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La inflamación crónica es uno de los grandes males de nuestro tiempo. La principal responsable de esa extraña sensación de no encontrarse bien sin saber por qué. El estrés, la comida rápida y pobre en nutrientes, el sedentarismo y la falta de sueño son factores que contribuyen a que la inflamación, que en sí misma es un mecanismo de defensa natural de nuestro organismo, repercuta negativamente en nuestra calidad de vida cuando se prolonga en el tiempo.
Sin embargo, en nuestra dieta mediterránea hay una serie de alimentos con propiedades antiinflamatorias que fortalecen la respuesta inmunitaria y ayudan a reducir la inflamación de nuestro organismo de manera natural. Contienen ácidos grasos omega-3 y compuestos como el licopeno, los polifenoles, la alicina y antioxidantes naturales. Y lo mejor es que son muy fáciles de encontrar en nuestro supermercados:
Este aceite se distingue del resto gracias a su elaboración y conserva. Por ello posee un color más verdoso y su nivel de ácido oleico es más bajo que otros aceites de oliva. Está avalado científicamente que el aceite de oliva virgen extra (AOVE) reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes e infartos cerebrales. Su ingesta modula a la baja los mediadores inflamatorios en personas sanas, según un estudio del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.
Un alimento muy utilizado para perder peso debido a sus pocas calorías. Al ser rico en fibras también ayuda a aumentar la sensación de saciedad y disminuir el apetito. Su alto contenido en vitaminas C, E y A y en minerales como el potasio le convierten en un producto con muchas propiedades, pero la clave de su poder antiinflamatorio es el licopeno, un caroteno que protege a las células del estrés oxidativo provocado por los radicales libres y favorece la desinflamación.
Para facilitar la absorción de sus propiedades antiinflamatorias lo mejor es prepararlo aliñado con aceite de oliva virgen extra o junto a otras fuentes de grasas saludables como el aguacate.
La sardina, el salmón o la caballa son algunos de los alimentos antiinflamatorios más potentes. El pescado azul es fuente de proteínas, grasas insaturadas, minerales y vitaminas A, D y B12. Pero es su contenido en ácidos grasos omega-3 la clave de que mantenga altos los niveles del colesterol HDL (conocido como colesterol bueno) y a reducir los niveles del colesterol LDL (conocido como colesterol malo), contribuyendo también a reducir la inflamación intestinal y la artritis reumatoide.
Las frambuesas, moras, fresas, cerezas o arándonos son las frutas más antiinflamatorias y antioxidantes, gracias a su riqueza en antocianinas. Son una opción bastante adecuada para disminuir la producción de sustancias que desinflaman el organismo y que, a la vez, fortalecen el sistema inmunitario.
La fruta ideal para bajar la inflamación intestinal. Comerlo regularmente es cuidar la salud digestiva cardiovascular y también el sistema nervioso. Además, fortalece la flora intestinal y su alto contenido en fibra soluble ayuda a disminuir los procesos inflamatorios y a tratar el colon irritable.