{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Ya no hay dudas: crecer en un entorno verde repercute en una mejor salud mental. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, concluye que los niños que están en contacto con la naturaleza tienen un 55% menos de riesgo de desarrollar enfermedades psiquiátricas, como la ansiedad o la depresión, en su vida adulta. El estudio afirma que aquellas personas que durante su infancia habían vivido en entornos urbanos, con poca cantidad de espacios verdes a su alrededor, tenían hasta un 45% más de riesgo de acabar desarrollando alguna enfermedad mental, respecto a los que vivían más en contacto con la naturaleza.
Otro estudio realizado en 2019 por el Instituto de Salud Global de Barcelona demostró que las personas que viven en vecindarios con mayor disponibilidad de espacios verdes tienen un menor riesgo de desarrollar síndrome metabólico (hipertensión, diabetes y cardiopatías, fundamentalmente), comparadas con las personas que vivían en vecindarios con menos disponibilidad de espacios verdes.
Según estos estudios, el verde, por tanto, no solo es el color de la esperanza, sino también de la salud, el bien más preciado en esta época de pandemia. Pero ¿qué hacer cuando muchas zonas de España comienzan a reconfinarse ante la segunda ola del coronavirus? ¿Qué ocurre si no disponemos de un jardín propio y si la visita al parque no está al alcance? Parafraseando alguna frase famosa, si no podemos ir a los espacios verdes, quizá debamos hacer que los espacios verdes vengan a casa. "Con o sin pandemia, hay una llamada creciente a la reconexión con la naturaleza. El diseño biofílico y la incorporación de plantas a nuestro entorno doméstico (no olvidemos el creciente teletrabajo en los domicilios) es una forma innovadora de crear entornos naturales en los que podamos vivir, trabajar y aprender", explica Isabel García Puente, socio del estudio de paisajismo Liquidambar.
Para esta profesional, las plantas en los hogares pueden jugar un papel esencial durante la crisis sanitaria. "El distanciamiento social, el confinamiento y las estrategias de separación hacen esencial crear un ambiente de seguridad y fomentar el bienestar integral de las personas. La luz natural, la vegetación, las paredes vivas, los materiales y texturas naturales, y las vistas a la naturaleza generarán un impacto positivo y un mayor bienestar emocional", asegura.
Es de las primeras cosas que aprendemos en el colegio: las plantas durante la fotosíntesis aportan oxígeno a la atmósfera, incluida la de los interiores. Ahora, cuando es tan necesario renovar el aire de las casas, ¿en qué pueden ayudarnos? "Las plantas no solo tienen capacidad para purificar los ambientes renovando el aire mediante el aporte de oxígeno, sino que numerosos estudios han demostrado que, además, algunas especies botánicas pueden filtrar y eliminar del ambiente agentes tóxicos como el benceno, el formaldehído o el tricloroetileno, presentes en el aire interior de los edificios", señala la paisajista. Estos agentes tóxicos suelen emplearse en la fabricación de plásticos, colorantes y disolventes y forman parte de algunos ambientadores y productos de limpieza.
Para Isabel García Puente, los entornos verdes generan otros beneficios: "el diseño biofílico, que consiste en incorporar plantas y elementos inspirados en la naturaleza en los espacios de trabajo y hogares, tiene un gran impacto en el wellness o bienestar laboral, así como en la creatividad y productividad de las personas".
En el reino vegetal existe la especialización. Algunas plantas son mejores que otras para neutralizar las ondas electromagnéticas de los aparatos eléctricos o para proporcionar humedad a los ambientes más secos. La paisajista Isabel García Puente lo confirma: "hay muchos estudios sobre las plantas más especializadas y miles de listas en internet con las tres, las diez, las 20 plantas purificadoras… Nosotros tenemos nuestra propia lista elaborada a partir de la famosa charla TED de Kamal Meattle, un famoso empresario y activista medioambiental indio”.
Para la experta, las tres plantas de eficacia probada son la areca (Dypsis lutescens), la sanseviera (Sansevieria Trifasciata) y el poto (Epipremnum aureum). "La palmera de areca es una planta que elimina el CO2 convirtiéndolo en oxígeno. La sanseviera o lengua de suegra también es una planta común y la denominamos planta de dormitorio porque convierte CO2 a oxígeno durante la noche. El poto es otra planta muy común que elimina el formaldehído y otras sustancias químicas volátiles", explica.
Conocida la capacidad de las plantas para purificar el aire de nuestro hogar, el siguiente paso sería crear un 'escudo verde' en nuestra casa. Para eso tendremos que tener en cuenta la orientación del espacio, la luz y la temperatura.
Pero lo más importante para hacernos con la protección de las plantas es tener la vista entrenada para rescatar de los ambientes inertes cualquier espacio interior o exterior, aunque no salte a simple vista. "En el exterior debemos conquistar los espacios por pequeños que sean: balcones, terrazas, áticos, patios… Son espacios que nos van a aportar vistas a la naturaleza y van a matizar la sensación de encierro. En nuestro estudio, cada vez vemos más clientes que abren espacios para conquistar espacios exteriores para poder disfrutar del contacto con la naturaleza, las vistas y el aire exterior", señala esta profesional.
Si incorporar plantas a nuestra casa tiene un indudable efecto terapéutico, es también innegable su impacto estético. Siempre, eso sí, que las plantas se mantengan en buenas condiciones. Nada más triste que una planta decaída o con colores que denotan su falta de salud.
Para los que no tienen 'mano' con las plantas, la paisajista de Liquidambar comparte estos consejos: "en general, las plantas de uso doméstico se mueren porque se riegan demasiado. Unas reglas básicas como no encharcar, no exponer a sol directo, y evitar corrientes de aire son suficientes para que las plantas luzcan espectaculares en el interior de hogares y oficinas", explica.
Y si de verdad no hay suerte o nuestra mano es la mano negra del reino vegetal, la propia Naturaleza acude a nuestra ayuda. "Las sansevieras son indestructibles. Y de mayor tamaño recomendamos las strelitzias, muy resistentes y de bajo mantenimiento", concluye esta profesional.