Los juanetes, una patología llena de dudas: ¿son hereditarios? ¿Se pueden operar?

  • Son una deformación del dedo pulgar del pie que puede agravarse y llevar a condicionar ciertos hábitos de vida

  • Existen técnicas quirúrgicas, aunque solo se deben implementar en casos graves

Si te decimos “Hallux Valgus” no es que se te venga nada conocido a la mente, pero si en su lugar decimos juanete la cosa cambia. El primero es como se lo conoce hablando en términos médicos, aunque probablemente ni los máximos expertos se refieran así al juanete. Esta es una de las patologías del pie más conocidas porque es muy fácil de reconocer a simple vista. ¿Por qué? Pues básicamente al ser una deformación que se produce tras la desviación de forma progresiva del pulgar del pie hacia la parte interior y que, según la Sociedad Española de Medicina y Cirugía del Pie y Tobillo (SEMCPT) es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Pero desgranemos un poco más de esta enfermedad que afecta a quien lo sufre de varias formas, no solo en la estética.

La herencia, la causa principal

Una de las grandes dudas que siempre suscita esa deformación se refiere a si el juanete es hereditario o no y la propia SEMCPT lo aclara, pues afirman que “tiene su origen generalmente en un componente genético”, y ojo, porque hay ciertos hábitos que pueden favorecer su aparición. ¿Cuáles son? Pues entre ellos se encuentra un dedo pulgar excesivamente largo, que permitiría de forma más fácil la deformación y, en el caso de ellas, el uso recurrente de zapatos de tacón que además sean muy estrechos en la punta. Y cuidado si eres, runner, pues según el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid los corredores, al ejercer en sus entrenamientos una gran presión sobre la articulación del dedo gordo pueden tener una predisposición mayor a padecer un juanete en su pie.

Técnicas para evitar su aparición

Y ahora viene la gran pregunta: ¿se puede prevenir su aparición? La respuesta puede ser algo ambigua, pues existen medidas y hábitos que permiten reducir el riesgo de aparición, lo que no quita que finalmente puedan hacer acto de presencia. Aún así, el uso de un calzado adecuado es imprescindible, con zapatos flexibles, y con una anchura que permita una buena movilidad del pie sin que apriete demasiado ni sea muy estrecho. En cuanto al tacón, cuanto más alto peor es, por lo que de utilizar este tipo de calzado lo ideal es hacerlo con un tacón bajo.

Entre otras medidas, si ya ha comenzado a aparecer, los baños de agua templada con sal en los pies pueden ayudar a que la inflamación se reduzca o el uso de plantillas o almohadillas si tu médico te lo recomienda para mejorar la movilidad del pie en el zapato.

Los síntomas cuando llega el juanete son claros, pues el dedo gordo, como comentábamos al principio, comienza a girar hacia el interior, hacia donde están el resto de dedos y, en caso de agravarse, puede montarse sobre el dedo que le sigue. Esto podría quedar en un simple problema estético, pero lo cierto es que en la mayoría de casos viene acompañado de dolor, una molestia que cuando se calza un zapato crece por la presión que el zapato hace sobre la deformación que sobre sale en la zona interior del pie.

¿Se puede operar?

Pero hay otra pregunta clave: la operación. Bien es sabido que existen diferentes tipos de cirugías para el juanete, pero hay que recalcar que suele ser la última opción para cualquier persona. Terapias o plantillas suelen ser la primera alternativa ante cualquier caso de juanete, pero cuando la deformación es grave, hay enrojecimiento, fuertes dolores o dificultades para caminar es cuando se plantea pasar por quirófano.

En la actualidad hay varias técnicas quirúrgicas disponibles para la intervención, siendo el especialista el encargado de seleccionar la más adecuada en relación al tipo de juanete. La cirugía abierta es, probablemente, la más conocida al ser la más usada, pues se hace una pequeña incisión para acceder al hueso y recolocar la articulación en la que se pueden usar otros elementos, como los tornillos. Por otro lado está la cirugía percutánea, cada vez más utilizada al ser mucho menos invasiva, capaz de corregir la mayoría de casos de juanete.

Los juanetes pueden parecer simples problemas estéticos en los pies, pero en casos graves pueden generar fuertes dolores que impidan calzarse los zapatos o incluso caminar de forma correcta. Pero ante todo hay que tener clara una cosa, no se puede operar porque sí, solo en casos extremos en los que la situación afecte a la calidad de vida de la persona.