Apnea del sueño: síntomas de que tienes que ir al médico para que te ayude a dormir como a Shaquille O'Neal

  • Shaquille O'Neal confesaba hace días que padece apnea del sueño y ahora duerme con una máquina

  • Según datos de la Sociedad Española del Sueño, el 80% de las personas afectadas no están diagnosticadas

  • Te contamos los tipos de apnea del sueño, los síntomas y los factores de riesgo principales

Hace una década que Shaquille O'Neal abandonó la cancha, pero su buen hacer durante su etapa en la NBA lo ha convertido en una de las grandes leyendas del deporte con vida más allá del balón. No obstante, el ganador de cuatro anillos de la NBA ha confesado recientemente la enfermedad que padece y que le diagnosticaron hace poco tiempo: apnea del sueño. Después de un toque de atención de su médico, ahora O'Neal duerme enganchado a una máquina para evitar posibles accidentes cerebrovasculares. ¿Cuáles son los síntomas de este problema?

En una entrevista con GQ el exjugador de la NBA comentó que cuando jugaba iba constantemente al médico para hacer revisiones de su salud y su estado físico, pero que al llevar 11 sin jugar no veía la necesidad de acudir a la consulta si no notaba que le pasase algo grave. "Cuando volví al médico después de tanto tiempo había algunas cosas que ni siquiera sabía. Me dijo: 'Oye, tienes apnea del sueño. Puede causarte hipertensión o accidentes cerebrovasculares, podrías morir'. Así que ahora tengo que dormir con una máquina", dijo.

Según explican desde la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) la apnea del sueño se produce cuando se deja "de respirar mientras se duerme durante varios segundos hasta muchas veces por hora. Las personas diagnosticadas tienen al menos cinco pausas respiratorias por hora y pueden tener muchas más".

Cuando esto ocurre durante la noche, según la plataforma Top Doctors, se impide tener un sueño reparador y es normal mostrar síntomas de cansancio al día siguiente. ¿Qué pasa si la apnea del sueño es frecuente? Esa falta de oxígeno puede llegar a provocar hipertensión pulmonar, un fallo cardíaco o miocarditis, por eso es fundamental diagnosticarlo. Según la Sociedad Española del Sueño, entre cinco y siete millones de personas lo sufren, pero el 80% no está diagnosticado.

Tres tipos de apnea

No obstante, hay diferentes tipos de apnea del sueño, principalmente tres:

  • Apnea obstructiva: es la más frecuente y se produce cuando los músculos de la garganta se relajan y bloquean las vías respiratorias.
  • Apnea central: en este cado el cerebro no llega a enviar las señales correctas a los músculos que controlan la respiración.
  • Síndrome de apnea compleja: este tipo se produce cuando una persona sufre a la vez tanto apnea central como obstructiva.

¿Cuáles son los síntomas?

Por lo general la sintomatología es similar en los diferentes tipos de apnea del sueño, así que en ocasiones es complicado detectar exactamente cuál se padece. Los principales a los que estar atento para saber si debes acudir a la consulta del médico son:

  • Ronquidos fuertes (sobre todo en la obstructiva)
  • Despertarse repentinamente con falta de aire (frecuente en la apnea central)
  • Tener la boca seca o dolor de garganta al despertar o dolores de cabeza durante la mañana
  • Insomnio y sensación de sueño a lo largo del día, así como dificultad para mantener la atención durante la jornada
  • Irritabilidad
  • Dejar de respirar durante el sueño (esto generalmente lo detecta otra persona)

Factores de riesgo

La apnea del sueño puede afectar a cualquier persona, pero lo cierto es que hay ciertos factores de riesgo que pueden predisponer a una persona más que a otra a padecerlo. Los hombres son más propensos que las mujeres a tener apnea del sueño, así como también es más frecuente en adultos mayores o si se tienen antecedentes familiares.

En todo caso, el sobrepeso es uno de factores de riesgo principales, así como las personas que tienen un cuello grueso que repercute en que las personas tengan las vías respiratorias más estrechas, lo que dificulta la respiración. Otros factores tienen que ver con nuestros hábitos, y el consumo de alcohol y el tabaquismo no son precisamente los más idóneos.

Diagnóstico y tratamiento

Para detectarlo los especialistas utilizan una prueba que monitoriza el sueño y la actividad de diferentes órganos, entre ellos los pulmones y el cerebro. Una vez detectado el problema, el médico seleccionará el tratamiento más recomendado en cada caso. Por lo general, lo más habitual es optar por el CPAP, que consiste en colocar una máscara sobre la boca y la nariz mientras se duerme que mantiene las vías respiratorias abiertas. No obstante, hay otros tratamientos más concretos dependiendo de las causas, como puede ser una operación quirúrgica o dispositivos dentales que favorecen la respiración.