Ansiedad, depresión o hipertiroidismo: de las posibles causas de los sudores nocturnos a su solución

  • Los sudores nocturnos son episodios de transpiración extrema en los que podemos llegar a mojar la cama

  • Las causas de los sudores nocturnos son muy variadas y afectan tanto a hombres como mujeres

Llega la noche. Después de un día agotador, por fin llegas a casa, te metes en la cama y te quedas dormido. Pero al cabo de unas horas te despiertas completamente lleno de sudor. ¿Te suena?

Los sudores nocturnos son episodios de transpiración extrema muy incómodos en los que podemos llegar a mojar tanto la cama como el pijama. Habitualmente, suelen producirse por algo completamente inofensivo como el calor, el colchón, el tipo de cena que hayamos tomado o la ropa que llevemos, pero en ocasiones pueden estar relacionados con algún problema de salud o desajuste hormonal que debemos tratar cuanto antes. Y, aunque muchas veces los asociamos solo con mujeres en edad menopáusica, no te confundas: las causas son muy variadas y pueden afectar tanto a hombres como mujeres.

Hipertiroidismo

Una de las posibles causas de nuestros sudores nocturnos es el hipertiroidismo. Esta enfermedad afecta las tiroides, las glándulas encargadas de mantener nuestro metabolismo bajo control, y se caracteriza por la segregación excesiva de las hormonas tiroideas. Los pacientes de hipertiroidismo sufren de palpitaciones excesivas, bajadas bruscas de peso y sudores exagerados, por lo que, si reconoces alguno de estos síntomas, es recomendable que acudas al médico para buscar una solución.

Ansiedad

La ansiedad es un trastorno mental que puede tener consecuencias en nuestro organismo si no se trata adecuadamente. Uno de ellos son los sudores nocturnos, asociados a una frecuencia cardiaca alta. Si sufres de trastornos de ansiedad, lo mejor que puedes hacer es ir al psicólogo y tratarla, ya que no se trata de un problema físico. Además, introducir hábitos saludables como una dieta equilibrada o el deporte pueden ayudarte a combatir este problema que cada vez afecta a más personas en todo el mundo.

Menopausia

La menopausia es una de las épocas de mayor cambio en la vida de las mujeres, pero también una etapa llena de afecciones y problemas de todo tipo. Uno de ellos son los sudores nocturnos, un síntoma que afecta a la mayoría de mujeres en edad no fértil. Lamentablemente, no hay un remedio concreto que nos ayude a eliminar por completo estos calores. Sin embargo, llevar un estilo de vida saludable basado en el deporte y una dieta rica en frutos y verdura puede ayudarnos a mitigarlos.

Infecciones

Las infecciones son la causa más común tras los sudores nocturnos. Cada vez que nos infectamos de algún virus, nuestro cuerpo aumenta de temperatura para combatirlo. La fiebre suele ir acompañada de cansancios, dolores y, si, sudores, por lo que, si tenemos alguno de estos síntomas, es probable que nuestro cuerpo simplemente nos esté avisando de algún trastorno o afección.

Hipoglucemia

La hipoglucemia es una enfermedad relacionada con el bajo nivel de glucosa en sangre que puede aumentar nuestra temperatura corporal por las noches. En estos casos, los sudores pueden aparecer acompañados de vértigos, mareos y pesadillas, así que, si reconoces alguno de estos síntomas, deberás acudir al médico para buscar tratamiento.

Medicamentos

Algunos medicamentos como el paracetamol, la cortisona o los antidepresivos pueden tener como síntoma secundario los sudores nocturnos. En estos casos, deberás consultar el problema con tu médico de cabecera para buscar otro tipo de medicamentos.

Cómo acabar con los sudores nocturnos

Muchas veces, un pequeño cambio en nuestro estilo de vida puede ayudarnos a combatir los sudores nocturnos. Mantenernos en nuestro peso, beber agua, cenar con moderación y sin demasiado picante o simplemente dormir con menos ropa y en una habitación ventilada pueden reducir los riesgos y ayudarnos a descansar mejor. Sin embargo, los sudores nocturnos pueden aparecer por distintos motivos. Por eso, si las sudoraciones ocurren con frecuencia y van acompañadas de otros síntomas, lo mejor es que acudas a tu médico de cabecera para buscar un diagnóstico y descartar problemas más graves.