Pablo Ojeda, sobre alimentos amigos y enemigos: "Por comer menos no vamos a perder peso"

  • Hablamos con el nutricionista Pablo Ojeda y con Virginia Troconis sobre su libro 'Comida, vamos a llevarnos bien' (Planeta)

  • "Lo importante es compartir, disfrutar, y no debemos dejar de salir por lo que vamos a comer"

  • " Debemos adaptar la alimentación a nuestra vida, no adaptarnos nosotros a una dieta"

Cuando todavía no hemos conseguido librarnos de los kilos de más del verano y de todos los eventos que le suceden, las estanterías de los supermercados se llenan de productos navideños y nos recuerdan que la época de celebraciones y atracones está a la vuelta de la esquina. Así, ¿cómo vamos a recuperar la figura? Te preguntarás. Esta es una de las cuestiones que tratan el nutricionista Pablo Ojeda y Virginia Troconis en su libro 'Comida, vamos a llevarnos bien', un manual sencillo y práctico para que hagas de tu relación con la comida algo que enriquece tu vida. Nuestra cultura asocia la dieta a prohibir y restringir, y para nada es así. La vida no está hecha para contar calorías y los autores nos lo demuestran.

¿La comida es nuestra aliada o nuestra enemiga? 

Virginia: Por supuesto que es nuestra aliada. Nunca podemos ver la comida como nuestro enemigo, porque para conseguir el peso deseado, para estar bien y saludable, necesitamos comida.

Pablo: Además, nunca vas a perder peso por comer menos, vas a perder peso por comer mejor. Y ahí es donde tenemos que incidir nuestros esfuerzos.

¿Es igual de malo no pensar lo que comemos que estar obsesionado con hacerlo demasiado sano?

V: Yo considero que sí, y ahí entra un poco la planificación. Es importante saber lo que vas a comer, saber qué es lo que tienes en tu nevera para no caer en tentaciones que luego te pueden hacer daño. También es importante no obsesionarte con la comida y no pensar todo el día en lo que vas a comer.

P: En alimentación, todo lo que son los extremos es donde encontramos los problemas y aquí lo vemos. Tenemos que buscar ese balance, ese término medio donde podamos organizar un poco, pero también donde sepamos que hay alimentos que entran dentro de una vida social y familiar que quizá no sea lo más indicado, pero que en su momento justo hacen bien.

Tenemos que trabajar en bajar grasa y no peso

¿Solo ingiriendo comida real lo estaremos haciendo bien?

V: El 80% de lo que tu comes debe ser saludable, pero siempre tienes ese 20% para para permitirte ciertas cosas que no es que no sean saludables, sino que no son tan recomendadas 

P: Los términos ‘real', 'permitido', 'sano' e 'insano' debemos desterrarlos. Es mejor hablar de frecuencias o alimentos más frecuentes, que son aquellos que nos aportan más nutricionalmente y alimentos menos frecuente o que no son tan interesantes nutricionalmente, pero que en un momento determinado y hacen una función perfecta.

¿Cómo podemos empezar a educar nuestro paladar?

V: Lo importante es no dejarlo de un día para otro, sino que hay que ir reduciendo las cantidades y tu paladar se irá acostumbrando a lo que a no necesita, por ejemplo, el azúcar.

P: Hay una cosa que tenemos que grabarnos a fuego los que somos padres y es que la educación del futuro comienza ahora y tenemos que enseñar a los niños desde hoy, y se enseña con el ejemplo.

¿Nos podéis dar tres ideas relacionadas con la pérdida de peso que debemos desterrar?

P: Lo primero es dejar de ponerse objetivos inalcanzables porque nunca tenemos en cuenta nuestras circunstancias personales. No ser rígidos en nuestras decisiones, ya que con la rigidez lo único que vas a conseguir es caerte y hacerte mucho daño. Y la sensación de fracaso está ahí. Debemos adaptar la alimentación a nuestra vida, no adaptarnos nosotros a una dieta.

¿Cómo podemos perder peso sin el temido efecto yoyó?

V: Haciendo deporte, musculación y, por supuesto, cambiando nuestras conductas y nuestros hábitos. Porque si hacemos una dieta durante 15 días súper restrictiva y luego, cuando termina, volvemos a nuestras costumbres el efecto yoyó está asegurado.

Los términos ‘real', 'permitido', 'sano' e 'insano' debemos desterrarlos

P: Efectivamente, hay tres maneras de perder peso. Una manera es la bajada de agua, que son esas dietas que conocemos todo como la dieta de la alcachofa, la dieta del sirope, la dieta donde el 70% de nuestra pérdida es de agua. Hay otra manera que es las dietas hipocalórica, tipo Dukan, en las que, como a tu cuerpo no le das la energía que necesita, saca la energía de otro lugar. ¿De dónde? Del músculo. Por lo tanto, como el músculo necesita mucha energía cuando termina la dieta, necesitas mucha menos energía que al principio de la dieta y es muy fácil recuperar el peso. Y hay una tercera forma de bajar peso que es un poquito más lenta, pero es la más efectiva de toda aquella bajada de grasa. Y ahí es donde tenemos que trabajar en bajar grasa y no peso.

¿Todas las dietas sirven para todo el mundo?

V: Definitivamente no. Cada uno debe tener algo hecho un poco a medida y, por supuesto, que se adapte a su vida.

P: Por eso yo siempre digo que ninguna dieta del mundo funciona, porque la dieta solamente mira la comida, y lo que tenemos que cambiar es nuestra relación con la comida.

¿Se puede perder peso y mantenerlo a los 50?

V: Por supuesto, a los 50, a los 40 y a cualquier edad. Es cierto que los años influyen, pero si la ingesta calórica se reduce y aumenta la actividad física, se puede mantener.

P: Hay que tener en cuenta dos cosas una, que es muy necesario y está un poco denostado: los ejercicios de fuerza. Son muy necesarios en personas de más de 50 años. Seguir haciendo ejercicios de fuerza para para mantener un músculo sano y activo con un consumo eficiente de energía. Y la otra es adaptarnos la comida a nuestras circunstancias. Es decir, indudablemente tenemos una bajada de estrógenos, tenemos una bajada de testosterona, nuestra génesis desciende, nuestro metabolismo va un poquito más lento. Por lo tanto, quizá no sea interesante comidas energéticamente tan ricas como las teníamos cuando éramos jóvenes, así que vamos a adaptar esos alimentos que tomamos a nuestra vida.

¿Cómo podemos educar al cerebro para que deje de pensar que le va a faltar comida?

P: Relajándonos. Y aunque esto suene un poco imposible, cuando tenemos situaciones de estrés y de ansiedad, se activa parte de nuestro cerebro que lo que quiere es sobrevivir y la mayor fuente de supervivencia del ser humano es la comida, la energía. El cuerpo está diseñado perfectamente para acumular. Por lo tanto, cuando tú eres capaz de relajarte y darle todos los nutrientes que tu cuerpo necesita, ese mecanismo se desactiva y empieza a perder, aunque comas muy poquito. Pero si estás muy nervioso tiene mucho estrés o ansiedad, no vas a perder peso. Por lo tanto, lo primero: herramientas para la gestión del estrés.

Ninguna dieta del mundo funciona, porque la dieta solamente mira la comida, y lo que tenemos que cambiar es nuestra relación con la comida.

¿Querer perder peso es sinónimo de dejar de salir con mis amigos o pareja?

V: Definitivamente no debería. Lo importante de salir con amigos y de tener una vida social no solamente es la comida. Es algo que está ahí, pero lo bonito y lo importante y lo interesante es compartir, disfrutar y no debemos dejar de salir por lo que vamos a comer. Hay que comer para vivir, no vivir para comer.

P: Precisamente, cuando tenemos una vida social elevada no se trata de quitar alimentos ni bebidas, se trata de saber decidir en cada situación cuál mejor. Yo siempre lo digo en Navidad. No es una fiesta diseñada para comer, sino para reunirse en familia, para charlar, para ver a gente que hace mucho tiempo que no ves. Cuando tú vas a un sarao, está diseñado para divertirte, pasarlo bien, para hablar, para bailar. Hay comida, lógicamente. Lo que tenemos que tener es esa previsión. Por ejemplo, si yo voy a tener un sarao esta noche, que sé que a lo mejor voy a comer un poquito más, quizá la comida de ese día o el de antes, no sea necesario tomarme unos garbanzos con chorizo, ni un gran filete.