La fascitis plantar, un fuerte dolor de talón que puede condicionar tu movilidad

  • Se produce por la inflamación de la fascia plantar, con dolores agudos especialmente a primera hora de la mañana

  • La obesidad, el running o un pie plano pueden ser algunas de las causas que provoquen la fascitis plantar

Los pies nos mantienen en pie, literalmente. Gracias a ellos nos levantamos cada día y nos dotan de una amplia autonomía para hacer todas las actividades rutinarias que se nos ponen por delante todos los días hasta que volvemos a la cama. Ahora viene la gran pregunta, ¿cuidas como deberías de tus pies? Esta zona del cuerpo está en constante movimiento, soportando la presión y el peso de todo el cuerpo, por eso hay que prestar especial atención a la fascia plantar, los ligamentos de la planta del pie que unen el talón con los dedos del pie que, si se inflaman, producen la fascitis plantar.

¿Quién puede padecerlo?

Esa inflamación produce un gran dolor en la planta del pie, pudiendo perder parte de esa autonomía o libertad de movimiento de la que nos dotan los pies. Los adultos, a partir de la madurez, son quienes más sufren esta patología. Pero ojo, porque algunos grupos, según qué prácticas realicen, pueden ser más propensos a padecer la fascitis plantar. Entre ellos están los corredores o quienes hacen ballet porque se produce una mayor presión en el pie, especialmente en la zona del talón.

Más allá de estos casos más puntuales según su actividad, es especialmente recurrente que la fascitis plantar se desarrolle en personas con sobrepeso o en aquellas que poseen el llamado pie plano. Además, la forma de caminar, de fundar la planta del pie también tiene mucho que ver, por eso quienes al pisar meten el pie excesivamente hacia dentro tienen más predisposición a padecer una inflamación de la fascia. Igual de importante es el calzado, no solo debe ser cómodo, también el adecuado, especialmente en aquellas profesiones en las que se está mucho tiempo de pie.

Un dolor madrugador

Detectar la posibilidad de que se padezca una fascitis plantar requiere de cierta atención a cuándo se producen los síntomas, siendo el principal el dolor, localizándose especialmente en el talón. Detectarlo puede ser relativamente fácil, ya que suele darse nada más levantarse de la cama, por la mañana, aliviándose poco a poco según aumentas tu actividad. Aún así, suele volver a presentarse tras estar un rato caminando o después de llevar un rato de pie o mientras se suben unas escaleras. Eso sí, cuando se está en reposo, acostado en la cama, la fascitis no se manifiesta, por lo que no habría que sufrir ninguna molestia al estar en esa posición.

Prevenir la fascitis es posible si se evitan las posibles causas que lo provocan. De ahí la importancia de utilizar un calzado adecuado o mantenerse en un peso ideal para evitar la obesidad que puede provocar una mayor presión sobre los pies. En caso de malas pisadas o pies planos habría que ponerse en manos de un especialista para corregirlo y no solo prevenir la inflamación de la fascia sino que también otros posibles problemas.

Consejos y tratamientos

Ahora bien, ¿qué tratamientos existen? La gran pregunta es si se puede corregir la fascitis plantar o por lo menos revertirla para aliviar el dolor. Los tratamientos son muy diversos desde que se diagnostica. Por una parte esas actividades, como el running, que pueden aumentar la incidencia deben eliminarse de la rutina, así como caminar siempre con el calzado adecuado, no descalzo. Es normal que en muchos pacientes se llegue a una fase de dolor agudo, menos soportable, por lo que hielo, calor, masajes o estiramientos pueden ayudar a que se reduzcan las molestias.

En cuanto a fármacos, si así lo prescribe el especialista lo más aconsejable son los antinflamatorios. También es muy común incorporar algún tipo de plantilla que permita una mejor pisada para que los dolores se vean reducidos. Las ondas de choque o las inyecciones de corticoides son otros de los tratamientos que se han utilizado pero que aún no tienen un eficacia del todo demostrable, por lo que no son, por el momento, de los más aconsejados.

La mejora suele ser progresiva a lo largo de los meses, el problema viene cuando esa mejora no es palpable en relación a los síntomas según pasa el tiempo. Es entonces, cuando el efecto del tratamiento no surge efecto, cuando se puede plantear la posibilidad de una cirugía. La planta del pie es una de las zonas más importantes de nuestro cuerpo, así que cuidarla es clave para mantener la movilidad y la autonomía sin sufrir esos dolores producidos por la inflamación de la fascia plantar.