En poco tiempo se cumplirán dos años desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó a la covid-19 como pandemia. A ello le prosiguió un confinamiento para contener el virus y aliviar la presión hospitalaria del momento que se cobró miles de muertes, en especial en residencias de mayores. En total, según recoge Europa Press a raíz de los datos del Imserso, este organismo ha contabilizado un total de 30.880 decesos por coronavirus en residencias . No obstante, la división de datos es muy diferente entre los dos años en los que se ha prolongado la pandemia, con la vacunación como punto de inflexión.
Para empezar el desglose del dato ofrecido por el Imserso, de las casi 31.000 muertes, 20.388 han sido fallecimientos de personas que tenían confirmado su contagio con una prueba diagnóstica, mientras que los 10.492 restantes no tenían tal confirmación, pero la sintomatología que tenían era compatible con el coronavirus.
Ahora bien, con los números en la mano, un total de 25.797 fallecimientos se refieren a 2020 frente a los 5.083 que tuvieron lugar en el pasado 2021, siendo precisamente enero el mes en el que más muertes se produjeron con casi 800 solo en la última semana del mes, coincidiendo con la tercera ola de contagios. Tras una reducción considerable de los contagios y los fallecimientos, las muertes en residencias volvieron a tener un repunte durante el verano y el comienzo del otoño de 2021 ante el aumento de la curva de contagios, pero lejos de los datos registrados en enero de 2021 o durante el 2020.
Es cierto que, con la llegada y expansión de la variante ómicron, en diciembre ya hubo un pequeño crecimiento en los contagios en las residencias, disparándose en la última semana de 2021 y en la primera de enero de 2022 con 3.647 casos en siete días. Con ello, también han aumentado los decesos en los centros de mayores hasta registrar 50 en la primera semana de enero, una cifra que no se alcanzaba desde el pasado septiembre.
Pese a que sigue habiendo muertes, no son comparables con las registradas en el inicio de la pandemia, en parte gracias al plan de vacunación. Cuando se comenzó el 27 de diciembre de 2020 con la inoculación del suero, las residencias fueron uno de los primeros objetivos para lograr la inmunidad en los mayores. Es más, según un informe elaborado por el ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III solo en el primer trimestre de 2021 se evitaron 17.000 contagios y 3.500 fallecimientos por coronavirus en los centros de mayores. De esta manera, a comienzos de abril ya el 93% de los mayores estaban vacunados con la pauta completa.
A pesar de que en su gran mayoría ya cuentan con su tercera dosis de la vacuna como refuerzo, que ha logrado que, aunque haya más casos sean más leves, el repunte lleva a que sufran restricciones en las visitas, a mayor aislamiento o a verse peor atendidos por las bajas del personal del centro. Además, algunos expertos recuerdan que gracias a la vacuna muchos pueden infectarse y pasar la enfermedad sin complicaciones, pero que si los mayores cuentan con otras patologías, estas pueden agravarse.