Los datos son malos. Las muertes causadas por coronavirus llevan varios días consecutivos alcanzando cifras máximas en esta ola y, según avanza el mes de noviembre, nos preguntamos cada vez más recurrentemente qué va a pasar con las fiestas. Las predicciones realizadas por universidades influyentes, como la de Washington, tampoco son esperanzadoras y es que el frío, cuando llegue de verdad, puede tener consecuencias dramáticas en la lucha contra la pandemia. Entre tanta incertidumbre y tanto exceso de información, el doctor Germán Peces Barba, vicepresidente neumólogo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, no arroja luz sobre diversas cuestiones que nos preocupan y mucho a los ciudadanos.
"La administración piensa que estas medidas son suficientes y no va a haber que incrementarlas, pero nosotros, como científicos, siempre somos partidarios de anteponer la opción de salud por encima de la social. Los datos son malos y cada vez van a peor y esperar es lo peor que se puede hacer frente al coronavirus. Yo personalmente me inclino por endurecer y potenciar las medidas sociales restrictivas que son las que faltan, así como incrementar el número de pruebas y rastrear los casos, siempre que sea posible".
"La segunda ola fuerte todavía no se ha presentado. Estamos arrastrando un mal control de la situación en los meses previos, de la primera, lo peor está por venir. Aún no se ha materializado en número de enfermos las consecuencias del frío y de la vida social en interiores, en ese momento los datos serán más preocupantes si cabe".
"Las predicciones no dudan en afirmar que el invierno va a ser muy duro y no vamos a ser capaces de controlar los casos. Eso provocará, muy probablemente, un desbordamiento de la asistencia sanitaria. Ahora mismo, las unidades de cuidados intensivos se encuentran en niveles altos, pero no extremos, aunque si sigue aumentando la presión volveremos a ver salas de espera en los pasillos.
El indicador en el que debemos fijarnos es en el número de pacientes hospitalizados, que es el equivalente a hablar de pacientes graves. El 20% de ellos necesitarán en algún momento cuidados intensivos y ¿qué pasará si, como en marzo, no se los podemos dar?".
"Va a ser muy complicada. Nos debemos olvidar de las reuniones familiares para celebraciones, van a ser unas navidades de estar en el núcleo de familiaridad íntima, con los convivientes y sin unirse familias. Los regalos este año, si los queremos dar, van a tener que ser enviados por correspondencia o agencia de transportes. No creo que la gente sea irresponsable, creo que va a haber casos aislados de grupos que incumplan las recomendaciones y se salten las guías, pero serán pocos. En general, todos estamos muy concienciados con la enfermedad".
"Lo que estamos viendo desde marzo es que si un paciente crónico con neumonía contrae coronavirus, esta va a ser más grave pero la covid no va a marcar la evolución del enfermo. Es decir, que tras una neumonía grave causada por el SARS-CoV-2, una vez salvado el periodo crítico, este virus desaparece y queda la patología crónica de siempre".