Síndrome metabólico, un peligroso cóctel que afecta a cada vez más personas: síntomas y tratamiento

  • Obesidad, glucosa alterada, colesterol alto, triglicéridos y presión elevada, este peligroso cóctel, conocido como síndrome metabólico, deriva en diabetes o enfermedades cardiovasculares y afecta cada vez a más personas.

  • Entre las causas de padecimiento de este síndrome influyen factores heredados, pero sobre todo el estilo de vida sedentario asociado a una dieta hipercalórica e inflamatoria.

  • Cambiar el estilo de vida y adoptar una serie de hábitos sanos y equilibrados son claves para perder el exceso de peso, controlar la presión arterial y la hiperglicemia y mejorar la resistencia a la insulina.

¿Qué es el síndrome metabólico? La respuesta no es sencilla debido a que la fisiopatología (el estudio de los mecanismos de producción) de este síndrome es profundamente compleja. Las últimas definiciones de las sociedades científicas dicen que entendemos como síndrome metabólico la situación clínica en la que un sujeto presenta tres o más de las siguientes condiciones:

  • Obesidad abdominal (perímetro abdominal mayor de 102 cm en el hombre y de 88 cm en la mujer).
  • Glucosa alterada (más de 110 mg/dl).
  • HDL-colesterol bajo (menos de 45 mg/dl en el varón y de 55 mg/dl en la mujer).
  • Producción aumentada de triglicéridos (más de 150 mg/dl).
  • Presión arterial elevada (presión arterial sistólica mayor de 130 o presión arterial diastólica mayor de 85 mmHg).

En España, estudios llevados a cabo en los últimos años, como el Estudio del Síndrome Metabólico en Trabajadores Activos (MESYAS es su acrónimo en inglés), han permitido obtener mucha información relevante, que nos enseña cómo en nuestro país, aproximadamente un 15% de los trabajadores sanos y activos lo padecen y que por encima de los 50 años lo sufren más del 25% de ellos.

Atento a los síntomas del síndrome metabólico

El síndrome metabólico no produce ningún síntoma. Sin embargo, dadas las alteraciones metabólicas que presentan estos pacientes, tienen un riesgo muy aumentado de presentar las siguientes complicaciones:

  • Enfermedad coronaria con desarrollo de infarto de miocardio y angina de pecho.
  • riesgo aumentado de tener un ictus o un AIT.
  • Enfermedad arterial periférica.
  • Diabetes mellitus.
  • Hiperuricemia y ataques de gota.
  • Síndrome de ovario poliquístico.
  • Hígado graso no alcohólico.
  • Síndrome de apnea del sueño.

Prevención del síndrome metabólico

El denominador común en todas ellas debe ser un estilo de vida saludable, con un abandono del hábito tabáquico, un incremento de la actividad física y una restricción calórica en la dieta, que ayude a la pérdida de peso y derive finalmente en la normalización de los diferentes parámetros afectados. ¡Esto es lo que hay que hacer!

Esto es lo que puede hacer a partir de hoy

  • Mejorar la alimentación. Siga una dieta rica en cereales integrales, frutas, verduras, aves sin piel, pescado, frutos secos, productos lácteos bajos en grasa o sin grasa, carnes magras y proteínas vegetales. Limite el consumo de alimentos procesados, grasas saturadas y grasas trans, carnes rojas, sodio y azúcares añadidos.
  • Mantenerse activo. Tenga como objetivo realizar, al menos, 150 minutos a la semana de actividad física de intensidad moderada. Caminar es lo más fácil para empezar, pero es posible que quiera encontrar algo que le guste hacer y que aumente su frecuencia cardíaca. Si es necesario, divida el ejercicio en varias sesiones cortas durante el día para alcanzar su objetivo.
  • Bajar de peso. Para reducir su riesgo de cardiopatía, pierda peso y no vuelva a ganarlo. Infórmese sobre la ingesta de calorías recomendada para usted, la cantidad de calorías que consume en la comida y las calorías que quema con los diferentes niveles de actividad física. Equilibre una alimentación saludable con un nivel de ejercicio adecuado para alcanzar sus objetivos.

¿Cuál es el tratamiento del síndrome metabólico?

El tratamiento del síndrome metabólico es doble. Por una lado la realización de hábitos de vida saludables dirigidos al control de la obesidad y de la resistencia a la insulina y, por otro lado, si fuera necesario, el tratamiento con medicinas para controlar los factores de riesgo.

Los hábitos de vida saludables son:

  • Mantener una dieta baja en grasas de origen animal y en azúcares simples.
  • Realizar ejercicio físico durante 30 a 60 minutos al menos 4 días por semana. El ejercicio físico debe ser de suficiente intensidad como para que el corazón se acelere y aumenten las pulsaciones.
  • Mantener un peso cercano al ideal (un índice de masa corporal cercano a 25 kg/m2). Para ello se debe hacer ejercicio físico y se deben reducir las calorías de la dieta. En algunos casos puede haber indicación de tratamiento farmacológico o incluso de cirugía para reducir la obesidad.
  • Abandonar el tabaco si fuera el caso.

El tratamiento con medicamentos está dirigido a controlar la hipertensión arterial y, si hubiera indicación, a reducir los triglicéridos y/o aumentar el colesterol-HDL. El tratamiento con medicinas que bajan el colesterol (estatinas) podría estar también indicado en muchos de estos pacientes para reducir así el riesgo de presentar una complicación cardiovascular en el futuro.