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Posiblemente sea la enfermedad más comentada en estos momentos después del coronavirus. ¿Por qué? Pues debido a una publicación del actor y cómico Dani Rovira en Instagram en la que confesaba que recientemente le habían diagnosticado el linfoma de Hodgkin y que estaba comenzando su batalla al iniciar el tratamiento. Por suerte para el artista y las demás personas que lo sufran, este tipo de cáncer es uno de los que mejor pronóstico de curación y supervivencia tiene, siempre que se diagnostique y se trate debidamente. ¿Quieres saber más sobre esta enfermedad y conocer a qué se enfrentan aquellos que la padecen?
La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) define esta enfermedad como un subtipo de linfoma en el que las células malignas se encuentran en la sangre y que afecta principalmente a los linfocitos, uno de los tipos de glóbulos blancos que se encuentran en nuestro organismo y que forman parte de las defensas del cuerpo. Es Thomas Hodgkin el que le da nombre al ser el primero en reconocer el linfoma nada más y nada menos que a principios del siglo XIX, tras detectar una enfermedad que afectaba a los ganglios linfáticos.
El linfoma de Hodgkin es un tipo de cáncer que puede llegar de forma muy prematura, pues aunque existen dos picos para su desarrollo, uno a partir de los 55 años, el otro es entre los 15 y los 40 años. Etapa en la que el paciente es bastante joven y que no se suele relacionar con enfermedades tan graves, pero en la que por desgracia pueden aparecer. En cambio en los niños, no es muy frecuente su manifestación.
¿Los principales síntomas? Uno de los más visibles es la pérdida de peso de forma totalmente inexplicable. Aunque sigues tu vida normal, ves como tu peso habitual disminuye en pocos meses. Otros síntomas a los que hay que prestar bastante atención es al sudor nocturno de una forma bastante exagerada, el cansancio, o fiebre sin tener ningún tipo de infección ni motivo aparente. Estas pueden ser las primeras señales de alerta de que hay algo en tu cuerpo que no va bien. Aún así, lo más frecuente es que se detecte tras la aparición de algún bulto o ganglio linfático en zonas como las cervicales, las axilas o la clavícula.
Es importante detectarlo, ya que si no se trata se puede volver bastante agresivo haciendo que los ganglios crezcan y reforzando los otros síntomas. De esta forma, si sigue avanzando sin tratamiento, puede empezar a afectar a otros órganos que finalmente causen otros problemas al paciente y compliquen bastante la situación.
Y ya lo adelantábamos antes, el linfoma de Hodgkin es uno de los cánceres con mayor tasa de curación, aunque todo dependerá de lo desarrollada que se encuentre la enfermedad y de la eficacia del tratamiento en cada organismo. Tras detectarse a través de una biopsia, los médicos suelen utilizar los dos principales tratamientos para el cáncer también para este: la quimioterapia, que en muchas ocasiones se puede ver reforzada con la aplicación de radioterapia. Cada especialista determinará cuál es la mejor opción para cada paciente dependiendo de lo extendido que esté el linfoma.
En plena crisis del coronavirus, Dani Rovira ha querido hacer público que padece el linfoma de Hodgkin a través de su cuenta de Instagram. “Hace una semana que me lo han diagnosticado”, así comienza el emotivo texto del actor que acompaña de una imagen en la que se ve su brazo mientras recibe tratamiento. Ya ha comenzado la quimioterapia, y aunque debe ser un momento duro para él, su mensaje no deja de ser optimista haciendo referencia a las buenas sensaciones que el equipo médico le ha transmitido.
Siempre animado, asegura que cuenta con todo el apoyo de su familia, sus amigos y sus fans, que han llenado las redes sociales de muestras de cariño hacia el cómico, que en los días siguientes agradeció en otra publicación de la misma red social.
Una enfermedad nunca es una carrera fácil. Por suerte, un diagnóstico prematuro y un tratamiento adecuado hacen del linfoma de Hodgkin uno de los tipos de cáncer con mejor pronóstico. En especial en los jóvenes, en los que en la mayoría de casos se consigue que la enfermedad desaparezca sin ninguna recaída. Siempre con precaución, cuidándose, atendiendo a los consejos de los médico y con la positividad que caracteriza a Dani Rovira, el linfoma de Hodgkin es una batalla que se puede ganar.