Está irascible, se aísla, jerseys anchos: pistas que indican que un hijo tiene un problema con la alimentación

  • En España hay 400.000 personas con problemas alimenticios, la mayoría jóvenes de entre 12 y 24 años

  • Estar atentos a los síntomas (irascibilidad, excusas, aislamiento) es clave para hacer frente a la enfermedad

  • la anorexia se sitúa en torno al 0,3%, la bulimia en el 0,8% y el TCA no específicado en torno al 3,1%

Se levanta de la mesa la primera y va al baño. Lleva una temporada más irascible. Ya no sale con los amigos. En las celebraciones familiares apenas prueba bocado y esparce los restos por el plato. No se le puede decir nada, y enseguida se encierra en su habitación. Lleva ropa ancha. Jerseys más grandes. Está más delgada (aunque no siempre se nota tanto en las primeras fases).

Si todo esto te suena familiar, puede que estés viendo la punta del iceberg y que haya un problema serio detrás. Los padres juegan un papel clave a la hora de apoyar a una persona afectada por un trastorno de la conducta alimentaria, pero suele estar tan perdidos como el propio paciente. ¿A qué síntomas tengo que estar atento? ¿Cómo actuar después? Hablamos con un psicólogo sobre los síntomas a los que estar atento y cómo encarar las primeras fases de la enfermedad. Aquí puedes leer el testimonio de Beatriz, cuya hija sufrió anorexia.

  • No ignorar ni pasar por alto si detecta alguna señal de alerta (deja de comer, se preocupa excesivamente por su peso, se aísla, cambia su carácter, deja de hacer vida normal o su relación con la comida le supone angustia).
  • Sentarse a hablar y manifestarle su preocupación. Es importante mostrarse comprensivo y no hacer ningún tipo de diagnóstico.
  • No juzgar a tu hijo/a ni entrar en valoraciones o consejos.
  • Desarrollar la escucha activa a pesar de la angustia.
  • No obligarle a comer.
  • Una consulta con el médico de cabecera puede ser de gran ayuda porque se encargará de asesorar y buscar profesionales especializados.
  • Inmediatamente, ponerse en contacto con un experto, que valorará la situación y guiará a padres y al resto de familiares.
  • La respuesta habitual de quien lo sufre es el rechazo. Es normal que se muestre molesto con quien trata de ayudar. Contigo.
  • Para los padres: buscar también ayuda profesional. Hay que aprender a relacionarse del mejor modo con la enfermedad y con tu hijo/a enfermo.
  • No culparse por sentir culpa: es fácil que desarrollen sentimiento de culpa, que la comunicación con el hijo esté deteriorada o que se bloqueen por no saber cómo hacer frente a la situación. De ahí que un psicólogo para los padres sea también importante.