A veces damos poca importancia a nuestra boca y a nuestros dientes, pero sí somos conscientes de que nuestra sonrisa causa la primera impresión cuando conocemos a alguien. Por eso queremos tenerla perfecta y reluciente siempre. Pero como todo, con el paso del tiempo los dientes se van debilitando, van perdiendo la blancura o incluso se caen. Entonces llega el momento: ¿y si te pones un implante dental? No es una idea descabellada, puede que conozcas a alguien que lo tiene y ni te hayas dado cuenta, el resultado final es bastante natural. ¿Te animas?
Ahora te pueden surgir dudas sobre qué tipo de implante te puede ir mejor, si realmente lo necesitas o si requieren de ciertos cuidados. Todo ello lo valorará tu odontólogo, pero hoy te traemos los dos tipos de implantes más utilizados y sus diferencias. Puede que te ayude a empezar a despejar esas dudas.
Estos dos tipos son los implantes de porcelana y los de zirconio. En un principio te podrán parecer muy similares, pero lo cierto es que guardan unas diferencias muy significativas. Los implantes de coronas de porcelana pueden ser solo de ese material o también incluir metal. Los primeros se utilizan para los dientes delanteros dando un aspecto natural, además de adaptarse bastante bien a la boca. Más allá de perfeccionar y devolverte la confianza en tu sonrisa, la dureza de la corona de porcelana permite masticar y morder más fácilmente.
Si la corona de porcelana está destinada para los dientes delanteros, la de metal-porcelana se utiliza para los posteriores, las muelas. Es la zona por la que se mastica, así que requieren de una mayor fortaleza y dureza. En estos casos se coloca un diente de metal que luego se recubre con porcelana y da un aspecto real al diente, aunque mucho menos estético que el anterior o los implantes de zirconio. En muchas ocasiones se puede ver en la zona de la encía una parte grisácea por el metal.
Son los implantes más recientes. Las coronas de zirconio, como las de porcelana, están recomendadas para los dientes delanteros, los más visibles. Estas fundas son las más estéticas dado que mantienen el color del diente elegido para que se asemeje a los que el paciente ya tiene. Además, la unión entre el diente y la encía queda mucho más natural. Y por si te preocupa, el zirconio es un material totalmente compatible con el organismo humano, pues no produce ningún tipo de rechazo ni reacciones alérgicas.
Los implantes no libran a nadie de las enfermedades dentales, por lo que se deben seguir unas directrices básicas de cuidados. La higiene dental es necesaria en cualquier caso, lavándose los dientes con frecuencia, sobre todo después de las comidas. Por lo menos una vez al día se recomienda hacer uso de enjuagues o hilo dental que completen la limpieza dental y tu sonrisa siempre esté reluciente.
En definitiva, aunque será el odontólogo quien te dará todas las indicaciones, si necesitas un implante en la zona molar lo más probable es que sea de una funda de metal-porcelana. Mientras que para los dientes delanteros, aunque tanto los implantes de porcelana como los de zirconio son estéticamente muy similares, el último aporta más beneficios a largo plazo, por lo que sería, en principio, la mejor opción para tener una sonrisa deslumbrante.