Adiós leyendas turcas: acompañamos a Alberto, 47 años, a quirófano el día de su implante capilar en España

  • Unos 15.000 españoles viajan a Turquía cada año para un injerto capilar

  • El precio en España ronda los 2.900 euros y da más garantías

El día de Alberto ha llegado. Tenía este momento marcado en rojo en el calendario y ha estado haciendo mentalmente la cuenta atrás. "La verdad es que espero que esto me cambie la vida", nos confiesa al llegar. Lleva tiempo pensándolo y ha decidido por fin dar el paso: va a hacerse un injerto capilar y nos ha dejado pasar la operación con él para contar cómo es todo el proceso y ayudar a otros que se lo estén pensando.

08:00h: entramos en la clínica

Alberto se vino a vivir a Madrid desde Santander hace ya no sabe cuánto tiempo. Venía en busca de una oportunidad laboral detrás de las cámaras de televisión, y no tardó en conseguirlo. Sin embargo, pronto se encontró con un problema que interrumpía su felicidad: estaba perdiendo el pelo, tenía alopecia. Ahora ha llegado el momento de recuperar la alegría y por eso nos ha ha citado en las puertas de la clínica MC 360, donde se va a hacer el injerto capilar que lleva tanto tiempo planteando.

"He estado mucho tiempo llevando una prótesis capilar y hasta ahora he ido aguantando con eso, pero no es el remedio que más quería", nos confiesa. ¿Su razón principal?: "Estuve pensando y valorando la opción de irme a Turquía, porque allí es donde más implantes capilares se hacen, pero ya han surgido en España y en Madrid clínicas fantásticas y me he animado a hacerlo ya".

Alberto tiene razón: Estambul es la ciudad donde más operaciones de injerto capilar se hacen al año en todo el mundo. Se calcula que aterrizan unos 750.000 hombres cada año para realizarse este tipo de operación, de los cuales unos 15.000 son españoles, aunque no existen cifras oficiales al respecto.

El país otomano fue referente en la implantación de la técnica FUE o, lo que es lo mismo, la extracción de unidades foliculares. Para entender bien esta operación hay que saber distinguir entre folículos pilosos, que son glándulas, en forma de saco, situadas en el espesor de la piel y cuya función es producir pelo, y unidades foliculares, que son la agrupación de tres o cuatro folículos pilosos.

Después, el proceso tiene cuatro etapas diferenciadas: anestesia, extracción de folículos, incisiones en el cuero cabelludo e injerto. Sin embargo, para Alberto el orden va a ser distinto. "Vamos a empezar con la parte de incisiones, porque así vamos a saber el número exacto de folículos pilosos que vamos a necesitar", le explica Pablo Naranjo, Director Médico.

08:35h: reunión pre-operación

Estamos en la reunión previa entre el doctor y el paciente. Los nervios de Alberto son visibles, y no es para menos: el instante que tanto estaba deseando para recuperar el pelo por fin se ha cumplido, pero no todo son alegrías: "Cuidado: que no se caiga el pelo que ponemos no quiere decir que, con el paso del tiempo, se vuelva más fino o canoso. Hay que fortalecer la piel para que esto no ocurra", le advierte el doctor Naranjo. Alberto asiente; su momento se acerca.

08:45h: un rapado previo a la operación

Aunque resulte paradójico, en las semanas previas a la operación Alberto no ha podido raparse el pelo. Es una de las condiciones que ha tenido que cumplir para que todo salga con éxito. "Llevo preparándome un mes. He venido a hacer las consultas con mi doctor porque una cosa es que yo quiera y otra que sea posible", nos cuenta. Otra de las prohibiciones le ha costado un poco más: "soy fumador y he tenido que dejar el tabaco por el momento".

Ahora lo que toca es lo que toca. La primera de las fases de la operación con la que dirá adiós a la calvicie. Tras colocarse el batín azul correspondiente, Alberto acude a la zona de rapado. Ahí, los auxiliares le rasuran la cabeza para, a continuación, pintar los lugares en donde más folículos pueden extraer e indicar dónde tienen que injertarlos después. "La diferencia con la primera vez que me rapaba es que antes pensaba que nunca más tendría pelo y esta vez será todo lo contrario y me servirá para mi autoestima y para tener una sonrisa en la cara", explica con optimismo.

09:00h: últimas impresiones

En un largo pasillo que desemboca en unas escaleras de caracol se encuentran dos de los tres quirófanos con los que está dotada esta clínica. Son grandes espacios de color blanco, asépticos, pero con una televisión en lo alto de una pared y con múltiples utensilios médicos, incluido un kit de emergencia por si hubiera que hacer alguna reanimación.

En el quirófano número dos se sienta Alberto para decirnos algunas de las últimas impresiones antes de que comience la operación de injerto capilar. "Cuando me hagan el trasplante capilar voy a parecer una planta. Tendrá el largo del folículo trasplantado y, desde ahí, seguirá creciendo. Me hacen un traslado de una zona a otra zona. El trasplantado se caerá, pero en ese momento estará ya naciendo el pelo nuevo del folículo que ha sido injertado", nos explica.

La técnica de injerto FUE es mucho más eficaz y por eso el mundo de los injertos capilares está teniendo tanto éxito

¿Y en cuanto a las restricciones que habrá una vez finalice la operación? "Esta es una parte que no se cuenta del proceso: el primer mes no puedo hacer ningún tipo de fricción en la cabeza. Me enseñan a lavarme de forma adecuada. No puedo exponerme a la luz del sol. No puedo ponerme siquiera una gorra durante los primeros días. Al principio tengo que dormir sentado, porque no puedo tener ningún tipo de roce, así que toca con una almohada especial", nos cuenta Alberto.

La parte delicada son los primeros 90 días. Durante ese tiempo es donde los pacientes deben tener más cuidado para asegurar el éxito de la operación… y de la inversión.

Aunque las cirugías de injerto capilar han reducido su precio a medida que se han popularizado, el coste medio en España suele rondar los 2.900 euros. Esto es precisamente uno de los mayores incentivos a la hora de hacerse aquí la operación en lugar de en Turquía, donde cuesta parecido pero hay que sumarle precio de traslados y de un postoperatorio que es mejor realizarlo, de una manera más controlada y con el sistema público de sanidad como red, en España.

09:20h: comienzan las incisiones

Dejamos de hablar con Alberto sobre los pros y los contras, sobre fases de la operación, precios y demás. El Dr. Naranjo ha entrado en el quirófano y es hora de que dé comienzo el momento por el que Alberto ha estado tanto tiempo esperando.

El primer paso, antes de comenzar con las incisiones, es aplicar la anestesia. Es, quizás, el momento más doloroso de todos. Las enfermeras comienzan a incidir en el cuero cabelludo con pequeñas inyecciones cargadas de lidocaína que, en un primer momento, formarán pequeños bultos por toda la superficie hasta que termine de hacer efecto.

Una vez el analgésico ha hecho su trabajo, el resto es "coser y cantar". El Dr. Naranjo y su equipo comienzan a realizar unas milimétricas incisiones con bisturí en la zona de las entradas, la zona frontal y el vértex. Ahí, en esos 'pocillos', que es como los doctores llaman a los microorificios donde se plantará el pelo, es donde posteriormente irán los folículos que se extraerán más adelante.

12:30h: empieza la extracción

Tras más de cuatro horas de incisiones, comienza la siguiente fase: la extracción de los folículos. Como el Dr. Naranjo le explicó a Alberto en el briefing inicial, usarán un micromotor con el que irán sacando pelito a pelito con cuidado. "Hay que evitar dañar cualquier unidad folicular por si en un futuro fueran necesarias. Hacemos pequeñas extracciones en esos pelos para no dejar cicatriz. Sacaremos todo lo que podamos, porque vamos a necesitar una gran cantidad siempre y cuando no dañemos la zona donante", explica el responsable médico de la clínica.

Por suerte, esta técnica FUE es de las más modernas que existen actualmente y ha sustituido a la técnica FUS, mucho más invasiva para los pacientes porque tenían que cortar una parte del cuero cabelludo para extraer los folículos y, por tanto, dejar una cicatriz de unos 20 centímetros de largo.

A Alberto le terminarán implantando 3.226 unidades foliculares

El trabajo para extraer los folículos se demora, y no es para menos. Según van siendo extraídos, uno a uno, con una precisión milimétrica, son colocados en unas tiras que más tarde utilizarán los auxiliares para volverlos a coger y continuar con la operación. En estos momentos, Alberto se encuentra boca abajo en la camilla y, aunque el sueño hace acto de presencia como efecto secundario de la anestesia, se comienza a hacer un poco tedioso el no poder cambiar de postura.

16:00h: un pequeño descanso

Por fin han terminado de hacer las incisiones y extraer los folículos a Alberto. Se le ve aturdido, pero conseguimos hablar con él y decirle, al menos, qué hora es y cuánto ha durado esta primera fase de la operación: casi siete horas. Aprovecha para comer algo mientras nos comenta que sabía que era "un proceso largo, pero que era más o menos lo que se esperaba".

No hay tiempo para mucho más. Entre una fase y otra de la operación no puede haber demasiada demora para que la anestesia no deje de hacer efecto. "Ahora toca todo el injerto para colocar los folículos en su sitio, algo más amable porque voy a estar boca arriba y puedo ver un poco la tele. Ya me lo tomo de otra manera", nos dice Alberto.

16:20h: la última fase es el implante

Vuelta al quirófano. En él suena ahora música flamenca. Las enfermeras se van contando sus chismes y hacen reír a Alberto, a quien se le ve como a ese corredor de running que sabe que le queda muy poco para llegar a la meta: exhausto, pero feliz.

Pelo a pelo, las especialistas van "plantando" cada uno en el "pocillo" que le hicieron por la mañana. Dejamos a Alberto tranquilo y disfrutando de un sueño cumplido: volver a tener pelo en la cabeza, volver a ser ese hombre feliz que un día vino de Santander. Adiós a los miedos, a la falta de autoestima y a las soluciones temporales. Su cara ha pasado del nerviosismo y la inquietud de por la mañana a la esperanza y un esbozo de media sonrisa por la tarde.

20:00h: todo acaba, todo empieza

Alberto sale por la misma puerta por la que entró con nosotros 12 horas antes, pero esta vez con una cinta protectora que cubre parte de su cabeza y 3.226 unidades foliculares más en la zona, hasta ahora, calva.

La relación de los españoles con su calva ha cambiado durante las últimas décadas, pero Alberto ya no volverá a ser la misma persona. Aún le queda un largo recorrido de cuidados por delante para dar por finalizado con éxito todo el proceso. En Uppers vamos a seguir a lo largo de todo un año la evolución de este implante, paso a paso y semana a semana. "A mí me hubiera gustado leer algo así, lleno de información detallada y de primera mano, cuando estaba pensándome si me lanzaba o no", explica nuestro protagonista.