Mareos al levantarse, muy comunes entre los mayores: por qué es importante tratarlos
Los mareos pueden tener múltiples causas dependiendo de cada uno, por eso si no es un caso aislado debe tratarse para mejorar la calidad de vida de la persona
Una vez se detecta el desencadenante, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, se puede resolver hasta un 50% de los casos
Es probable que al despertarte e ir a ponerte en pie sientas una sensación desagradable. Cierta confusión y un leve mareo son síntomas que gran parte de la población ha sufrido en alguna ocasión como hecho aislado del que no ha tenido que preocuparse, aunque son muy comunes en las personas mayores. El problema viene cuando la situación se repite con constancia y a la persona le empieza a costar cada vez más levantarse e incluso se tiene cierto temor a un desvanecimiento. Pero estos mareos pueden tener una explicación médica, por lo que la mejor opción es acudir a la consulta para poder verificar si alguna patología está provocando ese malestar e intentar controlarlo.
¿Por qué puede ocurrir?
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Una de las causas más habituales de estos mareos o pérdidas del equilibrio es por la hipotensión ortostática, que en general suele estar relacionada con la presión arterial. Esto se debe a que al estar acostado durante mucho tiempo e incorporarte de forma rápida, la sangre tiende a acumularse por un momento en la zona baja del cuerpo, por lo que la presión arterial podría estar baja y provocar esos mareos o sensación de desmayo durante un tiempo hasta que la presión se restablece. Por eso, en especial las personas mayores, deben incorporarse siempre lentamente, sin movimientos bruscos. En estos casos se debe tener cuidado, porque más allá del mareo, podría esconderse una enfermedad cardiovascular no diagnosticada hasta el momento.
Otro factor que puede afectar directamente a esos mareos puede ser el oído interno, provocando también cierta sensación de vértigo, llamado en estos casos vértigo posicional paroxístico benigno. Esto se debe a que, como en el caso anterior, al levantarse de la cama o el sofá, la persona sufre esa sensación de malestar durante unos segundos hasta que desaparece. El problema, como siempre, es si no se trata de un caso aislado y se repite con constancia, entonces sí o sí se debe acudir al especialista.
Luego pueden existir otras causas diversas. Por ejemplo, una alimentación insuficiente puede llevar a tener falta de nutrientes que hagan que los niveles de azúcar no sean los adecuados, provocando en ocasiones esa indisposición, así como la falta de hidratación. En personas mayores se debe tener en cuenta la medicación, pues puede que algunos tratamientos no sean del todo compatibles, provocando esos mareos. Así mismo, una falta de visión que no ha sido corregida o dolores en zonas como las cervicales también pueden producir los mareos.
¿Cómo tratarlo?
Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), un 50% de los casos puede resolverse de forma espontánea cuando se detecta el desencadenante y se actúa para corregirlo. Cada paciente puede tener una causa específica, por lo que estudiar cada caso y dar con el causante es importante para que se pueda optar un tratamiento o unos métodos preventivos correctos para cada caso.
Por ejemplo, para aquellos mayores a los que se les detecta hipotensión ortostática, que es uno de los causantes principales, la SEGG recuerda que se deben levantar de la cama, del sofá o de la silla despacio, realizando ejercicios de abrir y cerrar la mano antes de ponerse en pie. También aconsejan el uso de medias de compresión y las duchas con agua no demasiado caliente, mejor que sea tibia, y mantenerse lo mejor hidratados posible. De todas formas, la entidad recomienda no hacer determinados ejercicios que puedan ser perjudiciales, como mirar hacia arriba o inclinarse hacia abajo.
Cuidado si los síntomas persisten
Cuando estos mareos se producen en personas mayores pueden generar una gran preocupación en ellos, en especial si viven solos, pues debido a los mareos o la sensación de vértigo hay una gran riesgo de caídas. Esto provoca, según la SEGG, una mayor ansiedad en los mayores que les lleva a limitar su actividad diaria por el miedo a caerse y sufrir alguna lesión ante la pérdida de equilibrio.
Por eso mismo, cuando el mareo no es aislado y tiende a ser rutinario, acudir a la consulta es importante para conocer cuál puede ser la causa y actuar sobre ella para que ese malestar desaparezca y, tomando siempre las precauciones necesarias, la persona pueda levantarse sin miedo a sufrir un mareo y desvanecerse, realizando su rutina diaria sin temor.