experta, es de un 80%. "Los fracasos en este tipo de cirugía son raros. Sí puede ocurrir que, a veces, el exceso de sudación vuelva puntualmente (o que no se vaya definitivamente). Y también puede tener lugar un caso de hipersudoración compensatoria", señala Rodríguez. Es decir, que si antes sudábamos más por las manos, ahora empecemos a sudar en exceso por otras zonas. ¿En qué medida ocurre? María Rodríguez apunta a que los resultados al respecto no son concluyentes, no contemplan la medida en que esto supone un problema: "Hay estudios que hablan de que esto ocurre en un 2% de los casos y otros que en un 80%". Pero no es lo mismo sudar con gotas que te caen de la nariz que sudar en mayor medida por otras zonas, como piernas o espalda, que puedan resultar menos incapacitantes".

La cirujana apunta que, al tratarse la simpatectomía bilateral torácica de un procedimiento irreversible, esta información y las posibles consecuencias tendrán que ser siempre valoradas por el paciente antes de la operación.

Bradicardia o síndrome Horner: efectos secundarios que "rara vez" aparecen

"La cadena simpática es parte de lo que conoce como el sistema nervioso autónomo. En algunos casos de arritmia se usa este mismo procedimiento de simpatectomía para reducir el ritmo cardíaco, es por ello que la bradicardia (esa disminución) puede aparecer muy puntualmente como un efecto secundario en estos casos".

Otro efecto secundario muy inusual pero que podría aparecer, según la cirujana, es la hipersudoración facial y el flashing (enrojecimiento repentino del rostro). "Cuanto más arriba esté la zona del cuerpo en la que se padece la hipersudoración que vamos a atajar, más arriba habrá que cortar en el cadena parasimpática. Por ejemplo, a la altura de la primera y segunda costilla hay un ganglio que interviene en la musculatura ocular, por ello podría provocarse -también en ocasiones muy muy puntuales, insiste la experta- el síndrome Horner. Este síndrome tiene diferentes manifestaciones, entre ellas: contracción de pupilas(miosis), caída de párpados, enfocamos (el ojo adquiere un aspecto hundido) o anhidrosis (sequedad).

"Con buena técnica quirúrgica y, principalmente, en intervenciones para eliminar la hiperhidrosis en manos o pies, el riesgo es cero. En el caso de que la operación busque tratar la hipersudoración facial o el enrojecimiento el riesgo sigue siendo muy poco, de un 1%", concluye la cirujana Rodríguez Pérez.