Tu cuerpo refleja las emociones que sientes: descubre los beneficios de tener una buena postura corporal

  • En tu cuerpo se reflejan las emociones que sientes: puede verse si estás triste, alegre o si estás pasando por un buen momento.

  • No importa si tu cansancio es físico o mental, tu cuerpo acaba actuando como un espejo de ese cansancio, aunque intentes disimularlo.

Nuestra postura corporal es un rasgo personal que nos caracteriza tanto como nuestro tono de voz o nuestro carácter. Cada individuo tiene una forma particular de controlar su cuerpo cuando está sentado, de pie o caminando. Nuestra postura habla de nuestro pasado, de nuestras emociones y de la actitud con la que miramos al futuro.

La postura corporal es tan distintiva que la mayoría de nosotros somos capaces de reconocer a nuestros amigos, aún a gran distancia, por la forma que tienen de caminar o tan sólo por la manera de estar parados. Nuestro entorno familiar y cultural condiciona la forma en la que nos movemos y las posturas que nuestro cuerpo adopta. La postura no es solamente una clave acerca del carácter; también es una expresión de la actitud. Nuestras poses revelan lo que sentimos en relación a las personas que nos rodean.

Cuando dos personas se encuentran se comunican simultáneamente a muchos niveles, conscientes e inconscientes, y emplean para ello la mayoría de los sentidos: la vista, el oído, el tacto, el olfato. En tu cuerpo también se reflejan las emociones que sientes, puede verse si estás triste, alegre o si estás pasando por un buen momento. Todo se refleja en él. Cuando expresamos emociones podemos comprobar que el cuerpo actúa en función de esa emoción expresada.

Cuando la alegría se expresa, el gesto se amplía, la cabeza se endereza, los brazos tienden a abrirse como si quisieran abarcar más espacio vital, y verdaderamente nos sentimos más vitales, más joviales, queremos compartir, somos más sociables. La emoción se inicia en el cuerpo como parte de una respuesta fisiológica ante una situación o estímulo interno o externo. Cada emoción determina unas acciones musculares que pueden generar un desequilibrio y modificar la postura en una dirección. Otros músculos son capaces de parar este desequilibrio y recuperar el orden. Podemos expresarnos pasando de una actitud a otra siempre que nos adaptemos a las circunstancias.

Las emociones negativas crean tensiones, cuando una emoción negativa se instala en el tiempo, el desequilibrio muscular también se establece de forma permanente. Progresivamente, se va formando una tensión muscular que atrapa al cuerpo en una tipología postural determinada y le resta capacidad de adaptación a las circunstancias. Esto puede provocar, por ejemplo, la aparición de dolores. De ahí la importancia de recibir acudir al fisioterapeuta para deshacer esas tensiones que condicionan nuestra postura y de ese modo favorecer también un gesto más fluido.

La postura no es algo estático. Nuestra actitud postural se manifiesta también en nuestra forma de movernos: no caminamos igual cuando estamos tristes que cuando nos encontramos felices, cuando tenemos miedo que cuando sentimos ira.

Como conseguir una buena postura corporal

Una postura correcta consigue utilizar la musculatura de forma eficiente y equilibrada, al tiempo que gasta poca energía. Del mismo modo, si mantienes los huesos y las articulaciones alineados correctamente, alivias la tensión en los ligamentos y evitas el sobreesfuerzo de las articulaciones.

Deberíamos ser conscientes de nuestro cuerpo en todo momento; pero sin un espejo mental o real puede resultar complicado corregir nuestra postura para que sea la correcta. El yoga desarrolla la conciencia corporal a través de movimientos lentos que permiten reajustes en cada momento durante la práctica.

Con el confinamiento en casa que limita el movimiento, el estilo de vida sedentario con ejercicio físico limitado o las largas jornadas de trabajo en posición sentada son tantos factores que pueden afectar nuestra buena postura corporal.

Es importante vigilar la postura, al hundirte en tu sofá, trabajar en un ordenador portátil con una pantalla demasiada baja, o pasar horas mirando internet y las redes sociales en una pantalla pequeña empeoran la postura y tendemos a encorvarnos de forma inconsciente.

La solución consiste en intentar romper con el sedentarismo con hábitos de vida saludables en casa: cada hora, levántate y pasea (aunque sea hasta la cocina a por un vaso de agua), toma aire fresco por la ventana haciendo respiraciones profundas para abrir la caja torácica y mirar hacia el cielo, planifica tus sesiones de deporte semanales para mover el cuerpo, y añade clases de yoga a tu calendario para desarrollar una consciencia corporal y mejorar tu postura con ejercicios adecuados.

Mantener una postura corporal correcta tiene numerosos beneficios: además de sentirnos mucho mejor, nuestro cuerpo estará mucho mejor y estaremos cuidando tanto nuestros músculos, articulaciones, circulación sanguínea e, incluso, mente, ya que no estarán sometidos a tensiones y esfuerzos innecesarios.