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Desde hace años, el mismo ritual cada mañana. Levantarse, ducharse, un café y un cigarro para empezar el día. El tabaco en España continúa siendo una tendencia bastante asentada: el 22 % de la población afirma ser fumador diario, o lo que es lo mismo, cerca de 10 millones de españoles, de los cuales más de 3,4 millones son hombres entre 45 y 54 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Sin embargo, la pandemia ha alterado muchos -por no decir todos- de nuestros hábitos diarios. Y en este caso, el tabaquismo no ha sido una excepción. Un estudio del Ministerio de Sanidad señala que un 10 % de los fumadores habituales dejaron el tabaco durante el confinamiento, mientras que un 5,4 % de personas que nunca habían fumado comenzaron a hacerlo.
El estudio pretende valorar el impacto del confinamiento por la pandemia en los patrones de consumo de tabaco. Se han detectado cambios tanto en las cantidades consumidas como en las frecuencias de consumo. También se ha hecho hincapié en los intentos de abandono de consumo y los resultados posteriores. Para ello se ha elaborado un cuestionario entre el 4 y el 22 de mayo a 24.386 personas, con una edad media de 42,8 años.
De los fumadores encuestados, el 58,9 % afirmó haber consumido nicotina antes y/o durante del confinamiento, el 15,4 % se autodefinieron como exfumadores y el 25,7 no habían consumido tabaco nunca.
Sobre el consumo de tabaco, durante el confinamiento el 68 % de los fumadores señalan haber consumido cigarros convencionales. El 31,9 % optaron por el tabaco de liar y el 8,6 % fumaron porros (mezclados con tabaco), aunque esta última tendencia prevalece sobre todo entre los más jóvenes.
El 73,5 % del total de fumadores encuestados afirma haber mantenido su consumo diario durante los meses previos a la pandemia y tras dar comienzo el confinamiento primaveral. Por su parte, el 15,7 % redujo notablemente la frecuencia de consumo, focalizando la tendencia entre las personas en ERTE y aquellos que viven en familia. El porcentaje restante, que corresponde a un 10,2 %, dejó de fumar totalmente durante el periodo.
Si nos referimos a los fumadores diarios, un 6,6 % pasó a consumir de forma más esporádica, mientras que el 7,2 % dejó de fumar. Sin embargo, la tendencia se invierte entre los fumadores ocasionales o esporádicos y los no fumadores: el 5,5 % comenzó a fumar a diario y el 3 % lo dejó. De los que no fumaban antes del confinamiento, el 5,4 % comenzó a hacerlo.
Pese a que la tendencia señala un bajón respecto al porcentaje de fumadores, entre los que siguen fumando se ha observado un aumento de las cantidades consumidas en todas las franjas de edad y sexos. Además, se triplicó el nivel de dependencia durante el confinamiento. Los autores del estudio señalan que fue a causa del estrés, pasando de un 3,9 a un 9,3 %.
El 13,4 % de los fumadores aseguró haberlo intentado durante el confinamiento, de los cuales el 83,9 % lo hizo sin ayuda y solo un 9,6 % lo hizo con ayuda de chicles o fármacos. Por su parte, el 18,1 % señaló haberlo intentado sin éxito, aludiendo al estrés del confinamiento como impedimento.