Cada día se consumen en el mundo 50.000 Big Mac por segundo, convirtiéndose en la hamburguesa más vendida en los cerca de 40.000 restaurantes que la cadena tiene repartidos por 120 países. En España, tenemos 557 locales, aunque en los próximos 5 años alcanzaremos los 700. Una nutricionista inglesa, Helen Bond, ha analizado en el diario The Sun, qué le pasa a nuestro cuerpo cuando nos comemos un menú compuesto de hamburguesa, patatas y batido, que en su totalidad suma 1.200 calorías.
Pese a que de los tres platos, solo es dulce el batido, solo 15 minutos serán suficientes para que tus niveles de azúcar en sangre comiencen a notarlo. "Esto es aún más rápido para los carbohidratos azucarados sin fibra. Sorprendentemente, hay alrededor de 8 gramos de fibra en esta comida, principalmente en las patatas fritas y en el pan de hamburguesa”, asegura Bond. Además de los carbohidratos y la fibra, este menú también tiene grasas y proteínas que ralentizan brevemente la absorción, pero que “no necesariamente hará que te sientas lleno por más tiempo. No es saludable ni equilibrado”.
Si esperamos 5 minutos más, a los 20, nuestro estómago se empezará a quejar y para los más sensibles o dañados aparecerá la acidez y el reflujo. De ahí que nunca se deba tomar justo antes de irse a la cama. Si en 15 minutos se nota el azúcar en el cuerpo, a los 30 se manifiesta la sal, unos 6 gramos por menú. Las personas que son más susceptibles a esta sustancia sufren retención de líquidos, por lo que a menudo se sienten bastante hinchadas.
Esto se debe a que tus riñones intentan mantener el equilibrio en tu cuerpo, reteniendo agua adicional para compensar la sal adicional que has ingerido. Este aumento de la retención de agua puede provocar hinchazón y puede hacer que peses más de lo normal "Comer un alimento salado también puede hacerte sentir sed, ya que interrumpe el equilibrio de líquidos en tus células y minerales en tu cuerpo, por lo que querrás volver a tomar más bebidas", asevera la nutricionista.
Diez minutos más, a los 50, el subidón de azúcar se te habrá pasado y te empezarás a sentir muy cansado y bastante lento. ¿Por qué? "Ante el subidón de azúcar, tu páncreas responderá produciendo más insulina. Obtendrás un pico real de insulina. Esto puede afectar cosas como tu concentración, tu estado de ánimo... El cuerpo tendrá mucha glucosa de la comida original, pero si no se usa instantáneamente, se almacenará como grasa", explica la nutricionista.
Además, tu cerebro, para intentar contrarrestar el cansancio y liberación de insulina, emitirá una sensación de hambre y te generará la necesidad de comer antes que con una comida más equilibrada. "La combinación de comida rápida altamente apetecible y nutrientes deliciosos como el azúcar y la grasa, que activan los centros de recompensa en el cerebro, pueden estimular el deseo por más comida del mismo tipo, una vez que se reanuda el hambre", concluye la experta.