¿Sabías que dormir con la puerta cerrada puede salvarte la vida?

  • Aunque el 60% de la población opta por dormir con la puerta abierta, hacerlo con la puerta cerrada es mucho más seguro

  • Cerrar la puerta de la habitación antes de irnos a dormir puede aumentar las probabilidades de que sobrevivamos de un incendio, ya que evita que las llamas se propaguen con mayor facilidad

  • En solo 40 años, el tiempo promedio que teníamos para escapar de un incendio se ha reducido de 17 minutos a tres

¿Eres de los que duermen con la puerta abierta o de los que prefieren dormir con la puerta cerrada a cal y canto? Según una reciente encuesta elaborada por la Organización de Ciencias de la Seguridad UL (siglas de Underwriters Laboratories), aproximadamente un 60% de la población elige dormir con la puerta abierta.

Los motivos son variados. Algunos, lo prefieren para librarse del calor y los sofocos de la noche. Otros, porque dormir con la puerta cerrada les resulta agobiante, casi claustrofóbico. Y hay quien lo hace por seguridad, por si sus hijos se levantan en mitad de la noche o por si alguien les llama. Sin embargo, este gesto aparentemente tan trivial e inofensivo puede llegar a ponernos en peligro.

Dormir con la puerta cerrada es más seguro que dormir con la puerta abierta

En las últimas décadas, las viviendas en las que vivimos han cambiado sustancialmente, tanto en el diseño como en los materiales que se utilizan en su construcción y decoración. Los apartamentos de ahora son más grandes, están decorados con muebles de materiales sintéticos y tienen menos habitaciones individuales que las casas de nuestros padres y abuelos, aunque, eso sí, todos los espacios están mejor conectados entre sí.

Esta evolución en el diseño y el mobiliario ha provocado que hoy en día sea mucho más difícil escapar con vida de un incendio que en el pasado, tal y como recoge un informe publicado en 2019 por la Asociación Nacional de Protección contra Incendios de Estados Unidos. Según este documento, en 1980 el tiempo promedio que teníamos para escapar de un incendio que se produjese en nuestra casa era de unos 17 segundos. Hoy, sin embargo, esta cifra se ha reducido a tan solo tres segundos, por lo que las probabilidades de sobrevivir son mucho más bajas que hace cuarenta años.

El motivo es el siguiente: al haber una mayor conexión entre las habitaciones y menos estancias individuales, el fuego puede propagarse con mayor facilidad, ya que carece de obstáculos con los que entretenerse. Además, el humo que genera es mucho más tóxico, un hecho especialmente preocupante si consideramos que las quemaduras no son la primera causa de muerte durante los incendios, sino la inhalación de humo.

Pero ¿qué tiene que ver todo esto con la manera en la que dormimos o dejamos de dormir? Tal y como demuestra un vídeo elaborado por la Firefighter Safety Research Institute (FSRI) de Estados Unidos para concienciar a la población sobre la importancia de cerrar la puerta antes de irse a dormir, dormir con la puerta cerrada disminuye la velocidad a la que se propagan las llamas, reduce la cantidad de humo que inhalamos, mejora los niveles de oxígeno de nuestra habitación y reduce la temperatura. En concreto, durante un incendio, la temperatura de una habitación con la puerta abierta puede llegar a superar los 500 grados, mientras que con una puerta cerrada no sobrepasaría los 40.

Por ello, es importante que antes de dormir te asegures de que todas las puertas de tu vivienda están bien cerradas, incluyendo, sí, las de los dormitorios de tus hijos, para evitar que las llamas se propaguen con mayor facilidad. Durante un incendio, cualquier segundo cuenta, por pequeño que sea.