Guía de vacunas para los uppers: tipos, dosis y efectos secundarios

  • Janssen, Pfizer y Moderna, desgranamos las vacunas que se ponen a la población de entre 50 y 59 años

  • Se trata de dos fórmulas de ARN mensajero y otra de adenovirus

  • Los efectos secundarios son similares y leves o moderados en los tres casos

Los baby boomers están en el punto de mira. Con el objetivo marcado en el 70% de la población vacunada en verano, los que tienen entre 50 y 59 años, en la que nos encontramos, un total de 7 millones de personas. Por el momento, el 13,7% de los españoles ya tiene ambas dosis y cerca del 17% al menos una de ellas. Pero, como ya sabemos por el lío que hay con Astrazeneca, no todas las vacunas son iguales, se ponen al mismo tipo de población ni tienen los mismos efectos secundarios. Si eres de los nacidos entre 1962 y 1971, te contamos qué fórmulas se están utilizando puedes tener el día después del pinchazo.

Pfizer, dos dosis con tercera de recuerdo

El mes de junio será grandioso en lo que a llegada de vacunas se refiere. El Gobierno ya ha anunciado que recibiremos 13 millones de dosis de Pfizer que servirán como pauta completa a siete millones y medio de personas. Esta fórmula es la que más se ha utilizado en nuestro país, ha servido para inmunizar a los mayores y, ahora, también se ha anunciado que se empleará en niños a partir de 12 años. Además, es precisamente una de las que más se está utilizando para inmunizar a aquellos que están en la cincuentena.

Se trata de una de las fórmulas de ARN mensajero que prepara al cuerpo para defenderse contra la COVID-19. "El ARN mensajero tiene instrucciones para producir la proteína del pico, necesaria para que el virus entre en las células del cuerpo. Cuando a una persona se le administra la vacuna, algunas de sus células ‘leen’ las instrucciones del ARNm y, temporalmente, produce la proteína del pico”, explica Harold Enzmann, del Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la EMA. En ese momento, el sistema inmunitario de la persona reconoce la proteína como desconocida y produce anticuerpos y leucocitos para atacarla, de ahí su efectividad.

Pese a que inicialmente esta vacuna se administraba en dos dosis, con 21 días de diferencia entre ellas, a finales de abril, el cofundador de la empresa alemana BioNTech aseguró que los vacunados con su suero necesitarán una tercera dosis nueve meses después de que se le inocule la segunda ya que la protección de la vacuna va descendiendo con el paso del tiempo, a los seis meses la protección descendería al 91%, mientras que a los ocho meses los anticuerpos serían aún menores, lejos del 97% máximo que puede alcanzar tras el segundo pinchazo.

En cuanto a las reacciones adversas más frecuentes tras el pinchazo son: dolor e inflamación en la zona de inyección, cansancio generalizado o fatiga, dolor de cabeza, dolor muscular y de articulaciones, náuseas, fiebre, escalofríos y diarrea. En 'la gran mayoría' de los casos, afirman desde la farmacéutica, los síntomas son de intensidad leve o moderada que desaparecen en pocos días tras la vacunación y se alivian con medicamentos antiinflamatorios y/o analgésicos, como el Paracetamol, sin que ello altere el efecto protector de la vacuna.

Moderna, menos dosis con efectividad similar

Frente a las cifras de Pfizer, solo en una semana se han recibido 1,7 millones de dosis, las de Moderna son mucho más austeras, España ha recibido 300.000 que se emplean en las mismas franjas de edad que la anterior. La ventaja que presenta es que sus condiciones de conservación son mucho más sencillas. Aguanta hasta seis meses a -20 grados o 30 días entre 2 y 8 grados centígrado y solo se reduce un 1% su efectividad comparándola con la alemana, ascendiendo hasta el 94, 5%. También se trata de una vacuna de ARN mensajero y, en este caso, solo son necesarios dos pinchazos entre los que deben pasar 28 días y, de momento, no se ha planteado la necesidad de un tercero de recuerdo.

De acuerdo con los datos de La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), en España se han registrado 1.780 reacciones adversas a la inyección, 237 de ellas consideradas graves. Entre los efectos secundarios más comunes están dolor en el área de la inyección en un 92% de los casos, fatiga en un 70% de ellos, cefalea en un 64,7%, escalofríos (45,4%), náuseas y vómitos (23%), fiebre (15,5%) e inflamación en el lugar del pinchazo (14,7%). La mayoría se producen en mujeres de entre 18 y 65 años y se trata de síntomas pasajeros que pueden ocurrir en los primeros días tras recibir la vacuna.

Janssen, la única monodosis, pero menos efectiva

La última en ser aprobada para este colectivo ha sido la vacuna de Janssen. A diferencia del resto de sueros, es el único que consigue inmunizar con un solo pinchazo, aunque su efectividad es considerablemente menor. De acuerdo con los ensayos clínicos realizados hasta el momento, asciende hasta el 67% de protección frente a la enfermedad desde 14 días después de su administración, si bien es cierto que alcanza el 100% frente a la muerte por coronavirus.

A diferencia de Pfizer y Moderna, la de Janssen se fabrica utilizando el adenovirus, es similar, por lo tanto, a la de Astrazeneca y también a la rusa Sputnik, que lo que hacen es estimular la respuesta inmune del organismo gracias a introducir en él la proteína S del coronavirus, que enseña a nuestro organismo a luchar contra él.

Según la EMA, los efectos adversos de esta fórmula son leves o moderados y desaparecen un par de días después de la inoculación. Los más frecuentes son dolor en el lugar de la inyección (en más de un 40% de los casos), cefalea, fatiga y mialgias (en más de un 30%), náuseas (en más de un 15%) y fiebre. Los que sí es importante tener en cuenta es que Sanidad avisa de que no se recomienda el uso de analgésicos antes de la vacunación, como sí ocurría con AstraZeneca, aunque sí se pueden tomar para el tratamiento sintomático de las reacciones adversas.